La fuente de la Iglesia no echa agua. Ni gota. En los últimos años ha ido decayendo por dentro y por fuera. Sus cuatro caños echaban cada vez menos agua a la par que su aspecto externo iba deteriorándose.
Una pena ver cómo se estropeaba uno de los símbolos de Ayoó, la fuente admirada por todos aquellos que llegaban a uno de los rincones más bonitos del pueblo, la fuente de mi infancia y de la de tantos, la que ha saciado la sed de los que iban a la huerta, a segar, a acarrear, a abonar, a regar, a las viñas, a llevar el caballo, a lavar en el pilo... la sed de niños, ciclistas, paseantes, vecinos, jóvenes de hormonas revueltas, de los que descansaban del baile... la sed de mi familia, que allí ha llenado botijos, barrilas, botellas, calderos y herradas...
La fuente de la Iglesia la hizo el Ti Arturo, que fue alcalde de Ayoó en los años 30. Entonces tenía un tejadillo y 4 caños "y a la punta, un piricueto en el que jugábamos de críos", recuerda mi padre.
Fotografía tomada del blog Patrimonio Popular y posiblemente de alrededor de finales de los 60. |
"El pilo estaba igual que ahora pero delante, en la zona donde ahora está el abrevadero, había un pilón que se usaba para meter a ablandar la paja o para que bebiese la hacienda y que de este modo no se ensuciase el agua de lavar la ropa. El pilo tendrá como 80 años", rememora mi padre. "Por bajo los caños donde bajaba el agua, habían hecho un cañal para aprovechar el agua que se iba y se desviaba a las huertas que están por allí. Se le metió cemento pero no fraguaba. Le metieron barro, muy fuerte, con el mayo de hacer las tapias y aguantó mucho tiempo".
Mi abuela Menta limpia la lechuga a la vez que llena el botijo. |
Hace más de dos años escribía sobre el deterioro de la fuente de la Iglesia y ahora no puedo si no repetir lo de entonces:
Estéticamente está tocada, pero lo peor es que cada vez le llega menos agua. Se habla de pozos privados que se han hecho sobre el acuífero de que se sirve, tal vez la sequía que periódicamente afecta a Ayoó y quizás también sea una mezcla de todo, combinado con el cambio de estructura de la fuente. Esta es una teoría que me comentó un amigo este verano y no la veo tan descabellada: la fuente anterior era del estilo de la del Caño, una construcción con, creo recordar, tres caños bajos.
En 1975 la fuente fue arreglada y se hizo un cuerpo muy bonito, con piedras de cuarzo incrustadas y cuatro caños, altos, elevados al menos un metro sobre la antigua. Mientras ha habido agua de sobra en el acuífero de que se nutre la fuente, ha seguido saliendo como estábamos acostumbrados, pero tal vez lo que mencionábamos antes, la sequía, los pozos, han cambiado la reserva de agua y la fuerza con la que puede salir ahora es más limitada y sencillamente no llega.
Y así estamos, por lo que dicen los que la han echado un vistazo, por dentro está hecha fosfatina y por ahí deberíamos empezar para recuperar nuestra fuente. Ojalá volvamos a poder echar un rico trago de agua en la fuente de la Iglesia.
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