Uno de los actos más emocionantes de la Semana Santa en Ayoó es la Procesión de la Soledad. Se desarrolla en la noche del Viernes Santo cuando se saca la imagen de la Virgen y se lleva por las calles de la Iglesia, Peñacabras, el Canto y vuelta por la Audiencia hacia el templo. A la figura la acompaña el sacerdote, los penitentes y los vecinos portando farolillos. Junto al cura, varios varones ponen voz a los versos que se cantan rompiendo el silencio en el que discurre la procesión, una estrofa cada pocos metros (en el suelo están marcados los números de cada parada), hasta completar todo el recorrido.
Este es el cántico de la Procesión de los Faroles:
1
Toda esta gente sencilla
vamos con grande humildad.
Acompañando a la Virgen
en su triste soledad
2
Triste madre de mi Dios,
sola, viuda y sin consuelo,
ya que no podéis llorar,
llorad ángeles del cielo.
3
Yo quisiera haber estado
en aquel Santo lugar,
para consolar tu llanto
y ayudarte a llorar.
4
Virgen de la Soledad
muestra tu cara a la luz,
que según las profecías
pronto verás a Jesús.
5
En aquella noche amarga,
cuando a tu hijo perdiste,
cuando los astros temblaron
y allí tan sola te viste.
6
Madre solitaria y pura,
para Vos todo es dolor,
siete punzantes espadas
os clavan el corazón.
7
El sol se visitió de luto,
la luna se oscureció,
las piedras se quebrantaron
cuando el señor expiró.
8
Virgen de la Soledad
de Vírgenes hermosura,
no nos muestres amargura,
haznos contigo llorar.
9
Ya era sombra todo el mundo
muestra ya su bella luz,
cuando con llanto profundo
Madre lloras a Jesús.
10
Quien me presta una escalera
para subir al madero,
y quitarle las espinas,
al Jesús el Nazareno.
11
La Virgen de los Dolores
tras de los varones va,
viendo a su Divino hijo
que lo llevan a enterrar.
12
La dolorosa Madre
está cubierta de luto,
porque tiene a su Hijo muerto,
colocado en el sepulcro.
13
Que angustiada está María,
madre de la Soledad,
que sobre la losa fría
del sepulcro va a llorar.
14
Contempla aquí con piedad,
a mi Madre, las más triste,
que jamás verás ni viste,
llorando Su soledad.
15
La tierra se oscurecía
entre la una y las dos,
viendo que el Señor se muere,
se vistió de luto el sol.
16
Tinieblas cubren los aires,
las piedras de dos en dos
se rompen unas con otras,
el pecho del hombre no.
17
No cesan los querubines
de llorar con tal dolor,
que hasta las nubes del Cielo
conocen que ha muerto Dios.
18
Vamos a ver el sepulcro
donde Jesús fue enterrado,
dos ángeles le custodían,
puestos uno a cada lado.
19
Virgen de la Soledad,
ponte la cara alegrita,
que bien sabe todo el mundo
que el domingo resucita.
En Youtube hay colgado un breve video de esta procesión, con la estrofa número 15, cantada en la Audiencia, en la Semana Santa de 2007. Lo podéis encontrar pinchando aquí.
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