31 de enero de 2012

Utiles de carpinteria

Taller de Elipio Uña


Tras haber hablado de los carpinteros de Ayoó, vamos a hacer un pequeño, pequeñísimo repaso, por alguna de las herramientas que utilizaban y aún utiliza y que, a nada que miremos, seguro que encontramos pululando por nuestras casas.

Martillo: La herramienta más básica.


Foto de Mauret (Wikipedia)
Mi hijo quedó fascinado este verano con un martillo de bola con bastantes años, similar al que aparece en la segunda foto, que encontró entre los trastos de mi padre. Eso, y la caja de puntas, le tuvieron entretenido todo el verano.








Sierras: Tampoco pueden faltar en un taller de carpintería, aunque sea casero.

Este de la foto es un serrucho que mi padre tiene en casa. La empuñadura está ya picada de la polilla y sus dientes han pasado por tablones, palos o huesos del jamón.


Con las sierras braceras se tableaban los troncos, se partían para sacar tablones y planchas de madera. Son muy grandes, se usaban entre dos hombres. La sierra está formada por un bastidor de madera en cuyo centro está montada, y tensanda, la hoja de sierra.


Sierras braceras, la primera es de la web del pueblo zamorano de Malva y la segunda del burgalés Hinojal


Sierra bracera (la grande con madera y cuerdas), compás de gruesos, broca de mano, serrote.
Foto de la web del pueblo de Hinojal de Riopisuerga (Burgos)

Barrenas. Piezas metálicas labradas para facilitar su entrada en la madera. Tiene un mando en forma de "T".

(Fotografia tomada de la web del pueblo de Bonella, en León)








Berbiquí es un instrumento giratorio capaz para alojar una broca en la madera practicando un orificio.

(Fotografía de la web de Hinojal, Burgos)





Broca, pieza metálica construida con forma espiral y que instalada en un berbiquí o taladro, tiene gran capacidad de penetración.
Sobre esta fotografía concreta, se explica lo siguiente en la página web de Hinojal:
Disponían de un surtido variado de brocas. En la imagen, se puede apreciar en los extremos las brocas extensibles que podían variar el tamaño del agujero. Diferentes brocas de madera normales y las conocidas como minga marrano rápidamente identificables por su característica forma.
(Fotografía de la web de Hinojal, Burgos)

La garlopa es un cepillo grande que sirve para cepillar el canto de las tablas.

(Fotografía de la web de Hinojal, Burgos)



Cepillo de cubas. Como la garlopa pero adaptado para hacer las cubas para el vino,que son redondeadas.

(Fotografía de la web de Hinojal, Burgos)






Guillamén, conocido en Ayoó como "juntera", es una herramienta que sirve para hacer los rebajes de las enteras para las puertas.

(Fotografía de la web de Hinojal, Burgos)




Tornillo: pieza que sirve para agarrar bien la pieza que se está trabajando.

(Fotografía de la web de Malva, Zamora)







La azuela es un tipo de hacha de mango corto y con la hoja dispuesta en perpendicular a dicho mango. Sirve para desbastar, alisar, ahuecar, amoldar formas torneadas y esculpir tallas de madera.






Y aquí, mi padre, en plena tarea de trabajo con la azuela, hace un par de años, mientras tallaba unos palos para las habas.



Cajón de herramientas de Alberto Alonso.


Artículo realizado con la ayuda recabada en estas páginas:
Herramientas de carpinteria
Página web de Hinojal de Riopisuerga, en Burgos
Wikipedia
Mi padre

21 de enero de 2012

Carpinteros

Banco de carpintero. Fotografía de Ignacio Fernández Martín, quien amablemente me ha permitido ponerla aquí. Este fotógrafo tiene obras muy interesantes que podeis ver en su blog, El blog de Ñaki.


Un oficio básico hace no tantos años y muy ligado a la vida del campo era el de la carpinteria. Antes de la llegada masiva del plástico y cuando conseguir muebles, herramientas o materiales de construcción no era tan sencillo, la madera dominaba la vida cotidiana de las personas.


