7 de octubre de 2009
La Virgen del Rosario
Hoy, 7 de Octubre, la Iglesia católica celebra la fiesta de la Bienaventurada Virgen María del Santísimo Rosario, es decir, el día de la Virgen del Rosario, una advocación con mucha tradición y peso en Ayoó.
La imagen de la Virgen del Rosario tiene un pequeño altar en el lado derecho del templo. Tiene una cara regordeta, cejas muy marcadas y la cabeza rodeada por una corona de metal labrado coronada por una campanilla.
En su brazo izquierdo lleva un ingenio para sujetar la figura del niño, aunque también puede salir ella sola, sin compañía. Tiene varias vestimentas, que cambian en función de la celebración en la que participe.
La Virgen del Rosario es la protagonista de la Procesión de los Faroles, en la noche del Jueves Santo, cuando el sacerdote, los penitentes portando la imagen y los vecinos salen por el pueblo, recorriendo las cruces del calvario, en un profundo silencio acompañado por faroles y velas y roto solamente por las voces masculinas de los cánticos. Todo ello lo recogimos aquí, en este post.
El Domingo de Pascua, también en la Semana Santa, la imagen de la Virgen del Rosario es protagonista del Encuentro, donde las mujeres cantan la historia de la resurrección de su hijo y se escenifica la reunión de la Virgen con su hijo. Aquí tenéis los cantos que acompañan este acto y aquí un video del mismo.
En la festividad de San Mamés, la Virgen sale de la Iglesia y es llevada hacia la ermita, reuniéndose a medio camino con la imagen de San Mamés.
Nunca se ha hecho nada especial en el día de hoy, la onomástica de la Virgen, pero la imagen era la destinataria de las flores y ramos que las niñas llevaban hace años durante el mes de mayo, el Mes de la Virgen para los católicos. Ahora, tampoco se tiene ya esa costumbre (supongo, entre otras cosas, por los pocos niños que hay en el pueblo residiendo).
Aquí os dejo el texto recogido de la Wikipedia, en la que se relata la historia de la celebración de esta advocación:
Cuenta la leyenda que la Virgen se apareció en 1208 a Santo Domingo de Guzmán en una capilla del monasterio de Prohuilhe (Francia) con un rosario en las manos, le enseñó a rezarlo y le dijo que lo predicara entre los hombres; además, le ofreció diferentes promesas referentes al rosario. El santo se lo enseñó a los soldados liderados por su amigo Simón IV de Montfort antes de la Batalla de Muret, cuya victoria se atribuyó a la Virgen. Por ello, Montfort erigió la primera capilla dedicada a la imagen.
En el siglo XV su devoción había decaído, por lo que nuevamente la imagen se apareció al beato Alano de Rupe le pidió que la reviviera, que recogiera en un libro todos los milagros llevados a cabo por el rosario y le recordó las promesas que siglos atrás dio a Santo Domingo.
En el siglo XVI, San Pío instauró su fecha el 7 de octubre, aniversario de la victoria en la Batalla de Lepanto (atribuida a la imagen), denominándola Nuestra Señora de las Victorias; además, agregó a la letanía de la Virgen el título de Auxilio de los Cristianos. Su sucesor, Gregorio XIII cambió el nombre de su festividad al de Nuestra Señora del Rosario. A causa de la victoria en la batalla de Temesvár en 1716, atribuida por Clemente XI a la imagen, el papa ordenó que su fiesta se celebrase por la Iglesia universal. León XIII, cuya devoción por esta advocación hizo que fuera apodado el Papa del Rosario, escribió unas encíclicas referentes al rosario, consagró el mes de octubre al rosario e incluyó el título de Reina de Santísimo Rosario en la letanía de la Virgen.
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