11 de noviembre de 2020

Refranes, del ajo al gato

Hace mucho que no pongo ningún refrán y ya tengo unos cuantos que aún no habían desfilado por aquí, así que allá van, comenzando en el día de hoy, 11 de noviembre, San Martín, santo muy refranero en el mundo rural, empezando por el famoso "A todo cerdo le llega su San Martín" o este otro de "Por San Martino mata el pobre su cochino y por San Andrés mata el rico tres".

Pues en el día de hoy hay un consejo de siembra: "Por San Martino el ajo fino, por San Antón, el ajo picón". Y otra recomendación: "En el ajero hasta febrero".

Otro dicho que recordó mi padre un día que me contaba alguna de sus historias del pueblo: "¿Dónde está la leña? Dónde el carro no llega". Que quiere decir que la mejor leña está siempre en los sitios más intrincados y difíciles de llegar.

Un clásico dicho para cuando uno se corta el pelo y queda medianamente mal: "La esquila buena o mala a los diez días iguala".

Otra de mi padre, "la mujer bigotuda desde lejos se saluda".

Y como hemos dicho que terminamos con un misino, aquí va el dicho que le corresponde: "carne que lleva el gato, tarde vuelve al plato".




1 de noviembre de 2020

Todos los Santos en el pueblo vacío

Hoy es el día de Todos los Santos y como cada año, en este blog visitamos un cementerio. Hoy le toca el turno a uno muy pequeño, con apenas cinco o seis tumbas y una iglesia que yace al abrigo de un pueblo vació: Otero de Sariegos.

Este verano fuimos a ver las lagunas de Villafáfila (que no había ni gota de agua, por cierto, pero eso en otra entrada...) y nos acercamos hasta este pequeño pueblo con mucha historia y un incierto futuro. Ya en el siglo XII aparecía el nombre de Otero como inscrito a las pertenencias de la Catedral de León. En 1972 queda inscrito dentro del municipio de Villafáfila y comenzaba su último declive. Hace un par de años murió el último vecino del pueblo.






En 2015 se publicó un libro titulado "Pueblos fantasmas de Zamora", de Jairo Prieto Fernández al que ha dado continuidad en un grupo de
facebook. Allí encontré algunas intervenciones de vecinos del pueblo o de descendientes de los que fueron vecinos y de allí he recogido esta anécdota: 

Primavera de 1991. Visita a las Lagunas. Paseo por este llamativo pueblo. Un señor se asoma a hurtadillas a una puerta. Le comento que qué pocas personas parece que viven en él. Contestación: Aquí vivimos más que los que parece. Después de charlar un rato, de decirle de dónde soy, mi profesión, etc, etc, el caballero, muy mayor él, pero más listo que los ratones coloraos, se sincera conmigo y me advierte: Tal y como están las cosas, no se debe enterar mucha gente de los que vivimos aquí (cuatro en tres casas, eran), porque somos muy mayores y lo mismo nos meten una noche un sartenazo y nos quitan de en medio p'a llevarse nada, porque nada es lo que tenemos. ¿Qué vamos a tener? Años, coño, eso es lo que tenemos. Si entonces eran cuatro, no pueden ser ahora muchos más. Pena.

Y alguien le contestaEl que te contesto se llamaba Porfirio, murio el año pasado era el ultimo que quedaba. Ya no queda nadie.



El caso es que Otero es ahora un pueblo sin habitantes pero lleno de aves a las que no molestan los humanos. Y quizás por ahí pueda venir de alguna manera su resurgir, reinventarse con un tipo de turismo que mira a la naturaleza y a los pájaros... quién sabe. En 1992 se construyó un observatorio desde donde se puede ver la Salina Grande y observar su fauna.


En el pueblo destaca el edificio de la Iglesia, dedicada a San Martin de Tours. De hecho, se sigue abriendo dos veces al año, en Noviembre por el santo y en abril, por San Marcos, patrón del pueblo. 



La iglesia ha sufrido varias reformas, pero se cree que en origen puede ser del s. XVI. Es una construcción de ladrillo con elementos inacabados, como como los arcos cegados de los muros laterales. (Todo esto lo he sacado del cartel informativo que hay en la entrada del pueblo, que a mi me gusta el arte, pero no llego a tanto).



Como no, una cruz de recuerdo solo una parte de los muertos en la Guerra Civil, los del bando ganador.





Junto a la iglesia está el pequeño cementerio que hoy alberga apenas cinco o seis tumbas, algunas con apariencia bastante antigua. A pesar de ello, seguro que también para ellos habrá habido algún recuerdo en un día como el de hoy.