Por ello, los carpinteros abundaban y en Ayoó, resulta curioso que muchos de ellos se dedicasen al oficio tras haber salido al extranjero, sobretodo a Cuba. Estos son algunos de los profesionales de Ayoó:

Antigua carpinteria en Blesa (Teruel).
La fotografía es de principios del siglo XX y
está recogida, junta otras imágenes antiguas,
en la web de la Asociación Cultural El Hocino,
de este pueblo. 

El Ti Virgilio Gutiérrez, marido de la Ti Severiana, padre de Emilia la de Lucas, hermano de Aurelio, Gabriel y Pepe y de la Ti Josefa, madre de Genoveva, Antonio el de Sole, Tío Leonardo y Celia. Fue uno de los vecinos que estuvo en Cuba y tal vez en algún otro país y aprendió mucho. A la vuelta, ya convertido en un hábil ebanista, se puso a trabajar la madera, en la casa que está a la entrada del pueblo desde Congosta, donde estaba el derribado transformador de la luz.

El mismo se hizo un torno, con un pedal, con el que hacia molduras para camas, armarios y otros muebles. También hacía carros.


Este señor murió de forma temprana en un terrible accidente. Eran las vendimias y preparaban el vino en su bodega, el líquido estaba en plena fermentación y los gases, “el tufo” afectó a un hijo suyo, un hermano de Emilia que tenía una cierta deficiencia mental. Al ver que el hijo caía dentro, el Ti Virgilio fue a salvarlo y, como suele suceder en estos accidentes, él mismo quedó también dentro y falleció. Tenía como 58 o 60 años.


También su hermano, Gabriel Gutiérrez, era del oficio. Tío Gabriel en mi casa, estaba casado con una hermana de mi abuela, con Tía Agustina. Tenía el banco en la casa que había donde Paulino y Geme han hecho ahora la suya, en la calle Casillas. Se dedicaba a hacer puertas, arados, pernillas, carros... Según mi padre, casi todas las puertas grandes que había en el pueblo las hicieron allí.

Fotografía de una antigua carpinteria en Blesa, en Teruel. Este pequeño pueblo tiene un interesante Museo de la Carpintería y la Fragua al que yo, de momento, solo conozco por su web, aquí, pero que tiene una pinta estupenda.  

El carro de mis abuelos, uno azul, salió de las manos de tío Luchi, nombre familiar que venía de su mote, Gavilucho, que no le hacía ninguna gracia, toda sea dicho. Recuerda mi padre que era muy hábil, “iba por el monte y palo que veía, uso que le daba. Decía, mira, de ahí sale una pernilla... cortaba un palo y lo aprovechaba todo. Solía ir a buscarlos a Valdomengo y al Ramajal y hacía de todo, arrodaderos, carguillas, orejeras, sillas para estar en casa...”.


Otro de los hermanos Gutiérrez también era carpintero (y también era tío de nuestra familia): Tío Aurelio, casado con otra hermana de mi abuela, con tía Quica -dos hermanos casados con dos hermanas-. Trabajaba cerca de Gabriel, en lo que ahora es la calle Casillas, y hacía puertas grandes, armarios, cubas, puertas con entrepaños hechos a mano, con el bramil... También estuvo en Cuba y trajo de allí mucha herramienta.


Los tres hermanos carpinteros son, curiosamente, tres de las personas que venían a buscar los falangistas durante la guerra, como conté hace poco en el post “DonEzequiel y los falangistas”.


A Cuba también fue un hermano de mi abuelo llamado Manuel, Manuel Riesco. Se instaló en la isla, donde tenía bastante fama como ebanista, contaba mi abuelo que era de lo mejor trabajando la madera. Falleció en la isla, siendo aún joven.

Antiguo banco de carpintero en venta en la web Todocolección.net
 por 900 euros.

