1 de marzo de 2022

1 de Marzo, del ángel custodio a las culebras

En tiempos pasados, el día 1 de marzo se recordaba a los Ángeles de la Guardia, los llamados Ángeles custodios. Una tradición  de la Iglesia que se acompañaba de otra, digamos, más pagana: se quemaba un cuerno de borrego para ahuyentar a las serpientes y que no entrasen en la casa ni en las cuadras. Curiosa combinación de celebraciones...

Lámina del ángel custodio vigilando a los niños que juegan a la gallinita ciega, muy habitual en las casas del pueblo de hace años. Hablamos de él, aquí.

La palabra angel viene del griego y significa "mensajero". Los Angeles de la Guardía son un ente que Dios nos otorga para guiar y proteger a la persona a lo largo de su vida en la tierra, según la tradición católica. 

La fiesta fue instituida por el Papa Clemente X en el siglo XVII, si bien mucho antes había una fiesta similar en Inglaterra que se fue extendiendo por toda Europa.  En principio, el Papa dispuso la celebración para el 2 de octubre, pero entre los años 1927 y 1973 se trasladó al 1 de marzo, volviendo después al 2 de octubre.

 A pesar del cambio, muchos pueblos siguen celebrando la fiesta en la fecha de marzo que es cuando en mi casa recuerdan que se hacía.


Fotografías de carneros de los rebaños con los que trabaja Dlana, una empresa que comercializa lana para tejer de productores locales españoles, una iniciativa muy interesante.

No sé qué vínculo tiene lo de la quema del cuerno con los ángeles que nos resguardan. Supongo que como siempre se le tiene tanto temor a las culebras (aunque en el pueblo no haya serpientes venenosas) se une una costumbre popular al tema de custodiar y guardar, la tarea de los ángeles. 

Los cuernos, todos los cuernos, queman y el de borrego, el macho de la oveja, también y como todas las excrecencias que nos crecen en el cuerpo (pelo, uñas, cuernos, lana) a nosotros o a los animales, tienen queratina, que presenta un gran componente de azufre. Cuando se quema sale un olor muy fuerte que en este caso cumpliría su fin, ahuyentar de la casa a las culebras y que humanos y hacienda estuvieran libres de su presencia. Se supone que de aquí, de este fuerte olor a azufre, sale la expresión, muy dicha en mi casa, por cierto, de "huele a cuerno quemado".

(datos recogidos de esta página, spanish.stackexchange.com, sobre etimología y expresiones del castellano, aquí)


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