17 de mayo de 2010

Las cuevas, en peligro


Esta bodega ya lleva años abandonada y derrumbada

Las bodegas de Ayoó están peligro. Se va terminando el tiempo de la ultima generación que las cuida y las mima y las cuevas son como las casas, cuando no vives en ella la ruina anda cerca. Y además, este año, el agua ha ablandado el terreno y ha habido muchos derrumbes.




Plásticos tapando una filtración en la cueva de Miguel, el de Joaquina.

Empecemos por lo segundo: Ha llovido muchísimo desde el tiempo de la vendimia. El año pasado se sacaba a San Mamés para pedirle agua y este año hay que sacarle para que pare. El agua ha reblandecido el terreno y aquellas cuevas que tenían algún problema de filtración se han visto incapaces de drenar la humedad y se han producido muchos derrumbes, unos más grandes que otros, pero todos preocupantes.



Arriba, la entrada de una cueva completamente anegada por el agua. Abajo, diversos desprendimientos de tierra en los alrededores de las bodegas.


 Es difícil arreglar una cueva, difícil y peligroso. El terreno está blanco y encharcado, no conviene arriesgarse a pisar y que te trague la tierra... tampoco existen especialistas en arreglar estas construcciones, así que se van poniendo parches. La cueva de mi familia está entre las dañadas, ha entrado agua y entre todos los vecinos de cueva (somos cinco) están estudiando qué se puede hacer y qué medidas tomar para que la cosa no vaya a más.


Zarcera de una cueva completamente hundida


Hay otras cuevas, siempre las he conocido, que están caídas, cuevas que han sido abandonadas por la familia que las tenía, por fallecimiento, porque ya no residen en el pueblo o ya no tienen fuerzas para seguir con estas labores. Y lo malo es que esto será cada vez más general. La última generación que ha trabajado en las bodegas está haciéndose mayor y en pocos años las cuevas estarán ahí pero no habrá nadie para usarlas y cuidarlas. Y ahí vendrá su ruina total...






Uralitas tapando entradas de agua en las cuevas de los hermano Tomás -padre de Teo- y Antonio -Cristo, el de Sole-.

 No es una imagen que me resulte agradable. Aunque no soy de vino, siempre me ha gustado ir a hacer una meriendita a la cueva, bajar al fresco de la arcilla, respirar ese olor a humedad, vino y moho tan característico. Es uno de mis paisajes de Ayoó preferidos y me apena pensar en que le quedan pocos años.

Cueva ya medio derrumbada. Creo que es de la familia de Domingo, el alguacil.


(Gracias a mi cuadrilla de fotógrafos, la family, que desafiando el frío pasearon hasta las cuevas para hacerme este reportaje fotográfico del penoso estado de algunas cuevas)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ha ver, amí también se me ha hundido una cueva labrada en arcilla mixta y en formación coluvial (formación alhambra) y lo único que con mi esperiencia puedo decir, es que las cuevas han de ser de roca impermeable y de un solo bloque.Y que todas las que están excavadas en arcilla, materiales blandos y porosos, no sirven para nada, porque por ley de vida se vendrán abajo....., si quieres mas información: grabidevendetta@hotmail.com