3 de octubre de 2019

Las melenas

Este verano estuvimos (por fin) haciendo un poco de limpiea en el sótano de casa. De allí sacamos, entre otras cosas, unas melenas de las vacas que mi padre echó en el lado de “para tirar”. Nooooooo, le dije, que eso lo arreglo yo. Las pobres estaban manchadas, resecas, rotas…. Pero estaban, que era lo importante, es decir, no habían desaparecido a lo largo de los años, las tenemos y hay que conservarlas. 


Así que manos a la obra, paciencia, ir raspando la mierdilla que se le había pegado por todos lados y nivea, muuuuucha nivea para devolver al cuero algo de su antiguo esplendor. Yo le eché nivea porque era lo que tenía a mano, también me han dicho que le va muy bien la grasa de caballo, esa sustancia grasosa que se usaba hace años para lustrar las botas camperas. 


Mis melenas volvieron a la vida, parecían otro objeto, nada que ver con los colgajos que sacamos del sótano. El cuero se flexibilizó, apareció la belleza de la composicion de tachuelas y descubrimos un objeto cotidiano que se hacía con gran gusto. 


Según me contó mi padre, estas piezas se las había hecho a mis abuelos un artesano de Santibáñez llamado Goyo y apodado El Gordil, como su padre. Este señor trabajó de guarnicionero (el que trabaja el cuero). También repartió petróleo, luego tuvo un autobús que andaba por la zona y me cuentan que tuvo casa y tienda frente al super, llamada Electrovidriales. Ahora, ya mayor, debe estar con su hijo viviendo en Benavente. 

Pues él fue quien hizo estas joyitas, con el cuero, la zona baja adornada de tachuelas alrededor y con florecillas metálicas decoradas. Iban rematadas con unas trenzas de cuero que debían caer sobre los ojos de las vacas, para evitarles las molestias de moscas y otros insectos. Esta parte está ya muy estropeada, una de ellas ya no tiene nada y a la otra apenas le quedan unos colgajos. 


En la casa de mi amiga Adela, donde Martina y Gerardo, han recogido y arreglado otras melenas en mucho mejor estado que las mías. Su hermano Javi las limpió con esmero y ahora lucen así de chulas en el portal de casa:







A esto yo le llamo melenas, pero realmente, la melena es esa parte que digo que iba delante de los ojos de los animales, parece ser que la pieza total recibe el nombre de mullidas o frontiles. Es un almohadilla que se ponía debajo del yugo para evitar que este hiciera daño en el cuello de la vaca cuando iba uñida al carro. El arreo es una pieza de cuero rellena. En el caso de las mías, como están rotas y se ve el interior, yo diría que el relleno es como pelo, supongo que de vaca o de cabra, porque es corto y duro. Va cosido con tiras de cuero y adornada con tachuelas alrededor y también en la parte baja, en la parte que va justo encima de los ojos. Luego irían las melenas propiamente dichas hechas como las mías con tiras de cuero o bien con cordones de lana. 


En esta foto que Delibes colgó hace años en la antigua página web de Ayoó, se ve al vecino de Ayoó Sergio posando con su carro y su pareja y ahí se observan bien sus melenas.





En esta foto del pueblo de Cuadros también se ven bien:




Como en los arreos de los caballos, los de las vacas iban más allá de su mero uso instrumental y se convertían en ornamento para alardear y engalanar animales y carros. En la foto del libro Avileños (se puede consultar aquí), vemos una pareja usada en el arrastre de piedra, ataviada con unas melenas de gala.


En un artículo que he leído del Museo Etnográfico de Camargo (Cantabria) dedicado a las melenas se hacía mención a un artículo de un periódico y se leía esto: "Llegando el segundo domingo del mes todos teníamos la misma intención: el ferial. Unos para llevar el ganado previsto, andando desde sus cuadras, llevando del ramal la vaca con la ubre bien henchida, la novilla lustrosa y rellena de carnes, el jato con la prisión o cebilla, la pareja de tudancas bien apretada al yugo con las coyundas y luciendo los frontiles "de feria" (de gala), arreando el dueño con la aguijada su cansino andar…".


En un artículo que he encontrado colgado en unas páginas oficiales del Ministerio de Cultura, titulado Animalario, visiones humanas sobre mundos animales, se explica así todo esto de lo que estoy hablando: Un elemento fundamental de protección de las cabezas del ganado vacuno que lleva yugos de tipo cornal -atado a los cuernos- son los frontiles, muchas veces asociados a las melenas. Mientras los primeros evitan el rozamiento de yugo o de la correa que lo ata, la coyunda, las segundas tienen como misión espantar las moscas de la cara del animal. Normalmente suelen ser de cuero y están rellenos de paja, lana o borra, para amortiguar la presión. No obstante, también pueden estar hechos en esparto, como ocurre en el sur del país. Las melenas pueden ser una parte de ese cuero, hecho tiras o, como en este caso (el de la fotografía) de lana. En determinadas zonas hay un gusto decorativo que, como en otros trabajos de curtido del cuero, recurre a tachuelas de latón para formar motivos geométricos. En este caso, además, el elemento decorativo se une al funcional en las melenas de lana de color rojo trenzadas y acabadas en una borla.



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