Noviembre es el mes de la matanza del
cerdo, cuando se decía aquello de “En San Martino mata el pobre su
cochino y por San Andrés mata el rico tres”. Y es que sí, estos
meses ya de frío eran los que se aprovechaban para dar matarile al
cocho que se había estado cebando durante el resto del año y del
que se sacará buen provecho.
En otro momento hablaré con detalle de
este acto, ¡pero es que no se puede mencionar noviembre sin hablar de
la matanza!
Noviembre era un mes bastante
tranquilo, entre otras cosas se aprovechaba para ir al monte a apañar
piedra para las paredes de las fincas, para las casas...
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Pared de piedra en la calle Trascastillo. |
Y antes y
ahora era momento también de visita del monte para recoger tanto
castañas como los níscalos, una de las setas más populares.
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Níscalos recogidos hace unos días por Emilio Pérez Rodríguez,
en su pueblo de Lober, en Aliste. Blog Tierras de Aliste. |
Recientemente, el Ayuntamiento ha promulgado una orden para regularla recogida tanto de unas como de otros: hay que registrarse y pagar
una cuota y se insta a respetar el fruto, no estropear las setas, no
coger las más jóvenes, dejar las viejas para que se propaguen, no
pisotear la zona de recogida entre la pinocha, las hojas caídas del
pino que tapiza el suelo. En las castañas, se autoriza a recoger el
fruto de las plantaciones del Ayuntamiento pero solo de aquellas que
estén caídas, sin varear el árbol.
En noviembre, diciembre y enero las
vacas estaban más en casa que en la calle. La yeguada sí salía
salvo cuando había nieve. No comían mucho pero se las llevaba fuera
y aprovechaban los juncos en las llamas. Se les dejaba el pelo largo para
aguantar el frío.
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