Cuando estuve este verano en Camarzana
vi que tenían un potro de herrar restaurado. Le pregunté a mi
padre y me contó que en Ayoó también hubo potros, un elemento
indispensable para el cuidado de los animales con los que se
trabajaba...
Potro de herrar de Quiruelas. Recogido en Pueblos de España.org |
Mi padre describe así el potro: “se
ponían cuatro palos de roble con una especie de yugo y se metían
los bueyes y las vacas. Se amarraban al yugo que tenía, se le ponían
unos correones de material y un palo largo redondo con los espetones
subían al animal y quedaba el buey en el aire".
Se les sacaba las
patas para atrás y se les serraba el casco si tenían los cascos
largos, descascar se decía, y se herraban, se ponía una chapa con
clavos, el callo que le llamaban. A veces los animales tenían
heridas, el gripe, que era que tenían como escocido entre las uñas,
del abono. Se le echaba piedra lipe, sulfato de cobre, que era como
verde, se le echaba mezclado con manteca de cerdo. Se solía herrar a
las vacas para cuando se acarreaba, porque estaba muy seco el camino
y se le estropeaban los cascos”.
Potro de herrar en Soto de Sajambre (León), hacía 1950. Foto extraída de la web Fundación El Arcediano. |
“A las caballerías se las herraba en
el mismo sitio, pero solo se las ataba, se les levantaba la pata y ya
está, no había que sujetarlas más”.
Herraduras colocadas en el potro reconstruido en Camarzana |
Herraduras de caballerías y de vacas y bueyes. Las de las vacas no se llaman herradura sino "chopas". Solo se le ponía metal a la parte de afuera. Las que tienen un pico (las de la parte de abajo de la fotografia) se usaban cuando no había mucha pezuña para poner la herradura. Se doblaba hacia arriba para que se sujetase mejor. La fotografía es del profesor Pérez Mencía, de su blog "El trébano de Joarilla". |
Herradura de vaca, chopa. Web de Malva (Zamora). |
Pujavante y herraduras. Web todocolección.net. |
“Había potros en Ayoó donde la
puerta de Emiliano, Emiliano Otero, su padre, que lo había cogido
del de su padre, Manuel el Herrero, El Camilio, le llamaban, donde
vive ahora Gerardo. Otro estaba donde Fermín Martínez Aparicio, el
de Arseliana, que cogió el de su padre, David.
En esta foto se ve el potro de herrar de Fermín Martínez Aparicio, detrás de sus nietos, enfrente de la casa familiar, en El Canto, junto al reguero. (Foto de Fermín Martínez, hijo) |
En Congosta, en la entrada al pueblo
estaba el de Kiko. En Carracedo a la entrada del pueblo, el de
Arecio, junto a la fragua”.
“Cobraban como 15 o 20 pesetas por
herrar y yo creo que hubo potro hasta el año 70 u 80”.
4 comentarios:
El de Fermín Martínez, no hace muchos años que estaba en pie. Una pena que en Ayoó, seamos tan poco dados a conservar.
El potro al que hace referencia Andrés estuvo activo hasta finales del año 1976, en el 77 murió su propietario, o sea mi padre. A partir de ahí se mantuvo unos 25 años, pero como sucede con lo que está a la intemperie y nadie que viva en el lugar para cuidarlo, le sucedió lo lógico, terminar podrida la madera y acabó en el suelo.
Efectivamente fué una pena que eso sucediese.
Un artículo muy interesante. Supongo que las "chopas" se usaban para las vacas que tenían que tirar de carro o arado... Me gustaría saber cuándo se empezaron a herrar las vacas... y si se ha dejado de hacerlo.... Desde mi niñez no veo carros tirados por vacas aquí en Galicia.
Acabo de encontrar una herradura de vaca cerca de Rosinos de Vidriales. Tiene en una de sus caras unas marcas: una estrella de David y un número 2. ¿Sabéis que significa?
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