Lo mismo ha ocurrido con este corral de las ovejas de Peñacabras, el que acompañaba a nuestra vieja conocida máquina limpiadora... su mal estado ha obligado a su derribo antes de que cayera y provocase un accidente.
En la calle Palomares ha cambiado la fisonomía de la entrada a la zona de huertas. Más práctica la nueva panera de cemento y puerta metálica pero más fea que la antigua pared de piedra y barro...
Y quizás la desaparición más triste de las que he anotado este verano, estas dos chimeneas que se encontraban en los corrales de Peñacabras, ambas desaparecidas ya, caídas... perdiendo un poquito más un patrimonio rico y destacado de Ayoó (ver el artículo Chimeneas del profesor Pérez Mencía en su blog, al que pertenece la primera foto de esta parte del artículo).
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