En el camino que hay yendo a Las Morales, por donde la casa de María la de Niso, estaba el taller de otro de los carpinterios del pueblo, del Ti Joaquín Barrio. Allí puso el banco y hacía puertas y ventanas de madera, pozales (como una cubeta pero cortado a la mitad), cubas, cubetos... Sus hijos Ismael y Secundino también trabajaron algún tiempo con él, aunque luego lo dejaron.


El Ti David, padre de Aurea hacía carros, “le llamábamos David El Carretero”, recuerda mi padre. Hacía también de albañil trabajando haciendo casas y el mes de septiembre hacía cubas para el vino. Trabajaba en la calle del Medio, en la parte de la casa de Eulogia y Aurea que da a esa calle.


El Ti Eulogio Lobato, padre de Evelio, solo hacía carros. Tenía el taller en la casa que está en la calle Castillo, una que solo tiene puertas grandes, casi enfrente de la casa de los cazadores. Todos los años hacía un par de carros o tres y los vendía en el pueblo, en Carracedo o en San Pedro.


Manolo, en el Servicio Militar
Manolo Casado Pontejo es, por el momento, el último carpintero de Ayoó. Mi padre le conoce bien porque estuvieron juntos en Astorga, haciendo la mili. Por ello sabe que “en casa siempre le había llamado la atención todo lo de la madera. Cuando estuvo en la mili, fue al taller de carpintería”.


La madre de Manolo era familiar del Obispo de Astorga (primo, pero todos le llamaban tío), Don AngelRiesco y él terció para que le metieran en la carpinteria. Un comandante le dijo, “anda, mira, este que viene con la recomendación del cura va a coger destino”, en un tono que le asustó un poco. Los compañeros le animaron a hablar con su tío el Obispo que habló con su superior y nunca más le volvió a decir nada. Es más, le llevó a su casa durante más de ocho días para que le hiciera unos muebles y unos arreglos. “La mujer del militar le daba el bocadillo y 100 pesetas cada día, un capital entonces”.

Manolo y mi padre, con una bandurria que el primero había hecho en el taller de carpinteria del cuartel de Astorga.


Tras la mili, se quedó un tiempo en Astorga con un tal Moro, aprendiendo algo más del oficio. Después estuvo en el pueblo y marchó un tiempo a Bilbao y volvió otra vez a Ayoó. Una vez de vuelta, la familia le dio perras para comprar maquinaria más moderna que la que tenían otros. Compró la cepilladora, que no la tenía nadie en Ayoó. También puso, más tarde, una sierra para hacer tablones, compraba chopos y los serraba... Hacía de todo, puertas, ventanas, armarios, roperos... Trabajó durante los años 60-70 y yo diría que hasta, cuando ya el trabajo flojeaba y se fue a Madrid a trabajar. Con el cierre de su taller terminó la carpintería profesional en Ayoó.

Operarios usan una sierra bracera paraa tablear un tronco. Fotografía (o postal) que he encontrado en el blog "Yomismo y mi gente"

La madera la compraban en Castrocontrigo o en Nogarejas, hasta donde iban en los carros para traer la madera de chopo, de pino o de omero. La serraban allí mismo o en el aserradero de Congosta, el que estaba junto al molino que está al lado de la presa actual.


En Castro mi padre recuerda a Eloro, un portugues muy hábil que tableaba los árboles en la propia tierra. “Cogía con algún compañero, con la sierra bracera y el tronzador y allí mismo, en el prado, hacía las tablas y los machones (tablas de madera para las casas). Levantaban los árboles con unas burriquetas y hacían el trabajo. Trabajaban para gente que se estaba haciendo la casa y necesitaba las maderas o bien para los carpinteros, para prepararles el material.

Carpinteros usando el tronzador con los troncos. Fotografía encontrada en el blog "Yomismo y mi gente".

Como recuerda mi padre, ser carpintero era un oficio bonito pero duro: “Entonces todo se hacía a base de fuerza, no como ahora que hay máquinas para todo”.

