Las perales de Ayoó se mueren. Una plaga de Erwomoa amylovora está terminando con nuestras frutales. Esta es una bacteria que afecta a los frutales de pepita (manzanos, perales y membrilleros), el níspero y algunas rosáceas (de la familia de las rosales) ornamentales o silvestres.
El árbol comienza a tener partes que parecen secas, empieza por las flores, las hojas, los brotes más tiernos y finalmente el tronco principal hasta llevar a la muerte del árbol. Así se cuenta cómo se desarrolla la bacteria en un folleto de la Junta de Castilla y León:
La bacteria se desarrolla en ausencia de aire y cuando encuentra una planta sensible y unas condiciones ambientales favorables como son una temperatura entre 18 y 30 ºC (óptimo en 23 ºC) y una humedad superior al 70% (óptimo entre 90 y 95%). La enfermedad se puede propagar por la lluvia, el riego por aspersión, los insectos, el viento, el hombre a través de la ropa, las herramientas de poda, los útiles de cultivo y los pájaros; provoca la infección de las flores abiertas, las hojas y los brotes jóvenes.
El síntoma más característico es el aspecto quemado de brotes, flores, frutos, y hojas debido a la necrosis de los tejidos. En ocasiones aparecen exudados, generalmente bajo condiciones de humedad. Los primeros síntomas se manifiestan generalmente en primavera, durante la floración y la brotación, y avanza hacia la madera de más edad a través de los tejidos de la corteza. Se ha observado una mayor sensibilidad al ataque en la segunda floración. La infección se inicia en las flores, pasa al pedúnculo foral, de ahí a las hojas y finalmente a las ramas y al tronco, por lo que pueden observar síntomas en cualquier parte de la planta.
Que yo sepa, nadie se ha puesto en contacto con nosotros para saber qué se puede hacer o cómo controlar la plaga. En otro folleto, del Gobierno de Aragón se dice esto:
Una vez instaurado el primer foco en una zona, los insectos (fundamentalmente polinizadores), lluvia, viento, riego por aspersión, los instrumentos de poda y otros útiles o maquinaria de trabajo, e incluso el propio agricultor, diseminan la bacteria con facilidad entre árboles y parcelas próximas.
En otras palabras, que apaños estamos. No existen, de momento, productos fitosanitarios para el control de la enfermedad y solo se recomienda el arranque y la destrucción de las plantas infectadas. Se estima que hasta el 80% de los ejemplares están en peligro.
Dado que no existen productos fitosanitarios eficaces para el control de esta enfermedad, el arranque y destrucción inmediata de las plantas afectadas es el único método eficaz. El éxito de la lucha radica en reducir el nivel de inóculo y evitar la dispersión de la bacteria. Ojalá se pueda atajar este mal de las perales y podamos seguir disfrutando de estos árboles y sus frutos sin pasar el trago de ver cómo van muriendo.
Información utilizada para la redacción de este tema y donde hay más datos sobre el fuego bacteriano:
- Reglamentación del Gobierno de España.
- Folleto del Gobierno de Aragón sobre el fuego bacteriano.
- Folleto del Gobierno de Castilla y León sobre el fuego bacteriano
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