25 de abril de 2021

De comer, lagarto

Un día que paseaba con mi padre por el parque, vimos una lagartija y me dijo, anda, como esa pero en grande, nos los comíamos en el pueblo. Y mira que me ha contado historias pero la verdad que esta de los lagartos, yo no la conocía. Y debo ser de las pocas en el pueblo. Decidí preguntar en el grupo de facebook de Ayoó si alguien sabía algo de esto… ¡¡y todo el mundo sabía!!! Los que no lo habían probado ellos mismos, lo habían escuchado contar. 

Fotografía tomada del blog Zamora biodiversa, aquí el enlace.

Mi padre me contó que cuando era rapaz e iba a la vacada era típico que unos cuantos, los mayores, fueran a cazar los lagartos. Lo hacían con una especie de lanza y también con la ayuda de los perros. “Recuerdo que teníamos una perra, la Ligera, que era una fiera con los lagartos. Se subía detrás de ellos por los árboles y los cazaba. Pero luego no era capaz de bajar de la rama, había que ayudarla”. Además de subir a los árboles, estos animales también se metían en las madrigueras de los conejos, los llamados “vivales”. “En Valseco había muchos”. 


Mis padres me contaban que los lagartos eran bastante grandes. Una vez muertos, se les cortaba la cola, la cabeza, se desollaban y se hacían en una sartén o a las brasas. Quienes lo han probado lo describen como de carne blanca, suave, de un sabor que va entre el pollo o las ancas de rana.

Fotografía del lagarto tomada del blog Zamora biodiversa.



También alguien comenta que cuando se sienten en peligro “llegan a atacar, saltando sobre la persona o mordiendo”. Pero vaya, que es una forma de defensa, no son venosos ni atacan sin más, como cualquier otro ser vivo que se ve en peligro, intenta defenderse. Al igual que las lagartijas, pueden perder parte de su cola como forma de distracción para los enemigos.

Fotografía de Carlos Sainz, tomada del blog Fauna Ibérica, aquí.

Los lagartos ocelados se encuentran ahora protegidos. Antes había muchos, se encontraban fácilmente. Yo nunca he visto uno, tal vez no he sabido buscar. Me dicen que gustan de los terrenos pedregosos, soleados y cercanos al agua. En la zona del pilo de Peñacabras, por ejemplo. Este verano nos toca hacer “avistamiento de lagarto”. 

Fotografía tomada de la página Wikifauna, aquí.

El nombre científico del lagarto ocelado es Timon lepidus. Es de color verde o terroso y tiene unas manchas (los ocelos) azuladas en los lados. Los machos, más grandes, pueden llegar a tener una longitud total, incluída la cola, de 70 centímetros. Se encuentra en la zona sureste de Europa y su número ha ido disminuyendo en los últimos años por lo que se encuentra en la categoría de "casi amenazado".

Fotografía tomada del blog Zamora Biodiversa.

Las parejas permanecen unidas casi todo el año y son muy territoriales. Los machos pelean su posición, sobretodo en primavera. Entre abril y junio, las hembras excavan un hueco y pone los huevos, hasta una veintena, que eclosionan entre tres y cinco meses después.

Estos lagartos comen de todo, escarabajos, arañas, saltamontes.... pero si hay hambre, también se meriendas a otros pequeños mamíferos, gusanos o huevos de otras especies.

Hibernan de de noviembre a enero.


Para saber más datos sobre este animal: 

- Zamora Biodiversa, de donde he sacado las fotografías que acompañan este artículo. 

- Enciclopedia virtual de los vertebrados españoles  

- En este video del blog Ecocarrión, se pueden ver dos lagartos en vivo.

No hay comentarios: