Me cuenta mi padre de comidas que antes les sabían a gloria, a pesar de su humildad: “En invierno, cuando poníamos el caldero de los cochos, echábamos un nabo, lo comíamos caliente y estaba tiernín, buenísimo”.
Y me relata otra anécdota: Había una pareja que vivía cerca de los abuelos, en la casa de Juan Manuel. El, Paco, tenía un pequeño autocar con el que hacía viajes, un día a La Bañeza, otro a Benavente, a Rionegro... llevando a la gente de los pueblos cercanos a hacer gestiones o a vender productos. Este chico tenía mujer, Celsita y un niño que en cuanto se levantaba, se acercaba hasta la casa de los abuelos y decía “Mentina, mentina, patatina de cocho” porque mi abuela preparada la comida para los cerdos y en lo que cocía le metía unas patatitas pequeñas y se las daba y al crío le gustaba tanto que iba todas las mañanas a pedirlas.
3 comentarios:
Yo de caldero de cocho solo recuerdo los chocolates, en cazuela no saben lo mismo.
Un saludo
Yo tambien recuerdo algunos chocolates que se hacian en la fiesta despues del baile y siempre estaba el gracioso que se ofrecia voluntario para traer el caldero .Claro esta que el ni lo probaba.Eso si sus buenas risas se echaba viendo el careto que ponian los demas.Recuerdo una vez especialmente que sabia a rayos pero la mayoria se lo bebia.
Pues a ver,que hemos perdido la costumbre por eso de que ahora comemos cosas que mercantilizan publicándolas a todo gas;pero,lo de antes,preparado por alguien que sepa hacerlo como lo hacían,eso,que delicatesse-
Un saludín
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