Ayoó prepara una nueva comedia... y otra Congosta. “El médico a palos” de Molière (que no "El enfermo imaginario" del mismo autor, como equivocadamente había escrito) es la obra que están ensayando en el pueblo y los que andan metidos en ella son Nides y Paulina, Eusebio Riesco, Mª Angeles (la hija de Antonio el fontanero), Tania (la hija de Agustina), Alvaro (el de Rosi, de Congosta), Pedro (el de Trini), Jose Luis (el de Felisa) y mi madre que actúa esta vez detrás de los focos, como apuntadora. Muchos de ellos ya han participado en alguna de las otras dos obras que se han montado en los últimos años, “El delincuente honrado” (2007) y “Donde está la verdad" (2005).
Al mismo tiempo, en Congosta también andan teatreros y tienen entre manos una obra. Alvaro, hace doblete, acompañado por Carmelina, Emilio, Germán, Nélida (hermana de Nides, el de Ayoó), un par de señores de Congosta que viven en Benavente y creo que aún nos dejamos a alguno más.
Una de las costumbres más características y peculiares de nuestros pueblos fue la de las comedias, un teatro puesto en escena por la gente del pueblo, con unos medios limitados, pero con muchas ganas. En tiempos pasados fueron una de las actividades que llenaron el tiempo libre de jóvenes y mayores. Se representaron comedias hasta aproximadamente los años sesenta, “hasta que se marcharon los jóvenes del pueblo”, como dice mi padre y se han recuperado de forma intermitente en los últimos años, como ya hemos comentado.
“Tenía fama Ayoó para las comedias”, según mi padre. “Hubo años de echar dos o tres comedias, una en invierno y otra en Pascua. Después de la comedia siempre había baile. La echaban dos veces, el sábado por la noche y el domingo, por el día y luego había baile”.
Mi padre recuerda algunos vecinos que actuaron como actores: Ismael, Fidel, Ricardo, Manolo Barrio, Alberto, Ceferino, el padre de César, Florentino, Bonifacio el de Tomasa, que lo hacía muy bien. Vicente Alvárez, era el que hacía siempre de diablo en las obras que tenían este personaje, hasta el punto de que se quedó con este nombre como mote. También actuaron Laudelina, la madre de Loli; María la de Joaquín; Concepción; Enselma; la hermana de Eugenia, Rosalina Cano, que era muy buena; Eulogia, de doña Inés; Inocencia, la de Antonio... Hubo una obra en la que se escenificaba la Pasión de Cristo: Miguel el del Ti Amado era Jesús; Tía Paulina era la Magdalena; Martina la de Gerardo, la Virgen; Aureliano, San Juan; Eladio de San Pedro, Benigno y Guillermo también estaban... Asimismo recordaba mi padre una de las últimas comedias en las que participaron los más jóvenes de entonces, Luis, Manolo el de Isabel...
Para saber cuando se hacía una comedia se iba comentando, se decían unos a otros, para tal día se hace la comedia y así se quedaba. Para preparar la obra antes y ahora se hacía lo mismo: iban a una casa y ensayaban después de cenar, corrigiendo los papeles.
Emilia, Paulina, Angel y Pilar en una escena de la obra del 2005 "Donde está la verdad" |
Ultimos momentos de la obra "El delincuente honrado" (agosto, 2007). Más fotos de la obra, en esta colección de Picassa, aquí. |
Al mismo tiempo, en Congosta también andan teatreros y tienen entre manos una obra. Alvaro, hace doblete, acompañado por Carmelina, Emilio, Germán, Nélida (hermana de Nides, el de Ayoó), un par de señores de Congosta que viven en Benavente y creo que aún nos dejamos a alguno más.
Una de las costumbres más características y peculiares de nuestros pueblos fue la de las comedias, un teatro puesto en escena por la gente del pueblo, con unos medios limitados, pero con muchas ganas. En tiempos pasados fueron una de las actividades que llenaron el tiempo libre de jóvenes y mayores. Se representaron comedias hasta aproximadamente los años sesenta, “hasta que se marcharon los jóvenes del pueblo”, como dice mi padre y se han recuperado de forma intermitente en los últimos años, como ya hemos comentado.
“Tenía fama Ayoó para las comedias”, según mi padre. “Hubo años de echar dos o tres comedias, una en invierno y otra en Pascua. Después de la comedia siempre había baile. La echaban dos veces, el sábado por la noche y el domingo, por el día y luego había baile”.
Mi padre recuerda algunos vecinos que actuaron como actores: Ismael, Fidel, Ricardo, Manolo Barrio, Alberto, Ceferino, el padre de César, Florentino, Bonifacio el de Tomasa, que lo hacía muy bien. Vicente Alvárez, era el que hacía siempre de diablo en las obras que tenían este personaje, hasta el punto de que se quedó con este nombre como mote. También actuaron Laudelina, la madre de Loli; María la de Joaquín; Concepción; Enselma; la hermana de Eugenia, Rosalina Cano, que era muy buena; Eulogia, de doña Inés; Inocencia, la de Antonio... Hubo una obra en la que se escenificaba la Pasión de Cristo: Miguel el del Ti Amado era Jesús; Tía Paulina era la Magdalena; Martina la de Gerardo, la Virgen; Aureliano, San Juan; Eladio de San Pedro, Benigno y Guillermo también estaban... Asimismo recordaba mi padre una de las últimas comedias en las que participaron los más jóvenes de entonces, Luis, Manolo el de Isabel...
Para saber cuando se hacía una comedia se iba comentando, se decían unos a otros, para tal día se hace la comedia y así se quedaba. Para preparar la obra antes y ahora se hacía lo mismo: iban a una casa y ensayaban después de cenar, corrigiendo los papeles.
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