La alpargata
Se hacía un corro de gente, todos sentados en el suelo y con las piernas estiradas. Mientras, otra persona se ponía en el centro también sentada. Se metía la alpargata de cáñamo o goma, las que se usaban entonces y se la iban pasando por debajo de las piernas y el del centro tenía que andar rápido y atraparla cuando estuviera debajo de uno de ellos. Tomaba su relevo en el centro aquel a quien cogía la alpargata.
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