5 de noviembre de 2019

Agavanzal

En la época en la que estamos, en el otoño, el campo está bellísimo, con esos colores apagados, rojizos, marrones… entre todos ellos resaltan los rojísimos escaramujos, el fruto del agavanzal, la rosa silvestre que crece por el campo. 


En realidad, escaramujo en un sentido amplio es el receptáculo de la flor y de los restos de los sépalos y que en botánica se llama cinorroddón. El escaramujo o agavanza, como allí le llamamos, es el fruto de todos estos tipos de rosas, cada variedad con su forma característica (alargados, redondos, rojos, anaranjados, amoratados, etc), pero todos escaramujos. 




En primavera tiene flores rosas o blancas, como estas que he recogido de otras páginas porque, cosa rara, no había fotografiado ninguna. 

Agavanzal en flor del blog Arrabalde en la nube.

Foto de Plantas silvestres de Asturias.

Fotografía de Plantas Silvestres de Asturias.

En otoño, el arbusto queda sin hojas, sin flores por supuesto y se ven las agavanzas rojizas en todo su esplendor. 


En Ayoó y otras zonas, el rosal silvestre se conoce con el nombre de agavanzal. Otros nombres son tapaculos o atascaburras, porque tienen propiedades astringentes y atascaban a las caballerías cuando comían demasiados frutos. 


El escaramujo tiene un gran valor. Ya el romano Plinio el Viejo descubrió más de 30 compuestos para tratar enfermedades y en manuscritos chinos también se hace referencia a él para tratar problemas de salud. 


Es comestible en crudo (quitando las semillas y los pelitos que hay en su alrededor), se pueden hacer mermeladas y confituras. Es un ingrediente muy usado en tisanas e infusiones, muchas veces mezclado con hibisco. En Suecia se hace hasta una sopa con ellos, en Alemania se hacen mermeladas marinando su pulpa y Japón se hacen infusiones para la piel. 


Es una de las fuentes vegetales más ricos en Vitamina C. De hecho, se cuenta que en la Segunda Guerra Mundial, los niños en Gran Bretaña tenían la misión de ir a los bosques a buscar escaramujos para hacer un jarabe que reemplazaba a las naranjas, que no llegaban a las islas por el bloqueo naval de los submarinos alemanes. 


También tiene vitaminas A, D y E y antioxidantes. Ayuda en los mareos y las migrañas, para prevenir infecciones de la vejiga, ayuda a rearfimar la piel y, como ya hemos dicho, su alto contenido en taninos favorece el estreñimiento (de ahí lo de su nombre de tapaculos…) 

Web Rossas.netrossas.net
Atención, porque las semillas del escaramujo son ricas en aceite esencial, que tiene un efecto tóxico sobre el sistema nervioso. No es un veneno pero es conveniente quitar las semillas. 


De la variedad de rosal silvestre llamado Rosa Canina, se obtiene el aceite de rosa mosqueta, el acabose en cosmética para tratar la firmeza de la piel, suavizar marcas y cicatrices y como componente en cosmética. 



Muchos animales, tanto mamíferos como aves, comen estos frutos y al defecar van extendiendo sus semillas y naciendo aquí y allá. 


Por supuesto, los niños jugaban con ellos y era muy típico pasarles un hilo y hacerse collares y pulseras con ellos. 

Los tallos de rosal silvestre también se injertaban en las rosas que se cultivan en las casas para darles más aguante, más resistencia.


Lámina de Dr. Otto Wilhelm Thomé, fotografía tomada de Wikipedia.
En Olleros de Tera hay una ermita dedicada a una virgen que se supone se apareció en medio de este arbusto, así que su advocación es Nuestra Señora de Agavanzal. Muy cerca, entre Calzadilla y Vega de Tera, hay un embalse del mismo nombre, construido en 1994 y con 365 hectáreas de superficie.

Más información sobre los agavanzales, sus frutos y sus usos, en estas páginas:

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