15 de diciembre de 2015

Requeijo (1)

Uno de mis lugares favoritos de Ayoó es la presa de Requeijo. Ver la balsa de agua desde el merendero, desde la playa, desde el camino a la Cuesta de la Pedrera o desde los múltiples altos que la rodean. Refrescarme en su agua barrosa tras llegar sudorosa tras un pequeño paseo en bici (y la maldita cuesta que ni que fuera el Tourmalet). Jugar con su barro. Desesperarme con los insistentes tábanos. Y ver, con un poco de suerte, alguno de los corzos que corretean por sus alrededores.

Pero algunos aún nos acordamos del Requeijo antiguo, el de los dos alberques más pequeños, el de los chopos que daban sombra a nuestras meriendas juveniles, el alberque de arriba con sus aguas más oscuras cubiertas de algas…


Los antiguos alberques servían, como ahora la presa, para guardar el agua de los muchos manantiales de la zona, y poder regar las tierras de cultivo. Y también, como ahora, servían de lugar para el baño, para refrescarse en verano, para quedar con los amigos, para meriendas familiares y con la cuadrilla, un lugar que todos llevamos en nuestra memoria y en alguna que otra fotografía, como las que he encontrado en mis álbumes.

Ahí estamos un grupo de amigas frente al alberque de abajo del viejo Requeijo. Se ve al fondo la pequeña presa de cemento por donde marchaba el agua para el riego. A la izquierda estaba la chopera donde buscábamos la sombra en verano y donde posamos con tanto estilo, había prado al que iban los rebaños de ovejas o la cabreada.
Hermi y Bego son las que hacen el arco humano y entre ellas (o bajo ellas) salimos una amiga de Hermi de Madrid y mis amigas Tere, Pili y yo misma. Foto de 1983.

El alberque de abajo poco antes de ser engullido por la nueva presa recrecida, en 1995.
En ese mismo año, 1995, así estaba el alberque de arriba, que era más peligroso, con más barro, más algas y plantas en la superficie, donde no nos bañábamos.

Unos añitos antes, también el alberque de arriba.
Miguel y yo, degustando una estupenda bolsa de aceitunas y posando frente al alberque de arriba, en 1986.

En esta foto que Inés la de Joaquín dejó para la exposición de Perafondo de 2013, se ve perfectamente cómo era el Requeijo antiguo: detrás de Ines y los niños están los dos alberques y al fondo, los chopos que daban sombra a la zona de la merienda.


Curiosamente, en documentos oficiales y de diferentes organismos, se sitúa la construcción en 1975. Los alberques existían mucho antes, mis padres los recuerdan ambos desde que eran niños. Quizás, hemos pensado, que en ese año se construyeron los pequeños muros de contención de hormigón que tenían… no lo sé.

Según mis fotos se cumplen 20 años desde que se construyó la presa, aunque las fechas nos bailan. En una charla que tuvimos en el grupo de facebook del pueblo, hablamos de en qué año se construyó, que si a mediados de los noventa, que si el 96, que si el 92… Yo tengo fotos de la Semana Santa de 1995 y allí estaban las máquinas, la presa recién levantada y aún podían verse los alberques que al poco quedarán sumergidos en la nueva presa. Incluso tengo fotografiado el túnel por el que ahora se desagüa, así que para mi, esa es la fecha de construcción, hace ahora 30 años.

Cartel de la obra de construcción de la nueva presa, Semana Santa de 1995.
Túnel de desagüe, que ahora queda bajo el agua.
El aliviadero.
El túnel de desagüe al otro lado de la presa.
Trabajos de desmonte.
Las máquinas trabajando en la construcción y compactación de la presa.
Finca de la que se llevaron la tierra para la presa.
Otra imagen de la construcción.

La Presa de Requeijo* (o Requejo, como les gusta corregir) se describe como “presa en tierra, construida con materiales sueltos”. Pertenece a la cuenca hidrográfica del Duero y se nutre del agua de manantial de la Fuente Mildeos (en todos los documentos y mapas aparece como Mildedos, pero me niego a usar ese término cuando de siempre ha sido Mildeos en la boca de los ayoínos).


* Tal y como recogí en su día en el post sobre topónimos, desde la Asociación Furmientu nos explican el significado de esta palabra, de Requeijo: “rincón, escondrijo, sitio recogido”. Es propio de Asturias, León, Zamora y Galicia, apareciendo con diversas variantes como requexu, requeixo, requeijo, etc.