16 de marzo de 2024

Árboles con tumores

Los árboles también tienen enfermedades y a veces, cuando vemos formas retorcidas en su tronco, no es un capricho de la naturaleza si no el resultado de haber pasado por un problema en su salud, una especie de tumor en sus troncos.



Aquí ya hemos hablado de las agallas o, como se conocen en el pueblo, abuyacos. 


Son esas piezas esféricas que podrían confundirse con una bellota y que se desarrollan cuando una avispilla introduce sus huevos en las yemas de las ramas. El árbol reacciona y forma una costra alrededor, como si fuera un tumor en su rama, quedando la larva en el interior esponjoso. Cuando se desarrolla, sale al exterior perforando la bola.

Otra muestra son los abultamientos que presentan algunos árboles en su tronco, por ejemplo, el roble que está junto a la caseta del bar de Requeijo.

 


En la zona del robledal cercano a la Ermita de San Mamés (y que logró salvarse del devastador incendio de la peña) también hay varios árboles con estos abultamientos.

 



A estos abultamientos se les llama lupas o lupias y pueden ser de varios tipos: más lisos porque ya han sido cubiertos por el crecimiento de la madera, que serían los nudos y más rugosos, con fuertes protuberancias, que serían las agallas.


Todos estos crecimientos anómales suelen ser debidos a heridas que reciben los árboles, insectos que ponen sus larvas, bacterias que entran por una parte rota, parte de la corteza que es arrancada al afilarse las uñas los animales. Eso produce una división celular rápida y desordenada, una especie de tumor en el tronco del árbol. 

Normalmente no suele poner en riesgo su vida, al menos directamente. Pero si de forma indirecta. Estas protuberancias llamadas lupias son muy buscados por aquellos que trabajan la madera. La conocida como “madera de raíz” nace de este tipo de anormalidad. Esto es lo que leo en una página web de una empresa maderera (Maderea): La madera de raíz es muy valorada, por las diferentes figuras que se forman en sus cortes. Incrementando su valor, cuanto mayor superficie rugosa contenga, ya que en los cortes provocará más formas más peculiares. Estos dibujos tan característicos, que se forman en la madera de raíz, suelen aparecer con pequeños nudos alrededor, conocidos como “ojos de perdiz”, o “mar de pequeños ojos” rodeados de fibras muy retorcidas.

El valor de este tipo de madera provoca que leñadores furtivos estropeen árboles al cortarles trozos para venderlos de manera ilegal.

No hay comentarios: