19 de enero de 2019

Pilos de otros pueblos (1)

Ya que estoy en tema "pilo" con la reconstrucción del de Peñacabras, voy a hacer un pequeño paseo por otros lavaderos de pueblos de los alrededores. 

La verdad que en eso llevamos bastante ventaja en Ayoó, con tres pilos en uso y bien conservados, mientras que en otros pueblos se ven dejados y abandonados. Y estos son lugares que tienen mucho que decir de nuestra pequeña historia, de las cosas del día a día en los tiempos que nos precedieron y por ello, debemos ser cuidadosos y mantenerlos lo mejor posible.

En Congosta tienen el pilo a la entrada del pueblo, según se viene de Ayoó, por la calle que sube a la plaza, en un recodo a la derecha. Hay una fuente y el pilo que se nutre de su agua, conocido en el pueblo como Poza de abajo. Estaban ambos muy abandonados y dejados hasta hace casi cuatro años que los arreglaron. Aquí las fotos del antes y del después de la reparación de la fuente y pilo de Congosta.



Así estaba antes esta zona, con una especie de depósito de donde salía un pequeño caño que llenaba el pilo. La verdad que yo siempre lo he considerado así, como pilo, pero solo tiene una poza, el borde era estrecho y la verdad que no es ni alto para lavar de pie ni a ras de tierra tampoco... a ver si va a ser un abrevadero...



La foto de abajo está tomada del periódico La Opinión de Zamora, con motivo del anuncio del arreglo del lugar. Esto es lo que escribía el corresponsal de la zona, Miguel Angel Casquero, sobre el asunto: 

De la estructura de hormigón hace unos años que no brota el agua por lo que se pretende una limpieza del pozo construido por el que fuera alcalde de este municipio «hace ya casi 120 años», como asegura el nonagenario vecino de Congosta Francisco Gutiérrez.

A la fontana de la poza acudía a recoger agua con cántaros y barrilas la mayor parte del pueblo, sobre todo en la época de la siega de la mies. Del agua de la poza de abajo se suministraban hasta hace unas décadas todas las casas de la parte baja de esta localidad, los de la parte alta lo hacían de la fontana del alberque.

Sus aguas frías ya no brotan de una estructura de hormigón construida hace décadas al retirar el conjunto pétreo original traído expresamente desde la cantera de Congosta, sino que brotan del subsuelo de todo el espacio de la fontana y sus lavaderos donde se encuentra la poza. El Ayuntamiento pretende acondicionar esta antigua fuente y sus lavaderos a cuyos pies todavía se encuentra un viejo rodillero de madera que fuera utilizado por las mujeres para lavar las ropas.

Un vecina de Congosta junto al viejo pilo. Fotografía de La Opinión de Zamora.
En el año 2015 se procedió a la urbanización de toda la zona: se cementó, se cambio la fuente y se levantó de nuevo el pilo.





En el otro pueblo que forma parte de nuestro municipio, Carracedo, la situación es bien distinta. El pilo está a las afueras del pueblo, llegando por la carretera desde Ayoó, un camino de tierra que sale a mano derecha poco antes del pueblo. Allí está el pilo abandonado lleno de piedras y con una fuente seca. Cerca se ha excavado una charca, supongo que para los animales y sobretodo, para un gran rebaño de ovejas que hay en el pueblo. Así está ahora la zona. 



El pilo es de los bajos, de los de ponerse de rodillas. Aunque está hecho en cemento, como la fuente, en uno de los lados se observan las piedras, supongo que las que había desde un principio en el lugar. 







En un artículo del profesor Pérez Mencía se repasaban también los lavaderos de la zona y se detenía especialmente en este de Carracedo que, entonces, aún estaba con agua y en relativo buen estado. Esta es la imagen:


Fotografía del blog Patrimonio popular.
En San Pedro de la Viña el pilo está bastante bien conservado. Está al lado de la fontana romana. Es un lavadero de los bajos, de los de lavar arrodillada, con losas de piedra que se han conservado aunque el resto se haya remozado en cemento. Desde allí se ve la Iglesia elevada en el promontorio, una bella estampa.


Esta es la imagen del pilo hace dos veranos, en agosto de 2016.




Así, lleno de maleza, estaba hace algo más de tiempo, en 2008.
Junto a la fontana romana hay un pequeño lugar para el agua, que el profesor Pérez Mencía señala como que quizás sea el primer lavadero de toda la zona, el primer pilo. Es un pequeño lugar de apenas un palmo de profundidad, rodeado de piedra. En las diferentes fotos que tengo del lugar se ve como se ha ido estropeando. La última vez que lo vi estaba lleno de piedras y porquería variada.


La fuente y el pequeño pilo en el verano de 2016.
 

El espacio en 2008.


El mismo lugar, con agua, en 2003.



El último pueblo de este repaso es Rosinos. El pilo allí está en la parte baja del pueblo, junto al depósito del agua. No está muy estropeado pero sí completamente abandonado. Uno de los pozos tiene un poco de agua de una fuente cercana, el otro está lleno de escombros y plantas.


El pilo con el cartel de "Agua no tratada sanitariamente",





Los pilos son una gran parte de nuestra memoria (aquí un repaso). En Ayoó hubo muchos lavaderos, los tres grandes que aún se conservan y muchos otros aprovechando los regueros que pasaban por las calles. Todos esos se ha ido perdiendo, ojalá sepamos conservar lo que nos queda.

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