17 de enero de 2012

Crueldad

En el anterior post de los gatos no quise manchar a los preciosos mininos con una historia que me contó mi madre, ocurrida este año: fue a tirar la basura y se encontró con que alguien había echado unos gatitos al contenedor (estaba vacía, cayeron abajo del todo) y allí estaban, desgañitándose, maullando como locos, asustados, condenados a una muerte cruel...


Que los gatitos del pueblo tienen la suerte marcada lo sabemos todos. Solo uno o dos ejemplares de cada diez o doce camadas podrán sobrevivir, se les dejará para que se queden en la casa generalmente para sustituir a un gato viejo desaparecido. Yo misma he elegido quien iba a vivir y quienes, a pesar de ser tan tiernos, tan bonitos, iban a morir. Es duro pero así es. Lo que no es necesario es ser cruel, hacer sufrir a los animales de forma innecesaria, dejarlos abandonados sabiendo que morirán de hambre o, como en el caso que me contó mi madre, tirados como basura al contenedor a la espera de que la falta de comida o un buen bolsazo terminase con ellos. La naturaleza ya es lo suficientemente cruel, no hace falta serlo aún más.


Liso tuvo suerte, fue el elegido para seguir en la casa.

15 de enero de 2012

Gatos

Liso, el verano pasado.

Los gatos llevan entre los humanos unos 9.500 años. Han sido venerados como dioses, odiados por acompañar a brujas, felicitados por sus dotes cazadoras y perseguidos por transmitir enfermedades... hay quien no soporta su mirada inquisidora y otros adoramos su porte, sus movimientos, su fidelidad a ratos...


Mis recuerdos del pueblo siempre van ligados a gatos, a la gatita negra y blanca que había traído mi tía de La Bañeza y que se dejaba tocar y achuchar y la blanca y gris huidiza que siempre se escapaba por la gatera cuando yo me acercaba. Los muchos gatitos a los que he buscado (y encontrado) en el pajar, el hierbal, en la cocina de horno... Sorgiña, la gata a la que adoptábamos en los veranos y que se metía en las camas... así hasta llegar a nuestra Princesa, la gata más lista cazando ratones, cariñosa y zalamera, su hija Lisa, tristemente desaparecida el año pasado y su hijo Liso, que vino a llenar el hueco de su hermana. Todos ellos siguen a mis padres en sus trabajos por los huertos como si de perrillos se tratara, nos buscan cuando llegamos al pueblo y nos alegran con sus juegos.


Los gatos me gustan y se me dan bien, consigo acercarme hasta a los más ariscos y en los paseos por Ayoó voy saludando y acariciando a todos los que se me cruzan y fotografiando a los que se dejan. Estos son algunos de ellos:

Prince y Lisa atusándose a la puerta de casa.
Princesa
La gatita de Agustina que es mansita y preciosa y suele estar en los alrededores de su casa descansando.
Gatito de mi tía Paulina que "adoptamos" una Semana Santa... aquí en las escaleras del campanario.
"El turco", el gato que tuvieron Adonina y Felipe, que recibió ese nombre porque se lo trajo su hija Susi (que está casada con un ciudadano de Turquía).
Galtzerdi, preciosa gatita a la que mis sobrinas rescataron de entre la leña, cuando había sido abandonada y estaba a punto de morir. Ahora vive con Asun, que nos la recogió.
Gatito casero (tiene collar) en el tejadillo de una huerta.
Gato negro bien enfadado, en Congosta.
Gatito de Olegario y Luzdivina mirándome desde debajo de un coche.


Lisa y el rubio, amor en las alturas.
Gato en un arado en el Tiar.
Otra gato de huerta.
En el tejado.
Curioso.

