Golondrina
tú que hiciste
que la casa no barriste
-le dice la madre a la hija-
mientras yo fui al mar
por unos zapatitos
para tu calzar
¡¡¡Chorrolín!!!
La gracia de este dicho es que hay que decirlo muy deprisa, como si fuera un trabalenguas.
Nunca había escuchado esta cancioncilla que me narró mi madre durante uno de nuestros paseos, tras ver a una golondrina volando por el campo. Al rebuscar, he hallado varias variantes de esta canción. Esta, recogida por la filóloga de Calzada de la Valdería Isidora Rivas Turrado, viene hasta con explicación:
En una primera lectura, la golondrina, acusa a la mujer de vaga. Obviamente el interrogante y los adjetivos "cochina, marrana" no se refieren a la vagancia y a la suciedad física, sino a la moral, derivada de la infidelidad al marido ausente. El YO narrador no es otro que el marido disfrazado de golondrina.
Mariquita qué faciste
que la casa no barriste
mientras yo fui a la mar
por unos zapatos pa tú calzar.
¡chiiiiirriiii!
Fui a la mar
Vine de la mar
Y tú cochina, marrana
¿qué hiciste
que la casa no barriste?
Mauricio Rivas. Calzada
Este texto y otras muchas cancioncillas que se decían en los pueblos, se pueden leer en esta recopilación, aquí, muy intersante.
Otro reputado investigador, Jose Manuel Fraile Gil, recogió una versión similar en Val de San Lorenzo (el pueblo de las mantas y de Enrique, un compañero mío del instituto, por cierto). Está recogido en la revista de la Fundación Joaquín Díaz, en este artículo.
¿Qué hiciste
que no barriste?
y mientras que yo fui al mar
a comprar unos zapatitos
para mi hija casar.
¡Chirrí, chirriii!
Y en el blog del pueblo leonés de Ambasaguas de Curueño se recoge esta otra versión:
Mariquita tu que hiciste
que en mi casa no barriste
mientras yo fui al mar
por mil barras de tendal
por mis hijas casar
shrerrrlí, sherrrlá
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