En entradas anteriores hemos visto como para ir del pueblo a otros lugares, ya fuera Congosta, Santibáñez o La Bañeza, se utilizaban las caballerías, el carro o, claro está, el tren de san Fernando (un ratito a pie y otro caminando!!!)
Pero llegó un momento en el que a Ayoó llegaron medios más modernos: los mixtos
Autobús mixto recogido de la página Mis Cosas
Primero fue el de Isaac Cano (Tío Isaac para nosotros, padre de Pascual, Aurora, Fernando y Antonio), un camión que tenía sitio para diez viajeros y para llevar carga en la parte de atrás (para cerdos, vacas, atados de berzas, alubias....).
Tras este pusieron, Tío Isaac y Paco, otro autocar, también mixto, para carga y pasajeros, rotulado con un “Ferias, fiestas y mercados” que se ha hecho lema en mi casa. Cada día se trasladaban hasta el mercado de un pueblo. El lunes iban al Puente de Sanabria, el martes a Zamora, el jueves a Benavente y los sábados a La Bañeza.
Después, el mismo Paco (supongo, Manolo, que este es el que mencionabas en tu comentario, el que se casó con la hija del maestro de Fuentencalada) ya puso un coche de 25 plazas que iba tanto a La Bañeza como a Benavente.
Mis recuerdos de autobuses de Ayoó se remontan al autobús de Kiko, el de Santibáñez, que acabó suicidándose años después de dejar el negocio. Con él íbamos al pueblo, en interminables viajes de 14 o 16 horas. Nos recogía pueblo a pueblo, por todo el País Vasco y nos dejaba igual, pueblo a pueblo, desde Valladolid a Zamora... Eran unos vehículos incómodos, que tenían ese olor a autobús que nos revolvía el estómago con solo asomarnos a la puerta... Comíamos siempre en el mismo bar, la sempiterna tortilla en la tartera y el pan envuelto en un trapo de cocina... No recuerdo los lugares, pero sí que en uno de ellos, durante años, veía este anuncio de Nitrato de Chile.
Después llegó el autobus de Raúl, el de Castrocontrigo, también puerta a puerta para recogernos y puerta a puerta para dejarnos. Incluso, cuando no había muchos viajeros, en el autobús se llevaban bultos de todo tipo, muebles (los dormitorios de mi casa, los muebles de la cocina y el armarito del baño, viajaron todos desmontados en el portaequipajes del autocar...) y hasta algún cordero!!! El transporte terminó cuando apretaron las tuercas a los “autobuses pirata” que hacían la competencia a las líneas oficiales, que son las que ahora nos llevan hasta Benavente, y de ahí, en el autobús de Julio hasta el pueblo.
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