23 de noviembre de 2016

Ayoínos 2.0

La gente de Ayoó somos mu modernos: unos le damos al blog (Avantales, El ti Joaquín o Ayoó de Vidriales). También está Ana, que picotea un poco en todo y a la que apasiona la lectura, donde nos aparece tras dos blogs, Viajo mientras leo y Las lecturas de Peter Pan. Otros, merced en general a su profesión, tienen canales de opinión o representativos de su trabajo. En Ayoó hay unos cuantos periodistas, el más conocido y que siempre hace gala de su pueblo, es Antonio Casado, al que podemos ver a veces en algún canal de televisión y leer en su sección “Al grano” dentro de la página “El confidencial”. Otro veterano periodista de Ayoó es Eladio del Prado. A él le podemos encontrar en este blog llamado “El Rejo” (¿nos suena el nombre, eh?), en el que analiza la política y economía española. Javier Vizcaíno ya se ha ganado el título de “ayoíno consorte” y además de su labor en Onda Vasca cada día, publica un artículo cada día en “Más que palabras” y de vez en cuando, en su intermitente “El otro blog”. También periodista es Rosa Pascual, que hace un resumen de su trabajo en la página web que lleva su nombre.


Entre los variados encontramos las locuras en forma de video de “eldeolegario”, pseudónimo de Oscar López de Zubiría. 

Mi rapaz, Oier, tiene su propio canal de Youtube con sus juegos, maincrafts, clashroyales y juegos de carreras varias. Y en este mundo de los youtubers, es donde descubrí el pasado verano (me lo descubrió más bien mi hijo, todo sea dicho) que hay un chaval de Ayoó que, como diría mi churumbel, la peta: Mikel, el hijo de Feli y César el Pajarero. Tiene casi 200.000 suscriptores que siguen su estilo de narrar videos del juego Fifa. Ahí queda eso.


Pdt.- en el facebook del pueblo tenemos algunos menos seguidores, pero ya estamos en casi 400 miembros. A pasar por aquí!!!!

18 de noviembre de 2016

Ayoó en la tele

 El pasado miércoles (15 de noviembre) la tele volvió a Ayoó. Se emitía un reportaje grabado con las mujeres del pueblo enseñando como era lo de lavar cuando no había máquinas y las manos eran las que hacían todo el trabajo. También hablaron de cómo se hace el jabón, de los rumores y comentarios que salpicaban el trabajo. Todo ello se emitió en el programa “Vamos a ver” de la televisión autonómica de Castilla-León. 



No lo pude ver en directo, pero sí después, una vez colgado el programa en la web. Y, en fin, qué decir… Lo primero felicitar a todas las mujeres que colaboraron en el programa, que se vistieron a la antigua, sacaron sus herradas, sus calderos, sus talegas, sus jabones, sus delantales…. Y allí se pusieron a enseñar cómo se hacía esa importante labor casera…. Y fundamental en las relaciones entre las vecinas. ¡¡Y en el canal de información extraoficial de todo lo que tenía que ver con Ayoó!! He visto a Pili, Tina, Aurea, Visi, Tere, Sole, Elisa, Trini, mi tía Paulina, Vitoria, Conce, Braulia, la otra Tere...



Pero me ha quedado mal sabor de boca porque podían haber hecho un reportaje bonito y ha quedado un pastiche, dando a entender que todo el mundo sigue lavando en el pilo (salvo Elisa y Quica pocas vamos ya por allí) y no conocen la existencia de la lavadora. Y la presentadora del espacio, Cristina Camell, hablando con una superioridad como “de capital” y para colmo, su comentario de cierre, “¿pero esto no es un poco guarradilla, ahí todas mezcladas?….



En fin, que esta nueva aparición de Ayoó en la televisión me ha llevado a aquella de los años 80, cuando las cámaras de TVE fueron hasta allí para grabar un programa sobre cómo la entrada de España en la entonces Comunidad Económica Europeo podía influir en una zona rural, esto es, Ayoó. Mi recuerdo es que fue en el espacio “El canto de un duro”, aunque alguien me comentó que quizás fue en otro de caractér económico presentado por la misma periodista y de cuyo nombre ahora mismo no me acuerdo.

