5 de octubre de 2010

Los carros de Alberto


Hay quien no sabe estar quieto. Toda la vida trabajando bien duro y cuando llega el momento de la jubilación, aún hay que buscar tarea porque no se sabe estar mano sobre mano. Así le pasa a Alberto, vecino nuestro de la calle Casillas, casado con Pilar, primo carnal de mi padre (hijo de Anastasia, hermana de mi abuela Menta, y de Guillermo) y padre de Jesús, Chencho, Elisa, Alberto, Ignacio y Carlos (desgraciadamente ya fallecido). Mi padre me puso sobre la pista de la habilidad de Alberto “haciendo carretas” y este verano, cuando le pregunté, me invitó muy amablemente a contemplar su obra: la reproducción de carros de todo tipo que había ido haciendo para sus hijos y nietos.




Su afición empezó al encontrar el material: “Derramé una trilladora y una segadora y encontré unas maderas de haya, buenas, y las guardé en la casa vieja y un día pensé, el día que yo falle esto termina en el fuego. Y me puse a hacer unos carros como los de antes. Hice uno para mi, pero vino la hija y me dijo que le gustaba, que se lo llevaba para ella, y así me animé a hacer uno para cada hijo y para los nietos.”



Así nació una ocupación que le recluía durante horas en la antigua cochinera de su casa, hoy reconvertida en un ordenado y completo taller de donde iban saliendo carros y carretas como los que ha visto a lo largo de su vida.




Todos son diferentes, unos más grandes que otros (“no todos tienen mucho sitio en casa y hay que apurar para que lo puedan meter”), con costanas, con lonas, con asientos, sin, muleros, de vacas... Pero mejor verlos en detalle para comprender el trabajo que le ha llevado a Alberto:

Carros para vacas y con pescante.




Carretas que Alberto hizo “al estilo de las del oeste, como las que salen en las películas”.



Curiosamente, el día que fui a hacer estas fotos, estaba viéndolas Rosario, la esposa de José, el antiguo guarda de los montes. Ella recordó que los había visto en su pueblo (Rabanales, cerca de Alcañices), “se utilizaban hace 80 años para transportar personas y cosas. Yo no los usé, pero aún los ví en mi pueblo”.


Precisamente este verano me acerqué un día a Zamora y visité el Museo Etnográfico y había una exposición de fotografía ilustrada, casualidad, con una foto en la que sale una de estas carretas.






Aquí, uno de vacas y otro para caballerías. Estos, me contó Alberto son carros al uso de la Tierra de Campos, con un macho. “Por Campos no ataban para acarrear, los cargaban con bieldos, sin atar el trigo ni el centeno”.



Otros dos carros ("Uno de ellos como el que vi en Medina un día..."):





Estos otros con tapa, el cañizo se llama, son al estilo de los que se usan para ir a por el abono o a por las patatas.



 Y esta es una carretilla al estilo de las de antes, que aún estaba haciendo cuando le hicimos las fotos.



Su intención era repartir los carros este año, aprovechando que en fiestas se juntan con Alberto y Pilar buena parte de su extensa familia. Seguro que todos ellos han quedado encantados con estos carros hechos con esmero, sabiduría y cariño.

 

3 comentarios:

Triceratops dijo...

Alberto y Pilar, que pareja! él con esa cara de bueno, amplia, achuchable, lo que toda la vida ha venido siendo "cara de abuelo"; ella con esos ojo vivarachos y esa sonrisa picara que siempre te invita a sonreír con ella. ¿Se nota mucho que los aprecio como si fueran de mi familia?.

Pero vamos al lío de los carros, nuevamente me sorprende la cantidad de cosas que desconocemos de nuestros vecinos. No dudo de la capacidad de Alberto para hacer estas estupendas obras pero nunca me lo habría imaginado sentado frente a un trozo de madera para conseguir semejante resultado. Viendo las fotos, se puede intuir fácilmente el cariño con el que están hechos y lo arraigado en la memoria de cada detalle en la ejecución.

¿Alguien había hablado de un museo en Ayoó? pues estas obras y otras, como los arados de Santi, merecerían un espacio allí.

Un saludo

Anónimo dijo...

Como dice Triceratops, vaya sorpresa, seria una cosa estupenda hacer una exposición en el verano, para que todo el mundo viera el trabajo precioso de Alberto. Yo les quiero mucho a los dos Alberto y Pilar por su cariño y amabilidad hacia mi, pero no sabia de sus habilidades, si lo hubiera sabido me habria acercado para verlo. Un fuerta abrazo para los dos. Enhorabuena y que siga. Paulina

Anónimo dijo...

Hola IRM, he puesto el enlace de tu blog en tierrasdealiste con rl fin de que puedas tener más visitantes, espero sea de tu agrado.

Un saludo, hoy dese Guadalajara, el dia 12 estaré por Aliste por un par de semanas.

Emilio (Gúmaro)