Hoy es 18 de julio. Una fecha que ahora
no nos dice mucho pero durante años resonaba con un macabro eco ya que marcó el inicio de la Guerra Civil. Ese día se produjo el golpe
de estado contra la República, liderado por Franco. El día del Alzamiento, en lenguaje
franquista. Para muchas personas significó una época de persecución
y de examen permanente de lo que hacían, decían y pensaban, una persecución
que quedó registrada en documentos a los que ahora se puede acceder
a través del Portal de Archivos Españoles, dependiente del
Ministerio de
Cultura.
Aquí se recoge un listado de aquellas
personas que perseguidas o sospechosas. Vi el enlace un día en la
página de La Voz de Vidriales, y ahí que me fui a buscar si había alguien del pueblo. Y los
había, de Ayoó, de Congosta y de Carracedo, así como de todos los
pueblos del Valle. En este enlace, aquí, está el listado de esas personas. Cada familia puede obtener detalles concretos poniéndose en
contacto con el Ministerio a través de un formulario que se presenta
en la página.
Yo hice un repaso con mis padres de los nombres que aquí aparecían y esto es lo que ellos recordaban de aquellas personas injustamente perseguidas:
Olvido Crespo Medina. Era la madre de doña Elidina, una de las profesoras que tuvo el colegio de niñas de Ayoó. Según contaba mi madre en un post en el que recordaba susprimeros años de vida, esta profesora llegó al pueblo en los años de la Guerra Civil y se marchó justo al morir su madre. De ahí que a esta mujer, que era asturiana, se la incluya en el listado de Ayoó. Mi madre recuerda poco, “que era de Asturias, que la cogieron por allí y que eran muy pobres, no tenían ni para comer”. En el listado aparece como “depurada”.
Gabriel Menéndez Tostón. Don Gabriel, uno de los maestros más recordados por los hoy ya talluditos niños de la escuela de Ayoó (aquí hablamos de él ).
Miguel Prieto de la Mata. Otro maestro, este de Congosta, que está con los mismos datos que Don Gabriel: expediente abierto entre 1936 y 1942 y depurado.
La depuración del profesorado comenzó el mismo 18 de julio. A algunos maestros la “depuración” se les hizo a lo bestia, es decir, con paseos, cárcel, fusilamiento... quitándolos físicamente del medio. A todos los demás, les sometieron a un férreo control ideológico, en el que analizaban si eran “afines a la causa” y solo si tras escuchar a las fuerzas vivas, al alcalde, al jefe de la Falange local y al sacerdote, se veía que esa persona no era “peligrosa” se les consideraban “depurados” y aptos para seguir con su tarea docente. Así se hacía, como se recoge en este texto sobre la depuración del profesorado en Cantabria:
Si
el gobierno republicano había dado
su primer decreto de depuración de funcionarios
el 22 de julio, el bando franquista dictó
su primera orden el 19 de agosto.
En
ella, se les encargaba a los alcaldes que pusiesen
en marcha los mecanismos correspondientes
y que comunicasen al rectorado
correspondiente “toda
manifestación de
debilidad u orientación opuesta a la sana y patriótica
actitud del Ejército y pueblo español, que
siente a España grande y única, desligada de conceptos
antiespañolistas que sólo conducen a la
barbarie.”
Entre las causas de sanción contaban
la afiliación a partidos políticos o sindicatos de izquierda, la
simple simpatía o colaboración hacia éstos, el apoyo directo o
indirecto a las ideologías representadas en el vencido Frente
Popular, la pasividad ante el triunfo del Movimiento Nacional, entre
otras más como la irreligiosidad ola “indiferencia religiosa”,
las conductas e ideas inmorales, como el divorcio, las técnicas
anticonceptivas, el amor libre,… Las Comisiones Depuradoras
actuaron desde 1936 hasta 1944, aunque hasta 1969 se estuvieron
revisando expedientes de depuración, donde la Iglesia Católica tuvo
un papel decisorio. Por ejemplo, en los expedientes de depuración en
los pueblos andaluces, prestaban declaración el alcalde franquista,
el jefe local de Falange, el comandante de puesto de la Guardia
Civil, el director del colegio, el párroco y sólo un padre de
familia libre de sospecha. En estas declaraciones se debía informar
de la conducta profesional, social, particular, religiosa y política
de todo el profesorado antes, durante y después del 18 de julio del
36.
Además de los maestros, había otros
nombres incluídos en el listado:
Ismael Ferreras Palacios, tío de mi
tío Ismael, hermano de su padre. Se le expedientó en 1943 en el
Tribunal de Responsabilidades Políticas, pero fue indultado.
Jesús Gutiérrez Prieto, padre de
Ceferina la de Restituto y Dionisia, la madre de los Jesús y Felipe,
los albañiles. Como Ferreras, fue expedientado por al Tribunal de
Responsabilidades Políticas en 1943 e indultado.
Virgilio Gutiérrez Prieto,
carpintero, padre de Emilia la de Lucas. Lo mismo que su hermano.
En ambos caso remite al caso de
Dionisio Alonso Zurro, de Granucillo, familia de Felipe el de Quica,
que también fue investigado entre 1940 y 1942 y finalmente
indultado. Y ambos, asimismo, junto a sus otros hermanos y
familiares, estuvieron a punto de ser detenidos por los falangistas y
se salvaron por la intervención del párroco de entonces, el tan
nombrado Don Ezequiel, como recordamos en este post “Don Ezequiel yel falangista”
En el listado también aparece un
vecino de Carracedo, Miguel Bartolomé Ferrero (indultado); Olegario
Martínez Peral, de Congosta (indultado) y Silverio Martínez Peral,
el famoso Ti Silverio
(indultado)
Más datos sobre la depuración de los maestros:
También se puede leer sobre este tema
en un resumen de los cursos de verano de 2009 en la delegación de la
Uned en Tenerife.
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