28 de mayo de 2010

Avantales. Año II



Cuando decidí que quería hacer un blog tenía en la cabeza qué quería plasmar, qué temas podía tratar y busqué y me asesoré para encontrar un armazón tecnológico no demasiado complicado para mis limitados saberes. Y me faltaba un nombre... busqué algo relacionado con el pueblo y en mi cabeza quedaron dos palabras que siempre me habían gustado: atopos y avantales. La primera con una frase clásica de mi casa (y de alguna juerga que en ella ha habido), el “madrica, qué atopos”. Pero al final me incliné por la sonoridad de la segunda. Avantales, en plural, es una expresión muy de mi madre y quiere decir algo así como “vaya pintas”.


Avantal, con uve y en singular, aparece en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua: es una forma de decir “delantal” (avantal nos lleva a devantal y esta a delantal).


En muchos pueblos de nuestros alrededores, avantal es una faltriquera, un pequeño bolso que se lleva medio escondido entre la ropa (web Tierra del Pan) y en el traje carbajalino Bantal o avantal es una pieza escondida ya que se lleva situada entre el Manteo y el Mandil. Era una especie de bolso para guardar el pañuelo moquero, las llaves de la casa o el dinero.


Avantales en Sudamérica creo que viene a ser algo así como complementos tecnológicos, es decir, todos aquellos cachivaches de microchip más allá del móvil. Y Abantal, con b, se llama al mandil que utilizan las logias masónicas. Y con acento andaluz, es un restaurante sevillano bastante chic, de cocina andaluza contemporánea, con una estrella Michelín.

26 de mayo de 2010

Robos

Este caso de robo ocurrió en un pueblo cercano a Ayoó: Un vecino tenía un rebaño de ovejas que cuidaba un pastor al que le había dado orden de contar los animales al meterlos y al sacarlos. Así un día se dio cuenta de que le faltaba un carnero. Avisado el amo, cogió el caballo y unas pieles de ovejas y carneros que tenía y se fue a dar una vuelta por los pueblos. Llegó hasta San Esteban de Nogales, donde había una boda y ofreció comprar pieles, con tal suerte que la familia que celebraba el esponsal le sacó una piel de carnero reciente que tenían... todos los animales llevaban una marca reconocida de su rebaño y esta piel todavía la conservaba y así se pudo demostrar que era del animal robado. El dueño del rebaño se enfrentó a la familia, les dijo que les denunciaba si no pagaban por el animal, que llamaba a la guardia, estropeaba la boda y les metía en la celda. Y entre todos los del pueblo buscaron el dinero para pagarle lo robado y así se resolvió la cuestión.

En otra ocasión, un conocido de mi padre, Pepe, el de Fuentencalada (Pepe El Curro), vio que le faltaban patatas de una finca y una tarde decidió ir con la escopeta de caza a vigilar y dar un susto a quien se las estuviera llevando. Estaba allí montando guardia cuando vio andar a alguien por la finca y disparó un tiro al aire. Cual no sería su sorpresa al ver que el otro, lejos de amedrentarse, le respondió con dos tiros de perdigones que le pasaron bien cerca. Le faltó tiempo para correr, coger la bicicleta y salir pitando de allí, que las patatas no valían su pellejo. Cuenta mi padre que decía “en mi vida he pasado más miedo, que estos iban en serio y vi los perdigones por encima la mi cabeza, ¡¡ni huerta ni patatas, que se lo queden todo!!”.

24 de mayo de 2010

Cuatreros

Cuatrero es una palabra que remite al antiguo oeste, a las pelis de vaqueros que hace unos años llenaban mis tardes de sábados en la primera cadena... pero también en Ayoó ha habido ladrones de cuadrúpedos, que es la definición de cuatreros que se da en el Diccionario de la Academia. Y es que en los años cuarenta y cincuenta eran frecuentes los robos de caballerías.

Mi padre recuerda el caso del Ti Germán. Este señor tenía la casa que hay subiendo hacia Peñacabras, cerca del bar de Loli, la que hoy tiene unas preciosas puertas y ventanas pintadas de rojo y blanco, muy bien cuidadas. Pués bien, el Ti Germán fue una tarde al bar, el que entonces tenía el Ti Ismael Ferreras... allí estuvo pasando el rato y cuando fue a casa se dio cuenta de que le faltaba una yegua muy buena que tenía y que además estaba preñada. La buscó por el pueblo y al no hallarla, fue a pedir ayuda. Tocaron las campanas para reunir a la gente, ya al anochecer, para ir a buscar la yegua. Salieron hasta casi el monte, pero ni la vieron ellos ni la volvió a ver el dueño porque nunca se encontró.

Otra de las historias que me contó mi padre se la narró a él Alfredo, vecino nuestro en la calle Casillas y que era Guardia Civil. Estaba este agente investigando un robo de caballerías y en el transcurso de su labor se encontró con unos sospechosos que acabaron dándole la clave para aclarar el caso: Le dieron el chivatazo de que los caballos y mulas que habían sido robados iban a llevarse a la Feria a vender. Allí se presentaron los guardias y encontraron los animales, tal y como les habían soplado, pero resulta que para no ser descubiertos, los habían cambiado de color... ¡¡¡les habían teñido el pelo!!!

Y una última historia: Había un señor que tenía un caballo que siempre iba acompañado de un perro. Un día le robaron el equino (no se sabe si al perro le dieron algo, porque no ladró mientras se lo llevaban, cosa rara). Cuando se dió cuenta salieron a buscar a los ladrones. El perro olfateando y husmeando les llevó a un pueblo vecino, hasta una pila de leña. Buscaban por un lado, por otro y no veían nada, pero el perro seguía en la pila de leña, hasta que decidieron apartarla y resulta que había una entrada que iba hacia abajo, a unas cuadras escondidas donde estaba el caballo robado y otras caballerías que también se habían llevado de otras casas.

22 de mayo de 2010

La cueva-apartamento

Coqueta bodega en el exclusivo barrio de Las Cuevas, en Ayoó. Renovada fachada, tejadillo remozado, árboles para dar sombra, acera de cemento y, detalle de modernidad... hasta una lavadora en la puerta!!!!!

20 de mayo de 2010

La Iglesia por dentro: San Bernardino


Hoy se celebra San Bernardino, otro de los santos cuya imagen podemos encontrar en el templo de Ayoó. Está en el retablo central, en la calle del medio, a la izquierda, vista desde la puerta (de ahí la mala foto que ilustra este artículo, la figura me quedaba tan alta que me era imposible hacérsela en mejores condiciones)

San Bernardino de Siena fue un santo italiano que vivió a caballo entre los siglos XIV y XV. Se hizo franciscano muy joven y fue conocido por su locuacidad y su palabra, hasta el punto que cerraban tiendas y suspendían clases en la Universidad, por escucharle. A pesar de su popularidad, algún tropiezo tuvo, ya que se vio frente a una acusación de herejía en Roma de la que salió con bien. Además de ser conocido por sus discursos y su labor teológica, San Bernardino llevó toda una cruzada contra la sodomía en Italia (al parecer, costumbre muy habitual y generalizada en esas tierras), es decir, que fue un agente anti-gay de la época. Este santo tiene bajo su protección diferentes actividades, como la Publicidad, la Comunicación y la ludopatía así como las enfermedades respiratorias.


La imagen de la Iglesia del pueblo responde a la iconografía típica con la que se representa a este santo: su traje de franciscano y en la mano el Crismón IHS, del que salen rayos. Un crismón es un tipo de cruz medieval que lleva un monograma, un símbolo formado por cifras y/o letras. En este caso es IHS, monograma del nombre de Cristo en latín: la I de Iesus (Jesús), H de Hominum (de los hombres), S de Salvator (salvador), es decir, Jesús, Salvador de los hombres.



San Bernardino visto por El Greco. El cuadro está en el Museo El Greco, en Toledo, aunque pertenece a la colección del Museo del Prado.


Artículo realizado con la información recogida en Wikipedia, la página de Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María.

17 de mayo de 2010

Las cuevas, en peligro


Esta bodega ya lleva años abandonada y derrumbada

Las bodegas de Ayoó están peligro. Se va terminando el tiempo de la ultima generación que las cuida y las mima y las cuevas son como las casas, cuando no vives en ella la ruina anda cerca. Y además, este año, el agua ha ablandado el terreno y ha habido muchos derrumbes.




Plásticos tapando una filtración en la cueva de Miguel, el de Joaquina.

Empecemos por lo segundo: Ha llovido muchísimo desde el tiempo de la vendimia. El año pasado se sacaba a San Mamés para pedirle agua y este año hay que sacarle para que pare. El agua ha reblandecido el terreno y aquellas cuevas que tenían algún problema de filtración se han visto incapaces de drenar la humedad y se han producido muchos derrumbes, unos más grandes que otros, pero todos preocupantes.



Arriba, la entrada de una cueva completamente anegada por el agua. Abajo, diversos desprendimientos de tierra en los alrededores de las bodegas.


 Es difícil arreglar una cueva, difícil y peligroso. El terreno está blanco y encharcado, no conviene arriesgarse a pisar y que te trague la tierra... tampoco existen especialistas en arreglar estas construcciones, así que se van poniendo parches. La cueva de mi familia está entre las dañadas, ha entrado agua y entre todos los vecinos de cueva (somos cinco) están estudiando qué se puede hacer y qué medidas tomar para que la cosa no vaya a más.


Zarcera de una cueva completamente hundida


Hay otras cuevas, siempre las he conocido, que están caídas, cuevas que han sido abandonadas por la familia que las tenía, por fallecimiento, porque ya no residen en el pueblo o ya no tienen fuerzas para seguir con estas labores. Y lo malo es que esto será cada vez más general. La última generación que ha trabajado en las bodegas está haciéndose mayor y en pocos años las cuevas estarán ahí pero no habrá nadie para usarlas y cuidarlas. Y ahí vendrá su ruina total...






Uralitas tapando entradas de agua en las cuevas de los hermano Tomás -padre de Teo- y Antonio -Cristo, el de Sole-.

 No es una imagen que me resulte agradable. Aunque no soy de vino, siempre me ha gustado ir a hacer una meriendita a la cueva, bajar al fresco de la arcilla, respirar ese olor a humedad, vino y moho tan característico. Es uno de mis paisajes de Ayoó preferidos y me apena pensar en que le quedan pocos años.

Cueva ya medio derrumbada. Creo que es de la familia de Domingo, el alguacil.


(Gracias a mi cuadrilla de fotógrafos, la family, que desafiando el frío pasearon hasta las cuevas para hacerme este reportaje fotográfico del penoso estado de algunas cuevas)

15 de mayo de 2010

La Iglesia por dentro: San Isidro



Hoy es el día del santo madrileño patrono de los campos y de sus gentes... una jornada que en Ayoó se recuperó como día de fiesta desde hace unos años.
En la Iglesia encontramos una figura de San Isidro, la de la fotografía, donada por Eulogio Martínez (ni el hijo ni el padre de los Eulogios ayoíno-vitorianos, si no el abuelo). En ella se recoge uno de los milagros más conocidos del santo madrileño, cuando un ángel bajaba a ararle los campos mientras él oraba.




El año pasado escribí una entrada en este mismo día, esta, y en ella contaba como los fieles del pueblo le pidieron a este santo y a San Mamés (la unión hace la fuerza) que les diera agua para el campo, tras un otoño, invierno y primavera especialmente seco. Curiosamente, este año es todo lo contrario. Ha llovido, llovido y llovido, el campo está encharcado y la gente, hasta arriba de tanta agua. Así que lo mismo, en esta ocasión, han de rogarle a los santos que ya vale, que cierren el grifo de las nubes del cielo.

13 de mayo de 2010

La Iglesia por dentro: La Virgen de Fátima


La Virgen de Fátima, una de las advocaciones marianas más populares del catolicismo, también está reflejada en la Iglesia del pueblo, con una pequeña talla que encontramos en la pared de la derecha del templo (mirando desde la puerta).



La Virgen de Fátima toma su nombre del lugar de Portugal en el que se apareció a tres niños pastores entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917. Miles de personas siguieron las apariciones de la Virgen a los niños ya desde el comienzo de todo este fenómeno y hoy en día es uno de los mayores centros de atracción de católicos del mundo, junto a Tierra Santa y el Santuario de Lourdes.

La imagen que hay en el pueblo responde a la iconografía típica: la virgen orante, con la cabeza ligeramente agachada, vestido blanco, túnica blanca con adornos dorados y un rosario entre las manos.
 

10 de mayo de 2010

La bodega (3)

Tercera y última entrega de los artículos sobre las bodegas, con el trabajo recogido en el blog El Arco del Ferial de Santibáñez. Agradezco al autor, con el que me ha sido imposible ponerme en contacto, esta recopilación que ha hecho del trabajo que supone hacer una cueva y el trabajo que se desarrolla en ella.


El vino se guarda en “cubetos” y “cubas” que se introducían en la bodega desmontadas y se hacían dentro de la bodega, uniéndose las juntas con sebo para evitar que el vino rezumase. Algunas se han impermeabilizando con pez. En la limpieza de las cubas se utiliza, además de agua caliente y sosa, anhídrido sulfuroso, generalmente quemando una paja de azufre, para evitar bacterias de avinagrado y mohos.




La cuba está formada por tablas combadas, “duelas” de madera de roble, unidas y aseguradas con aros de hierro, y los extremos se cierran con tablas rectas encastradas en las duelas, llamadas "témpanos". Hay cubas de más de 200 cántaros de capacidad. Cada cántaro contiene 16 litros. La capacidad de los cubetos, también llamados "pipas" varía entre 100 y 600 litros. El cubeto que está en torno a los 225 litros, es el que llaman “barrica”.


En la cuba se distinguen también la “canilla” realizada en madera con forma de tronco de cono dentro de la cual se introduce el tapón de hierro envuelto en estopa, a veces también de madera. La canilla se coloca golpeándola fuertemente con un mazo.
En algunas bodegas se pueden encontrar cubas con un agujero a media altura para sacar vino para beber y solía taparse con una pluma de ave. El sentido de este agujero era saber como estaba el vino en otro punto de la cuba.




Las cubas, situadas en las sisas se apoyan sobre dos soportes paralelos y rectangulares, unas veces excavados en la propia arcilla, otras eran de madera o de piedra denominados “poinos”, que tenían por finalidad mantener aquellas en alto para aislarlas del suelo y su humedad, haciendo también de raíles por donde desplazar la cuba para limpiarla o escurrirla de todo su vino. Entre los poínos se coloca el “pozal”, que sirve para “trasegar” el vino. La cuba se mantiene inmóvil con calzos puestos por detrás y por delante.




Proceso de elaboración del vino:


Antes de usar la viga, prensa manual tradicional, e incluso en una operación previa a la utilización de aquélla, los agricultores más modestos pisaban la uva con los pies. El pisado se hacía en el pozal, también de madera de roble y de forma circular, semejante a la mitad de un cubeto. Una vez prensada la uva, el mosto pasa al pilo, y de allí se mostea a las cubas, donde se deja fermentar con la “madre”, sacada de la uva escogida durante la vendimia. Durante la fermentación está desprendiendo anhídrido carbónico, conocido como “tufo”, que hace peligroso descender a la bodega mientras se realiza este proceso, se suele ir con una vela encendida y colocada a la altura de la cintura, para que en el caso de que la vela se apague, se pueda salir inmediatamente de la bodega. El anhídrido carbónico es más pesado que el aire. Este proceso durará de 15 a 20 días hasta el final de la fermentación alcohólica.


Para entender cómo fermentan los azúcares hasta convertirse en alcohol convendría tener a mano una uva, o mejor un racimo. Observar que las uvas van cubiertas de un polvillo blanco, se llama “pruina” y contiene unas levaduras que al contacto con los azúcares contenidos en la pulpa de la uva, reaccionan químicamente fermentándolos y transformándolos en alcohol.


Por eso, los años de mucha lluvia, los vinos salen con poca graduación, ya que un exceso de lluvia lava parte de la pruina, y aunque la uva tenga el mismo azúcar en su interior, no habrá levaduras necesarias para hacer fermentar todo el azúcar y resultará un vino con menos alcohol. Contrariamente, mucha gente del Valle piensa que la lluvia lava el azúcar de la uva, reduciendo así el grado de alcohol.




Un aspecto importante, a tener en cuenta en la fermentación, es la temperatura, ya que las levaduras son activas en un intervalo térmico determinado, entre 9 ó 10 grados centígrados de mínima y 30 de máxima, ya que con otras temperaturas, detienen su actividad o mueren por asfixia. Por lo tanto durante la fermentación no debe haber grandes cambios térmicos. Es aquí donde las peculiares características de la bodega juegan un gran papel pues debido a su construcción la temperatura se mantiene estable durante todo el proceso.


Durante la fermentación del mosto, las cubas están permanentemente destapadas y expulsan por la boca de llenado una espuma oscura. La liberación del dióxido de carbono, también denominado óxido de carbono y anhídrido carbónico, es "tumultuosa" y da la sensación de hervir.
Diariamente se visitan las cubas y se rellenan aquellas que han mermado. Las heces de la madre se sumergen periódicamente en el vino, dentro de la cuba mediante el uso del “mecedor” o “forqueta”, terminado en forma de horquilla o trípode.


Antes de tapar la cuba se suele esterilizar la boca para frenar la aparición de bacterias indeseables quemando azufre, y se cierra rápidamente, primero mediante una tapa ovalada de madera que ajusta perfectamente en la boca de llenado, y luego mediante una plasta de barro que se aplica alrededor o “embarrado”.


Se deja reposar el vino en la cuba de acuerdo al dicho:” Para San Andrés el mosto vino es”, bebiéndose ya, en la primera quincena de diciembre, un primer vino nuevo, aún con ligero sabor a mosto.


Actualmente se plantan viñas muy especializadas. Pero hasta hace unos años, las uvas más comunes en el Valle de Vídriales eran las llamadas “Tinta Madrid”, “Malvasía”, “Mencía”, “Garnacha”, también solía vendimiarse el “Redondal”, “Blanco España”, “Moscatel” y “Verdejo”, que algunas veces se podian encontrar repartidas en la misma viña . Los vinos que predominan son los claretes, que alcanzan los 12 grados de alcohol.


(...)
No preocuparse, en el Valle de Vídriales, el vino se toma sus tiempos para crecer y desarrollarse, con su puntito, eso si, como a nosotros nos gusta. Así lo venimos haciendo desde tiempos del rey Alfonso XI…


En uno de los Privilegios Reales de la Villa de Benavente, fechado el 10 de septiembre del año 1338, concedido por el rey Alfonso XI, se hace mención de la gran cantidad de viñedo cultivado en el Concejo de Benavente y a la importancia económica que suponía para sus moradores la elaboración de vino, para su consumo y para su comercialización en las zonas de Asturias y Galicia. En este Privilegio, el rey Alfonso XI confirma las Ordenanzas del Concejo de Benavente por las que se prohíbe la entrada de vino de acarreo en la villa de Benavente, y se ordena que los vecinos y moradores de esta villa que quieran encubar mosto que lo hagan entre el día en que vendimien y el día de San Andrés, y no después.


Arco del Ferial de Santibáñez de Vidriales
© Feliciano (Octubre, 2.008)

9 de mayo de 2010

La bodega (2)

Segunda parte del trabajo que describe una bodega. Es el turno del lagar y de la viga y resto de elementos que se usaba para estrujar la uva para hacer el vino. Es un texto sacado del blog El Arco del Ferial de Santibáñez.

