Este año no participé demasiado en los actos religiosos de la Semana Santa. La procesión de la Virgen de la Soledad que se hace el Viernes Santo no se realizó porque caían unas gotas y prefirieron no sacar la imagen (el comentario general era que se podía haber hecho porque no fue nada y el cielo estaba estrellado, pero bueno, los que deciden tomaron esa determinación). Los cánticos, como ya ocurrió el año pasado (aquí la reseña), se hicieron dentro de la Iglesia y me lo perdí porque nos liamos con las horas en casa y pensábamos que éramos más tarde.
El sábado fui a la bendición del fuego (aquí la del año pasado) y luego esperamos a ver si había chocolate, pero este año no hubo, lástima.
Así que mi Semana Santa religiosa se limitó a uno de los actos que más me gustan, El Encuentro. Como el año pasado, se sacó la figura del Sagrado Corazón llevada por hombres en vez del niño de la Virgen llevado por chavalines. Un cambio de este nuevo párroco que tampoco gusta a todo el mundo, todo sea dicho.
Estas son las fotos de ese momento:
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La gente va reuniéndose en la explanada antes de entrar (o no entrar) a la misa. |
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Mi padre y Laudelino, primos con cachava. |
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El templo, en los preparativos previos. |
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Las cantantes de este año, por un lado Rosi, Elisa y Tina. |
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Por el otro, Pilar, Pili y Amelia. |
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El párroco, Don Miguel con Matías. |
Y para terminar un pequeño video del final del acto, con desconcierto sobre quién va antes, quien después... el cura bendiciendo las imágenes... y la Virgen entrando tarde a la misa con la gente preguntándose ¿se nos ha perdido, dónde está?... anécdota del día.
A la salida de la Iglesia, tanto el sábado como el domingo, gente de una onegé (así se presentaron) pusieron un tenderete con rosarios y objetos religiosos. Creo que no tuvieron mucho éxito y, la verdad, la comercialización... hummmmmmm, a mi no me gustó.
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