Seguimos con el repaso de la Calle
de la Iglesia. Por la derecha, el número 12 corresponde a la Casa del cura,
conocida así porque era eso, la vivienda que ocupaban antaño los párrocos del pueblo.
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La casa en el año 2011 |
Realmente, hace mucho que no vive nadie allí. El último fue Don Eleuterio y
desde entonces está vacía. Tampoco sabría decir quien es el propietario del
inmueble, si es del ayuntamiento de Ayoó o del Obispado.
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Yendo a misa en San Bartolo, 2006. |
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2008 |
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La panera en 2021 |
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2012 |
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2012 |
En esta casa, como decía, vivía el
famoso (y temido) Don Ezequiel. En Ayoó vivió con su madre, hasta que esta
murió y con Manuela, su sobrina, que era la que se encargaba de cuidarle a él y
la casa. Cuando fue mayor, se retiró y
estuvo viviendo en la casa cural hasta que murió. Cuando falleció, su sobrina
fue a vivir a una casina que había hecho en Ayoó y la casa fue ocupada por Don
Eleuterio, que hasta entonces había estado en Congosta.
De Don Luterio (como se le
llamaba) y su cuidadora, Quintina, mucho se habló en el pueblo. De hecho, en mi
casa se le llama “la mujer del cura” y lo cierto es que durante años y años
estuvieron juntos. Incluso cuando el sacerdote fue a una especie de residencia
para curas mayores, ella le acompañó.
Se cuenta, que cuando estaban en
Congosta, al cura se le estropeó la pera con la que se daba la luz desde la
cama y acudió un vecino que tenía mano con las cosas eléctricas. Y cuando entró
en el cuarto, aún con la cama sin hacer, había dos huecos en ella. En fin…
cosas que se dicen.
Cuando Don Eleuterio fue al asilo
de los curas, Don Aquilino vivía en una casa que habían hecho para los curas en
San pedro y venía a Ayoó a dar misa pero no vivía aquí. Desde entonces ya el
inmueble ha estado vacío, pero siempre ha seguido siendo La casa del cura.
El número 14 lo ocupa una panera
de construcción muy singular, con unas puertas y ventanas que he fotografiado
mil veces. Es de Manolo y Brígida, que viven cerca, en la misma calle y la usaban para guardar patatas y otros productos de la cosecha.
Es una construcción de piedra y barro, que tiene la puerta en el chaflan, en el
retranqueo que hace con la casa de Matías. En una de sus piedras está el nombre de la calle escrita con pintura y una flecha con dos cabezas, calle para un lado, calle para el otro.
El número 16 corresponde a la casa
de Matías y Eufemia, creo que era de la abuela de ella, la Ti Ana María y la de al lado, el número 18, era de la madrina de mi padre, Antonia y ahora no sé a quién pertenece (de la Señora Antonia hablamos aquí, ya que fue una de las últimas personas en vivir en el Conventico, entre San Pedro y Santibáñez).
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2012 |
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2010 |
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Día de San Bartolo, 2008 |
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