8 de septiembre de 2017

Medio arreglo en San Mamés

La ermita en la procesión del Santo en 2017, este verano.
La ermita de San Mamés lleva muchos años en un estado lamentable. En varias ocasiones hemos hablado aquí de ello (aquí o aquí por ejemplo).

La ermita en 2008.
Incluso la necesidad de una reparación  (y los escasos medios para llevarla a cabo) propiciaron aquella curiosa votación en la Iglesia, entre dejar la ermita bajo el mando de la sociedad civil a través del Ayuntamiento o dársela al Obispado (aquí la referencia). Se han hecho colectas para recaudar dinero (cartel de la de 2009 y de la de 2014)


 Así hemos llegado hasta 2017, cuando por fin se ha materializado el arreglo del pequeño templo. Arreglo, a medias, porque solo se ha reparado una parte del tejado, la del cuerpo principal de la nave. La zona del altar no se ha tocado, aunque está en relativo buen estado. Pero en la sacristía el tejado está fatal, con agujeros y las vigas casi cayéndose.

Cuando fui al pueblo en Julio me encontré la ermita sin tejado, una imagen bastante sorprendente. 







Cuando volví en agosto, ya tenía tejado, pero aún parecía faltar bastante y muchos teníamos dudas de si se llegaría a tiempo para San Mamés.


La ermita a comienzos de agosto. Fotos de Antonio Casado.

Antonio pasó cuando no estaban los trabajadores de la empresa que llevaba la reforma, de Brime. Yo pasé cuando estaban trabajando y fueron bastante desagradables cuando intenté hacer una foto de la ermita, no de ellos. Por no discutir, me marché.

Pero se llegó, afortunadamente. Nueva mitad de tejado y nueva entrada. Se ha cambiado la viga que sujetaba el tejado y se han quitado los dos postes que la sujetaban.






También veo ahora, al mirar las fotos (en vivo no me di cuenta, la verdad) que la pequeña cruz que coronaba el cuerpo de la ermita se ha pasado al vértice de la cabecera, donde antes había una piedra de cuarzo.


Cruz en el tejado de la ermita en una foto de 2008.

La cruz en el tejado en este pasado San Mamés de 2017.
 


Unos días antes un montón de vecinos respondieron (respondimos) a la llamada que el párroco hizo en la Iglesia para ayudar en la limpieza de la ermita. Allá nos fuimos todos a ordenar y limpiar, suelo, bancos, flores, sacristía, exvotos... todo fue bien repasado durante esa mañana. 






























Aquí Joaquín afanándose en quitar la piedra que sujetaba el poste que a su vez sujetaba la viga del pórtico de la ermita. Se ha puesto una viga nueva que hacía innecesario el apoyo y la piedra quedaba muy por encima del resto del suelo. Se ha quitado para evitar tropezones y caídas. 


Estos cuadros de exvotos estaban un poco destartalados, así que me llevé a casa un par de ellos para darles un repaso y arreglarlos un poco.


La perrita de Rosi también quiso venir a ayudar.



Y así dejamos el interior de la ermita, limpia, ordenada, con los bancos en su sitio, los exvotos en las paredes... Faltaban las mortajas, que alguien se llevó para lavar. Espero que las hayan devuelto a la ermita, porque son parte importante de su espíritu.


Y así llegó el día de San Mamés y la ermita lució su nuevo medio tejado en todo su esplendor.







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