12 de julio de 2012

Paseo a Ayoó Pequeñino (2)

Ultimas rampas del camino que nos llevaba a  Ayoó Pequeñino.

Nadie sabe con seguridad de dónde viene el nombre de Ayoó Pequeñino, pero me contaba Alberto Alonso, en una de nuestras charlas, que don Ezequiel, el que fue párroco del pueblo durante años, les aseguraba cuando eran niños que allí estuvo un primer asentamiento habitado del pueblo y que en tiempos no tan lejanos, en este paraje hubo casas de cazadores, con ovejas, cabras y campos labrados...




En Ayoó Pequeñino encontramos una zona conocida como El Badén, un camino que cruzaba la pradera y que hacía un hondo por donde corría el agua que brota en la zona.





Y realmente, la descripción del lugar se ajusta al significado de la palabra, porque si buscamos en el Diccionario de la Real Academia, esto es lo que encontramos:

badén.

(Del ár. hisp. *baṭín, y este del ár. clás. baṭin '[suelo] hundido').

1. m. Zanja o depresión que forma en el terreno el paso de las aguas llovedizas.

2. m. Cauce enlosado o empedrado, que se hace en una carretera para dar paso a un corto caudal de agua.

3. m. Depresión en la superficie de un camino o de una carretera.




En la zona hay tanta agua que algunas tierras quedan como suspendidas por encima de la capa de agua. Así, nos cantaba Andrés, primo de mi madre, el hijo de Tío Rogelio, que ellos tenían un quiñón en la zona y que a su sobrino Dani, cuando era pequeño, le encantaba ir porque se ponía a dar botes en la tierra y se movía todo, era como una colchoneta de tierra y hierba suspendida sobre el líquido.



En la ladera que se ve en el medio de la imagen
estaba el quiñón de mi madre en Ayoó Pequeñino.

“En Ayoó Pequeñino -recuerda mi madre- se sacaba un montón de hierba, se segaba y daba mucho también. Se llevaba allí a pastar el ganado, la vacada y se cultivaba cereal en los quiñones y tierras que allí había”. En Ayoó Pequeñino una parte era del pueblo, comunal, donde iban los ganados y donde se repartían quiñones de hierba entre los vecinos y otra parte era privada, con terrenos con dueño.

Como hemos dicho, en Ayoó Pequeñino hay muchísima agua, muchos manantiales y fuentes, casi, por no decir todas, ahora ya perdidas y comidas por la vegetación. Mi madre recordaba especialmente la fuente baja que se encontraba junto a la salguera de la pradera, “donde íbamos a merendar cuando estábamos por allí”.



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