1 de noviembre de 2010

Ofrendas

Cuando moría alguien, la familia estaba obligada a “irle a ofrecer” al cura. Eso significaba que durante un año se tenía que llevar una cesta a la Iglesia, con un carolo bueno de pan, cuatro velas en cada lado y todo tapado por un paño blanco con puntilla alrededor. Se acercaba uno a la sacristía, se le besaba el cinto al cura (la estola), se le daba una perra y el cesto de pan.
En tiempos de Don Ezequiel, el pan alimentaba a sus cabras, al caballo o a sus perros.




Antiguo paño de ofrendas recogido del Museo Virtual de Arrabalde. Así nos presentan esta pieza en esta interesantísima página:

Este es un PAÑO DE OFRENDAS realizado en Arrabalde, está bordado con hilo azul sobre tela rústica de lino. Lamentablemente sobre el mismo cayó cera y resulta poco menos que imposible quitarle las manchas. A pesar de ello se observa la calidad del bordado a punto de cruz, a pesar de su simplicidad.



La finalidad de estos paños era cubrir las ofrendas que se hacían en las iglesias al finalizar los funerales. Estas ofrendas generalmente consistían en panes de pequeño tamaño que se llevaban en unos cestos y se cubrían con dichos paños.


También se usaban para las ofrendas del día de las ánimas o de todos los difuntos.


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