El Lagar


En muchas bodegas, el lagar está situado al fondo de la bodega, su suelo está revestido de lajas de piedra de la zona, algunas son de pizarra y recientemente de cemento, suelen ser amplios y tienen forma cuadrangular, está separado del resto de la bodega por un muro de poca altura que conforma el depósito para las uvas. El lagar se comunica mediante una “canaleta” con el “pilo”, donde cae el mosto. Está situado de tal manera que permite tener fácil acceso desde la sala principal, cerca de las cubas y solía estar revestido de cal y arena.


En el proceso de elaboración del vino, el sistema clásico de estrujado de la uva es mediante la tradicional prensa manual constituida principalmente por la “viga”, sujeta por un extremo a unos palos verticales llamados “bernias “ o “guiaderas”, que van firmemente ancladas en zapatas de losas de piedra en el suelo y sólidamente empotradas en vigas transversales que solidarizan la máquina con el conjunto de la bodega, y por otro al extremo fijada a una enorme piedra cilíndrica llamada “pienso”, mediante un tornillo o “huso”.



Fotografía de A.P. Mencia, recogida del artículo "Bodegas" , publicado en su blog Patrimonio Popular. Viga, huso y piedra en una bodega de Cunquilla de Vidriales.


Aunque toda la bodega es una obra genial, quiero subrayar como está construida la viga. Las vigas se construían en madera de álamo y de una sola pieza, y el huso, en negrillo u olmo. Algunas vigas llegan a medir hasta 15 mt. de largas y ochenta centímetros de diámetro.
Aunque está en función de la longitud de cada una en particular, para hacernos una idea valga el siguiente ejemplo: a unos 14 m. de un extremo y a 0,6 m. del opuesto, la viga lleva en su interior un orificio cilíndrico liso de unos 3o cm. de diámetro, por el que penetra, sin contacto alguno con ella, el huso o tornillo de madera de negrillo, de unos 3 m. de altura total. De esta altura, los 2 m. superiores llevan, labrada a mano con azuela, una rosca macho de 7 u 8 cm. de paso y unos 15 cm. de diámetro exterior. La rosca hembra, de iguales dimensiones, va tallada en el interior de una especie de tuerca llamada “melena”, en algunos pueblos “concha”, también de madera de negrillo, que se solidariza con la viga por medio de ataduras de soga o dogal, fuertemente apretadas y anudadas.


Es interesante preguntarse por qué razones únicamente la melena lleva rosca hembra, y no la viga, obligando de éste modo a asegurar desde fuera la actuación simultánea de ambos elementos. Creo que la razón primordial está en la gran diferencia de momentos de inercia y, por tanto, de rigideces, existentes entre la sección de la viga y la del huso, que puede, en alguna maniobra forzada, llegar a partir este último.


En algunas bodegas hay otro tipo de prensa llamado de "huso y cabezal", conocida popularmente como “mata hombres”, que actuaba mientras dos personas accionando dos palancas iban prensando las uvas contra el suelo y la "jaula" que las amparaba. El problema que tenia este invento era que cuando los “costaleros” paraban para retomar fuerzas, la prensa también paraba, de ahí su peculiar nombre.


El cabezal gira en el huso y baja presionando dos medias lunas que a su vez presionan las uvas. Se divide en dos partes, el macho, que es el que está en contacto y presiona los tarugos, y la hembra o conjunto de clavijas y tuercas del propio cabezal. Tiene una clavija de hierro que indica la dirección en la que hay que prensar y produce un sonido muy caracteristico.
Para hacer mas presión se colocaban unos tarugos de madera que se superponian unos encima de otros a medida que bajaba el volumen de las uvas.


Volviendo al proceso, se carga cada talegón a la espalda desde el carro o remolque, se echan las uvas por la zarcera o vaciadero situado justo encima del lagar, se colocan bajo la viga en torno a un tablero o rueda de madera, de unos dos metros de diámetro, llamada “compromiso”. Sobre él se ponen unos tarugos rectangulares atravesados formando un armazón o “castillo”, a continuación una o dos personas giran el huso dando vueltas alrededor del pienso, mediante una palanca.
Se coloca en el extremo fijo de la viga un “mozo” o tarugo de madera en su parte superior, consiguiendo así que, al bajar la viga girando el huso, el pienso o piedra del otro lado quede suspendida en el aire, incorporando su gran peso a la presión ejercida por la viga sobre el compromiso.


Como acabamos de ver, la viga de lagar actúa como una palanca de segundo genero, punto de apoyo, resistencia, potencia, igual que la carretilla o la cuchilla de cortar bacalao. A dicha palanca se ha acoplado, en el extremo destinado a recibir el esfuerzo de potencia, el huso para subir y bajar el contrapeso que, por simple gravedad, realiza el trabajo.
 
Arco del Ferial de Santibáñez de Vidriales

© Feliciano (Octubre, 2.008)

8 de mayo de 2010

La bodega (1)



Las cuevas (las bodegas, para aquellos que no controlen el ayoíno ;) del pueblo, como las de los otros pueblos de la zona, son unas construcciones singulares, que han prestado una gran ayuda a la vida de los habitantes del pueblo y son un reflejo de un trabajo duro y admirable llevado a cabo por nuestros antepasados. No dejo de asombrarme cada vez que bajo a la cueva de mi familia, pensar en el trabajo que les llevó sacar, casi con las manos, la arcilla que ha vaciado la tierra y que, a la vez, ha formado al endurecerse, las paredes, los techos y los suelos.


Hace unos días, el profesor Mencía hablaba en su blog de las bodegas del Valle de Vidriales, de cómo las hicieron, su uso y el trabajo con las uvas que daba como fruto el vino. Lo recomiendo vivamente porque es muy interesante. Se puede encontrar aquí.


Anteriormente, había encontrado un blog escrito en Santibáñez (Arco del Ferial de Santibáñez de Vidriales) con solo dos entradas, una sobre los pueblos del Valle de Vidriales y otra, precisamente, sobre las bodegas con un artículo muy completo sobre este tema. Se lo dí a leer al especialista (mi padre) y le pareció correcto y acertado en todo lo que describía así que, me lo apropio (con permiso de su autor, espero) y os paso un amplio resumen:




(...)
Las bodegas, o cuevas como se dice en algunos pueblos, son subterráneos construidos aprovechando desniveles naturales, bien en un cerro, bien en la ladera de un valle, o en pequeños montículos junto a caminos, para conservar el vino hecho con la uva de la zona y en muchos casos, aunque no era su fin, la cosecha anual de patatas y de castañas. Las bodegas están aisladas de cualquier otra edificación, sea casa o pajar. Pero no hay bodegas solitarias, sino que se hacían unas pegadas a otras formando barrios y en ocasiones dando nombre a esa determinada parte del pueblo conocida como “el barrio de las bodegas”.




(...)
Las bodegas están construidas en un tipo de tierras arcillosas que permiten realizar cuevas artificiales con cierta facilidad, que al contacto con el aire se va endureciendo hasta adquirir gran dureza. La bodega tiene una condición muy favorable para la estabilidad del vino, y es que mantiene la temperatura constante todo el año, entre 14 y 16 grados centígrados. Esta cualidad hace que sean cálidas en invierno y frescas en verano.
No son muy grandes, aunque en todos los pueblos suele haber excepciones, no creo equivocarme si digo que la media debe rondar los 40 metros cuadrados y estructuralmente se organizan en dos crujías:


La bodega
El lagar


Sistema de construcción:
En el sistema tradicional de construcción de bodegas, primero se practica un corte vertical en la ladera del cerro o teso, que permitirá a continuación la construcción de la entrada excavando en horizontal. No en todos los casos pudo hacerse de esta manera, según la zona esta perforación puede ser casi horizontal o muy tendida, en rampa o en escalera, descendiendo en una profunda zanja.
Al llegar a la capa de arcillas arenosas se inicia el trazado de la bodega propiamente dicha, lo que suele ser hacia el metro y medio o los dos metros como mucho.


Después se excava para hacer la primera “zarcera” (en algunos pueblos zarcero) o agujero de ventilación, avanzando a partir de ahí en horizontal, hasta completar la planta de la bodega, abriendo paulatinamente las restantes zarceras de aireación en número variable en función de la extensión de aquella.


La bodega puede ser privada o colectiva; en el primer caso es más pequeña que en el segundo, pero en ambos existen los mismos departamentos o dependencias.


En algunos casos, las bodegas, se excavaban entre miembros de dos o tres familias, y frecuentemente relacionadas entre si. Se hacían a pico y pala sacando la tierra en cestas y calderos, a veces con ayuda de un torno de madera y otras subiendo la escalera con las cestas a hombros. Avanzar en la excavación, picando la arcilla, resultaba relativamente fácil en un primer momento, algo que contrasta con la dureza que adquiere después al contacto con el aire. La tierra extraída se iba echando sobre la misma bodega en su parte externa, para protección, de modo que al formar caballete hacía escurrir el agua de lluvia evitando filtraciones. Con frecuencia se colocaban encima de las zarceras y del callejón recortes de césped del prado, llamados “cespedones”, con la hierba hacia abajo, para facilitar esta operación.




Estructura:
Muchas bodegas constan de un vestíbulo en el que se coloca la puerta de acceso. Una llave de gran tamaño es la encargada de correr el cerrojo. La puerta, a menudo de palos entrecruzados, otras veces tienen diversos cortes en las tablas, aparentemente decorativos, pero su finalidad es la de servir de entrada de aire y luz.


(...)
Para ventilar la bodega, limpiar el aire y mantener la temperatura se abren en vertical algunas chimeneas que se estrechan a medida que ascienden, denominadas zarceras, que pueden rematar a ras de tierra o en una pequeña construcción de adobe, una mezcla de barro y paja, según la costumbre del pueblo. El número de zarceras indica el tamaño de la bodega y generalmente se abren en medio de las “salas” o ensanchamientos principales de la bodega.