Como quiera que fuera, allí fueron, grabaron y el día de la emisión, por la tarde, nos pusimos delante de la tele toda nuestra familia, nuestra vecina de un lado, nuestra vecina de otro, nuestra vecina de abajo… Todo con gran expectación. Y empezó el programa. Y sacaron el corral de las ovejas de Peñacabras como si aquello fuera el pueblo y las casas de la gente. Y sacaron a mi tío Ismael diciendo que no comía más carne que “un pollico el día la fiesta”. Y sacaron a los vecinos con el traje regional de la época, el mono, exagerando sobre su pobre vida. Y recuerdo la cara de mi madre sin poder creer tanta falsedad y cómo intentaba explicar a las vecinas que todo eso era falso y/o exagerado. Y ahí descubrí que la tele miente.


Programa "Vamos a ver", de la Radio Televisión de Castilla León

6 de noviembre de 2016

La fiesta de los mozos

Acabamos de pasar el 1 de noviembre, el Día dedicado a todos los santos, una celebración de la Iglesia católica de especial raigambre en pueblos como Ayoó. Pero hace unos años, esta fecha era aún más señalada porque con Todos los Santos llegaba la fiesta de los Quintos, todo un ritual de paso, de dejar de ser niño para convertirse en mozo. Para ello, el chaval (ellos, hablamos del género masculino) que llegaba a los 15 años tenía convidar a los mozos mayores. Tenían que pagar un cántaro de vino que acompañaba a una cabra que se mataba para esa fecha y se comía entre todos. Ese mismo día, por la tarde, se hacía el esperado sorteo. Se ponían los nombres de los mozos y de las mozas en una bolsa y se iban sacando los papeles para que el chico rondase a la chica que le había correspondido. El mozo debía ir a la casa de la joven y darle un poco de palique. Daba lo mismo que ella o él tuvieran novio formales, la ronda había que hacerla. Y para asegurarse de que así era, dos o tres iban a revisar las rondas.

El sorteo se celebró hasta principios de los setenta, cuando decayó la cosa y empezaron a hacerse trampas (“siempre salían juntos los nombres de los novios, hacían tongo”, me dicen en casa).

Aquellos mozos que tenían que hacer la mili en ese año, aprovechaban la fiesta del sorteo para reunirse el día anterior y hacer una comida o una merienda.






También era habitual que se hiciera una comedia coincidiendo con esta fiesta de los mozos, comedia a la que iba todo el pueblo, como era costumbre.

1 de noviembre de 2016

12 meses, 12 iglesias: Iglesia vieja de Tardemézar

Este día Todos los Santos, el mandato de la religión católica, hecho costumbre a lo largo de los años, marca la visita de los cementerios para recordar a los familiares fallecidos. Por ello, acostumbra a pasar por este espacio los composantos, el de Ayoó y el de pueblos vecinos. Y para unirlo a mi pequeña campaña de "12 meses, 12 Iglesias", pasa por aquí la vieja iglesia de Tardemézar, la que está a la salida del pueblo y que ahora funciona como cementerio de la localidad. Un cementerio curioso, precioso y triste, en un templo que se cae a trozos pero que aún retiene su belleza. 


Imagen de Santa Marina que ahora está en
la nueva iglesia.
Foto Centro de Atención Pastoral Vidriales.


No he encontrado mucha información sobre este templo. Que estaba dedicado a Santa Marina, cuya imagen se encuentra ahora en la otra iglesia de Tardemézar, la que está en uso, dedicada a San Martín. Allí estuvo hasta hace un par de siglos, cuando, desconozco las razones, la iglesia deja de serlo y comienza su declive patrimonial. Tampoco sé cuando se trasladó allí el cementerio que se ha convertido en uno de los más inquietantes y curiosos que he visto nunca.






El edificio apenas conserva las paredes en pie. Toda la cubierta ha desaparecida, los muros están rajados, la vegetación se abre paso por los recovecos y las ventanas y troneras se mantienen a duras penas en las paredes.















El campanario, de tres vanos pero ya sin las campanas, se mantiene bastante digno, coronado por un nido de cigüeñas.





Aunque ya no tenga su función primera como iglesia, la construcción bien merecería un repaso para evitar que se siga estropeando y que llegue a caer lo que aún se mantiene. Y así seguirá vigilante, desde la carretera, observando nuestro paso...