16 de junio de 2022

Chumberas ayoínas

En la primera calle que ha salido en nuestro repaso por el casco urbano de Ayoó, la calle sin nombre, la subida que conecta la calle Castillo con la de Trascastillo, aquí, tiene una planta peculiar en Ayoó: una hermosa chumbera. 



Pero no es la única, no demasiado lejos, en la calle Corrales, en un lateral de la casa ahora de Alfonso, antes de sus abuelos, hay otra gran chumbera. 



Imagen tomada de la Wikipedia. Etapes de la floraison à la fructification d'un Opuntia ficus-indica, de Daniel Schweich. 











Otra de las razones por las que se trajeron chumberas fue para que sirviesen como alimento a la cochinillas del carmín, un insecto que desde tiempos antiguos se ha usado para conseguir el color rojo en tintes (de hecho, se usa hoy mismo como colorante alimentario y en cosmética, es el aditivo E-120). De hecho, en Canarias, tienen plantaciones de chumberas con cochinilla.
Foto tomada de La Vanguardia.

En el jardín que había cerca del bar de Loli había otra pequeña planta, pero ahora, después de la renovación de este rincón, ya no está.

La verdad que esta planta es muy espectacular, crece mucho, tiene flores muy bonitas y, para quien le guste, tiene unos frutos similares al higo, de hecho se lo conoce como Higo chumbo.

La chumbera es una planta de la familia de los cactus, en la que el tallo se desarrolla en forma de palas, las porciones redondeadas que crecen una de otra. 

Las espinas que presenta serían las hojas, que toman esa forma. Unas son largas y duras y otras cortas y finas de aspecto velloso, bastante puñeteras, porque a nada que te acerques los pinchos más finos se te clavan en la piel y es bastante doloroso y complicado sacarlos (aún recuerdo una vez que mi chaval, siendo casi un bebé, se acercó demasiado y se le clavaron los pinchitos en la mano).

Florece una vez al año, entre primavera y verano, y las flores tienen forma de corona y un color que va desde el amarillo al rojizo.

El fruto, el higo chumbo, es una baya de forma ovalada, con una cáscara gruesa, espinosa, y una pulpa abundante en semillas. Se comen de forma muy habitual en Andalucía y también en Sicilia o en Africa. Los higos se recogían, se barrían para quitarles las espinas y se comían. 

La chumbera tiene como nombre científico Opuntia ficus indica y se la conoce con otros muchos nombres: tuna, nopal, higuera del diablo, higuera de la India, Higuera del moro… Llegó, como tantas otras plantas, con el descubrimiento de América, en concreto de México. Las semillas, el higo chumbo, se pegaban con los pinchos a los fardos con la mercancía que llegaban de ultramar. En Andalucía, adonde llegaban buena parte de los barcos, encontraron el clima perfecto para arraigar. Pronto se extendió la planta por toda la península ibérica y la cuenca del Mediterráneo.

La Opuntia, a pesar de toooodo lo que he puesto anteriormente, sigue siendo calificada como una planta invasora, aunque lleve 6 siglos entre nosotros. Sigue siendo una de las especies incluidas en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, del Ministerio de Medio Ambiente.

Las chumberas tienen muchos usos y muchas propiedades. Los navegantes que las trajeron en los barcos se dieron cuenta de que eran bueno comerlas para luchar contra el escorbuto, falta de vitamina que causa una grave enfermedad y que diezmaba las tripulaciones en las largas navegaciones. También tienen propiedades ignífugas y se usaban como cortafuegos. Por sus propias características físicas -los puñeteros pinchos- ha sido usada como valla de demarcación de fincas. De hecho, en siglos pasados se usaba de barrera en castillos y fortalezas porque los caballos no las atravesaban.

Incluso en Sicilia y algún otro lugar, se han usado las chumberas como regeneradoras de suelos empobrecidos: es tan fácil que arraiguen y que crezcan, que se las ponía en suelos pobres y con las raíces iba atrapando la lluvia y la humedad por poco que fuera y restos minerales  que llegaban hasta allí.

Y es precisamente la cochinilla descontrolada la que está poniendo en peligro las chumberas. Hay una plaga que está acabando con ellas y como está declarada como planta invasora, no se hace nada por erradicar la plaga. 

La cochinilla aprovecha las altas temperaturas para propagarse en el viento y debilita a su huésped por succión de la savia. Chumbrera que aparece afectada, chumbera que acaba muriendo. En fin, ya veremos en qué queda y si llegan a estar afectadas las chumberas ayoínas.

Como yo, obviamente, de chumberas sé poco, he buscado aquí y allí. Estos son los artículos que me han ayudado:

- Bioeduca Málaga

- Jardines sin fronteras

- Artículo en El País

- Alblanc

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