Las zarceras al ejecutarse, se excavan simultáneamente del interior de la galería hacia arriba, y desde arriba, desde el interior, hacia abajo, por medio de un pozo, que se traza cónico, de mayor a menor, con su base máxima en la profundidad, en el suelo, en el lugar de las cubas.
Una de las zarceras, la de mayor tamaño también llamada “vaciadero” se sitúa sobre el lagar, y por allí se echan las uvas de la vendimia que se recoge en cestos pequeños, de mimbre, llamados “talegas” y otros más grandes llamados “talegones”.


La bodega está simplemente excavada en la arcilla, en forma de bóvedas ligeramente apuntadas, sin llevar ningún tipo de refuerzo estructural o complementario. Algunas bodegas pueden tener bóvedas de ladrillo y muros de piedra o ladrillo, pero suelen ser reformas modernas. Las entradas a las bodegas suele hacerse desde el vestíbulo, un resguardo en la fachada que generalmente está construido en adobe o piedra.


Detrás de la puerta, se enlaza con el “callejón”, una zanja de 1 metro de ancho, aproximadamente, cuyo techo, en muchos casos, tiene forma de medio punto, que baja hacia la primera crujía de la bodega y los flancos de ésta. En muchos casos, en la parte mas alta del callejón se hacia un falso techo con palos atravesados para colocar las podas de las vides o los aperos de la vendimia.


En muchas bodegas, tras bajar los primeros escalones que nos conduce a su parte inferior encontramos un pequeño hueco a media altura de la pared que se utiliza para dejar la jarra, algún vaso y las velas o el candil. Para la iluminación de la bodega, aún hoy, se usan velas y candiles de aceite o petróleo, antiguamente también los había de carburo.

 A los lados del que podríamos llamar pasillo central se hacen unos ensanchamientos, de seis en seis metros, de ocho en ocho, de más en más a veces, según lo pida y consienta el terreno. Estos ensanchamientos en la galería, son los que se llaman “sisas”, en los que están colocadas las cubas y cubetos; y se completa con la segunda crujía de la bodega, el “lagar” que en algunos casos está en el fondo y cuando la bodega es compartida se buscaba un emplazamiento de uso común. Tanto el pasillo central como el lagar suele ser de forma irregular y se encuentra a unos 3 ó 4 metros de profundidad. El suelo suele ser de la propia arcilla apisonada, excepto en la zona del lagar.

Arco del Ferial de Santibáñez de Vidriales
© Feliciano (Octubre, 2.008)

6 de mayo de 2010

La sapina

Una de las cosas más curiosas que me han contado mis padres es el fenómeno de “la sapina”, que no es otra cosa que una lluvia de pequeños sapos que caían tras una tormenta de verano. Así me lo contó mi madre: “Solía pasar en verano y si estábamos con la vacada había que llevar a los animales rápidamente a casa o se ponían malas las vacas si los comían. En el Valle de Valseco solía pasar mucho. Decíamos, ¡que viene la sapina! Eran sapitos pequeños, como un dedo pulgar y morían al día siguiente o a los dos días”.

La lluvia de animales no es un fenómeno extraño y está explicado científicamente: pequeños tornados que atrapan animales, en este caso sapos, posiblemente en época de cría, recién eclosionados de los huevos. (En este artículo de la Wikipedia hay una explicación más amplía de todo esto)
Sobre este fenómeno le consulté a José Alfredo Hernández, de la Asociación Furmientu y conocedor del mundo animal por su formación profesional que me hizo una interesante reflexión sobre este tema y su interpretación popular:

Las que me planteas son dos cuestiones muy interesantes (se refiere al mito de las culebras que bebían leche, tratado aquí). Son dos casos típicos de narraciones en las que se produce un choque entre la cultura tradicional rural (que mantiene un gran componente de pensamiento mágico) y la cultura moderna urbana (que se supone que lo ha substituido por el pensamiento científico). En el caso de la sapina (lluvias de ranas, sapos, peces, a veces de otros animales), hoy día la mayoría de la gente cree que se trata de un cuento porque les parece que no es científicamente posible. Sin embargo, el verdadero pensamiento científico no se basa en creencias o pareceres sino en demostraciones y evidencias. Las lluvias de animales pertenecen a la categoría de fenómenos demostrados y explicados científicamente pero que la mayoría de las personas, hoy en día, creen que es un tipo de relato fantástico y acientífico. Esto nos demuestra que la mayoría de la gente de mentalidad moderna sigue teniendo un tipo de pensamiento no-científico, no piensan científicamente sino que, sencillamente, tienen una fé supersticiosa en la ciencia.


Las lluvias de animales están causadas por tornados y trombas que los absorben, elevan y descargan. Como es lógico, suele tratarse de animales con muy poco peso, como ranas y sapos juveniles (cuando finalizan la metamorfosis y abandonan el agua, en la mayoría de especies son aún mucho más pequeños que los adultos, en muchas ocasiones de menos de 1 cm de largo), pequeñas culebras, alevines y peces de especies muy pequeñas, pájaros y murciélagos. Los casos de sapos, ranas, culebras de agua y peces son los más frecuentes porque sucede a menudo que el tornado absorbe el agua de una charca llevándose también a los animales que hay en ella, sobre todo a los que pesan muy poco. Por eso es más raro que haya lluvias de ratones y otros vertebrados pequeños que en una situación de tornado se van a refugiar en sus madrigueras, cosa que no pueden hacer los animalines de la charca. A veces hay lluvias de pájaros o de murciélagos cuando un grupo de ellos es sorprendido por el tornado en plena migración.


En relación a la sapina, hay que ver también que en determinados momentos del año, cuando los sapos y ranas terrestres terminan la metamorfosis, miles de crías minúsculas abandonan el agua y se extienden por las charcas secas y los pastizales. Este es un fenómeno habitual que no tiene nada que ver con la sapina. Es cierto que la mayoría de ranas y sapos tienen sustancias tóxicas en la piel y en diferentes glándulas del cuerpo (son mecanismos de autodefensa). Así que todo lo que cuentan tus padres es bastante lógico.



Lluvia de sapos. Dibujo de Conrad Lycosthenes, filófoso, teólogo, alquimista y cronista de fenómenos inexplicables que publicó en 1557 el Libro de los prodigios, toda una enciclopedia de fenómenos extraños, entre ellos, lluvias de todo tipo de animales. Más información en este artículo de El Periódico de Catalunya.

3 de mayo de 2010

El Molino de Requeijo, hoy

Hacía años que no visitaba el Molino de Requeijo por lo que este verano me decidí a ir un día hasta allí. Pero no fue tarea fácil. Ilusa de mi, una de las tardes que estábamos en Requeijo-Beach, me fui en ropa de baño y chancletas a buscar la caseta. Elegí el camino de la derecha de la presa, el de piedras y crucé por la finca que Asunción tiene allí, arañándome los pies con el pan segado y tropezando con catorce mil piedras... hasta que una muralla de cardos y jaras me cortó el paso. Las plantas, bastante más altas que yo, me dejaban ver el edificio, pero no llegar hasta él, así que tuve que desistir.
Elegí otro día, mejor vestida para la aventura y en bicicleta, subí por el antiguo camino, el que pasa cerca de Los Umericos y llegué hasta donde pude sobre ruedas (y previo remojo de pies y zapatillas porque había una fuga en una de las tuberías de riego y el camino estaba hecho un barrizal). Como si fuera una última superviviente casera, conseguí saltar la enorme regatera que circunda el molino y palo en mano, aparté jaras y zarzas hasta llegar a él... ya, ya... puede sonar exagerado, pero juro que no fue nada fácil y que estas fotos se cobraron la sangre de unos cuantos arañazos!!! No me extraña que desde la Consejería hayan tirado de las orejas al Ayuntamiento porque también es casi imposible acceder al caseto de desagüe de la presa (hablo de oídas, pero creo que tuvieron alguna advertencia de que esa zona debía estar más limpia y despejada de maleza)... aquello es la selva!!!!

Y todo para ver con tristeza el estado en el que se encuentra el Molino... medio caído, las paredes rotas, un gran buraco en la pared trasera, el tejado desencajado, las piezas del interior hechas pedazos por el suelo,... Aquí os dejo unas fotos que hice hace unos años y la comparación con la situación actual de este lugar.
 
 

La vegetación rodea el molino hasta hacerlo casi inaccesible... la antigua balsa del agua ni se distingue ya, toda llena de grandes jaras.





















La entrada está casi tapada y los muros han perdido el barro que los recubría.





 La entrimoja que aún se mantenía en pie, ha rodado por el suelo, entre los agujeros del solado.




Las paredes están a punto de caerse...


Lo mismo que el tejado...

Una pena... ya sé que poco se puede hacer, no hay dinero, no hay muchas posibilidades de arreglarlo... pero es una tristeza verlo en este estado.

1 de mayo de 2010

Llegan los mayos

Llega mayo y llegan los mayos, el muñeco colgado de un tronco de árbol (ahora, de una farola o una torreta de la luz). Es una tradición que los pocos mozos que quedan el el pueblo continúan manteniendo.


Hay mayos en Ayoó, y hay mayos en casi todos los pueblos de Zamora (aquí, en este artículo del profesor Mencía en Patrimonio Popular, hay fotos y explicaciones de la fiesta en la provincia) y en la vecina León, como los de Jamúz, declarados de Interés Turístico Provincial hace tres años.


Pero es que esta exaltación de la primavera que aseguran se remonta a los fenicios y griegos (Wikipedia), se encuentra también de esta misma forma, plantando los mayos, en Castilla-La Mancha, Galicia, Extremadura, Andalucía... y en Gran Bretaña, Francia, Italia, Alemania, Bélgica y hasta en Estados Unidos y Sri Lanka!!! Nunca algo tan de Ayoó fue tan de todos.


Mayo colocado por los mozos en la zona de las Escuelas el año pasado (Foto de DGT)



Mayo (maya, más bien, jeje)  junto a la Iglesia, hace un par de años (Foto de Paulina P.)





Mayos en el pueblo, año 1999