Fotografía antigua del retablo de la Iglesia que se expuso en una de las muestras de fotografías de Perafondo. |
Los retablos suelen estar divididos en cuerpos que se encuentran separados entre sí, en sentido horizontal, por molduras. De forma vertical tambien se dividen a través de columnas o pilastras.
A lo largo de todos los artículos en los que hemos ido presentando a los santos del pueblo, hemos desgranado uno a uno a los protagonistas del retablo, así que hoy es como el día de la presentación en común.
En el cuerpo inferior del retablo encontramos dos santos custodiando la parte central, una hornacina más grande, en la que está el sagrario que se utiliza en los oficios religiosos, sobre el que está ahora la pequeña figura de El Salvador y un pequeño crucifijo por encima. En la parte derecha está la casa (hueco en el que se coloca una pintura o escultura dentro del retablo) con la figura de San José y al otro lado, la Virgen del Carmen.
Una de las cosas más curiosas que se ve en este retablo es la fila de adornos que está justo por encima de este primer cuerpo: el sol, la luna y el ojo que todo lo ve. De todo esto, debo decir, me enteré por un interesante artículo del blog “El Ti Joaquín” en el que recogía la presencia de estos tres elementos, muy relacionados los tres con la Masonería.
Como indica Joaquín en su blog, este símbolo, unido al sol y a la luna y con el triángulo invertido, con el lado hacia arriba y el vértice hacia abajo, está considerado como relacionado con la masonería. Algunas interpretaciones también señalan que el triángulo hacia abajo representa el agua y lo femenino.
Según Joaquín, en el ratablo de Ayoó: Si esta figura es recta, apoyada sobre un lado, significa el principio, la omnipresencia, Él que lo ve todo; pero si aparece invertido sobre el vértice, entre el sol y la luna, es la Providencia, “la suprema sabiduría de Dios que rige el mundo y a los hombres y cuida de ellos”, es el Jesús omnipotente que todo lo puede mirando hacia abajo, a sus fieles cuando llenan los bancos de la iglesia.
San Bartolomé con el demonio muerto a sus pies.
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