Hoy nos toca una tanda de refranes que se solían decir en el pueblo y que tienen que ver con las cosas del vestir y del aspecto.
Me resultan muy curiosos aquellos que hablan de guardar la ropa de más vestir. Ahora, que vamos hechos unos pitiminís todos los días, nos parece nimio andar “reservando” ropa, pero antaño, la vestimenta (una) mejor y más bonita, era únicamente para el domingo y casi casi, solo para ir a misa. También hay quien me ha contado como el vestido mejor lo llevaba, si había que ponerlo, puesto por el revés para que no se estropeara y que estuviera como nuevo para los días de fiesta.
En la foto, mi tía Paulina, muy jovencita, con sus galas de fiesta en una foto tomada en el Santuario de la Virgen del Campo.
Estos son los dichos de hoy:
Ropa que te adorna, quítala y ponla.
Adórnate madero y parecerás un cielo.
Ande yo caliente, ríase la gente.
Quién todos los días va a muy bien parecer, llega el domingo y no tiene que poner.
No hay mejor espejo que la carne sobre el hueso.
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