2 de septiembre de 2018

Paseos por Ayoó: De Ayoó a Congosta y vuelta por Los Roderos


Hace ya unos años que decidí conocer los alrededores de Ayoó, ponerle imagen a esos lugares de los que se hablaba en casa cuando era niña: los Labayos, Valdomengo, Osilga, Ayoó Pequeñino... Algunos de ellos los he ido poniendo en el blog, aquí, en Paseos y espero que a alguno le haya servido para animarse a recorrer monte. Además, ahora, las nuevas tecnologías nos lo hacen más fácil. Antes, si no ibas con alguien que supiera los caminos, podías tener el riesgo de perderte, pero ahora hay guías y páginas que hacen que seguir un paseo sea mucho más fácil. Hay muchas, según el tipo de ruta que hagas, tus preferencias a la hora de moverte (correr, bici, andar, todoterreno...), lo que quieres que te indiquen... Nosotros usamos Wikiloc, que es fácil para meterle las rutas, puedes incluir fotos, te marca el recorrido en el Google Maps. Allí hay unas cuantas rutas por Ayoó y alrededores, para todos aquellos que se quieran animar a pisar monte yendo un poco más informados.

Una de las caminatas aquí registadas es la habitual de todos los veranos, la que hacemos con el grupo Perafondo (en este caso, es la del verano del 17). En esta ocasión con éxito de público, porque se animó a venir un montón de gente y formamos un gran grupo que pateamos 17 kilómetros. Fuimos de Ayoó a Congosta y allí, por el Camino la Brea, llegamos hasta el proyecto piloto de Operación CO2 (proyecto europeo que estudia la fijación de carbono en los terrenos de cultivo), huerga de Osilga, descanso y bocadillo en Valdomengo, tiramos hasta Los Roderos y vuelta para casa.



Aquí los que nos hemos juntado a la hora y en el lugar acordados. 

Conchi, David el alcalde, agachada Rocío, el hijo de Rufina y Julio, no recuerdo ahora el nombre, Fermín, Joaquín, Mari Nieves, Olga, Víctor, Jose, Eva, Trini, mi primo Manolo, Amelia, que nos acompañó un ratito, yo misma y Jesús. Y la perrica de Amelia. También vinieron Pedro, Sonia, su marido Víctor y su padre Manolo, pero no estaban aún para la foto.




Cogimos primero el camino que usamos habitualmente para ir a la casa rural, pero bajando por el primer desvío a la izquierda. Como siempre, el paseo se plantea más o menos y vamos tomando las decisiones de por aquí por allá sobre la marcha.








La luna arriba.



Ya por el monte de Congosta, en un camino que va paralelo a la carretera.









Subimos por una importante cuesta hasta llegar a la plantación experimental de CO2









Desde la plantación de CO2 vamos todo recto por el Camino de la Brea, con una buena sombra de robles. Llegamos hasta la Huerga de Osilga (Huerga es un término usado en Ayoó para referirse a un valle o bajo).










Bajamos desde Osilga por el camino hasta llegar a Valdomengo, a la zona de mesas que hay cerca de la fuente, bajo unos estupendos robles. Allí nos tomamos el almuerzo.







El invierno del 17 fue muy muy seco y así se presentaba la fuente de Valdomengo, sin una gota de agua. Comentando con la gente del pueblo, muchos de los más mayores aseguraban que nunca la habían visto seca. 



Una vez comido el hamaiketako, bajamos hacía Los Roderos. Antes de llegar pasamos por una zona en la que todavía se veían las huellas de un incendio del invierno anterior. Los árboles quemados presidían inquietantes la zona, pero los nuevos brotes verdes empezaban a tapizar el suelo.




Sesteadero de Los Roderos, donde se llevaba a las vacas a pastar cuando existía la vacada. Es un lugar de pradera en un precioso robledal, muy fresco.






Y tras pasar por Los Roderos, cogimos el camino de vuelta a casa.


Por cierto, cuando íbamos por la Chana, en uno de los caminos, nos encontramos esta basura llevada de forma intencionada hasta allí, claro, en un paraje no muy transitado como si por no verse se hace menos daño. Hala, ahí dejo la tele vieja, en medio del monte. En fin...