13 de enero de 2012

Ramos

Entre las felicitaciones que llegaron a mi email esta Navidad, estaba la del profesor Emiliano Mencía quien me felicitaba las fiestas con la foto de un ramo leonés de su propia casa de Benavente, este:
 
Ramo leonés en el domicilio del profesor Mencia
 (blog Patrimonio Popular)


Puse la foto en el facebok, en el grupo de Ayoó de Vidriales y entre los comentarios, alguien señaló que en el pueblo se usaba algo similar. Preguntados los que (casi) todo lo saben, mis padres, así me lo confirmaron: en el pueblo se usaba un ramo leonés, pero no en Navidad si no en honor tanto de San Mamés como de la Virgen del Rosario: “el ramo se sacaba cuando le iban a cantar la loga a la Virgen o al Santo, cuando se hacía fiesta en San Mamés, cuando la novena o a la Virgen, en la Iglesia, en Navidad y en Pascua”.


Las logas son las canciones que exaltan la vida del santo o canciones dedicadas a la Virgen que cantaban las mujeres del pueblo, al estilo de cómo lo hacen ahora aunque en casa me aseguran que auténticas logas hace años que no se escuchan en Ayoó.


El profesor Mencía también hacía esta distinción de ramos en su blog Patrimonio Popular:


Este tipo de ramo leonés de Navidad, con texto alusivo al Nacimiento del Niño Dios y a la llegada de los Reyes Magos, es distinto a los ramos que también se cantan y ofrecen en comarcas del norte de Zamora, como los Valles de Benavente y Aliste, y algunos lugares de Salamanca y Cáceres. En estas se dedican, cantan y ofrecen los ramos a santos, santas o vírgenes.
Ramo colocado esta Navidad en el Museo de las Alhajas, en La Bañeza.
Más información aquí.

En esos momentos, cuando se cantaba la loga, se preparaba el ramo al estilo leonés, llamado de la Virgen o el Santo en función del homenajeado. “Yo recuerdo -me cuenta mi madre- que era un doble triángulo de madera así (y me señala con las manos, unido en el vértice y que se cruza en la base). Tenía unos huecos para poner velas a los lados y con unos lazos que colgaban desde arriba. Eran unas cintas anchas, de unos 10 centímetros de ancho, con dibujos por los lados, llevaban colores en el centro, otras hacían como aguas o con dibujos en la misma tela, muy bonitas. A veces también se le ponía un mantón bordado, como el que se lleva en los trajes”.


Al ramo le habían hecho hasta unos asideros para poder llevarlo cuando se cantaban las logas.


Hace un tiempo, Gaby colgó en Facebok unas fotos antiguas de una festividad de San Isidro (finales de los ochenta) donde se veía claramente un ramo, en este caso cuadrangular, hecho como con panes, decorado con cintas y con un mantón bordado.



(Fotos de Pedro Gabriel Cortés)

Otro ramo más en las celebraciones ayoínas. Una costumbre que sería bonito poder recuperar, como ya se está haciendo con el ramo leonés navideño, cada vez más presente en las calles, edificios públicos y en las casas.



Más datos sobre el ramo leones:

Patrimonio Popular, aquí y aquí.
Cosinas de León
Asociación cultural Raigañu
Cómo adornar el ramo leonés
Libro "Las fiestas de los ramos" de Emiliano Pérez Mencía




5 de enero de 2012

Noche de Reyes



Hoy recibimos la visita de Melchor, Gaspar y Baltasar... antes de su escapada nocturna, estarán en fastuosas carrozas o en modestos escenarios (según los sitios pero con la misma ilusión) para ver a los peques y charlar un ratito con ellos... Hoy, grandes y pequeños tendremos ese gusanillo, esa cosa, que ni la crisis puede con ella... Felices Reyes y que os traigan todo aquello que os haga felices!!!



Posdata: las nuevas tecnologías nos han permitido vivir casi en directo los Reyes en Ayoó, gracias a nuestro amigo Trice(ratops). Aquí un par de fotos que ha colgado en el grupo de Ayoó de Facebook de la celebración de este año: