11 de febrero de 2012

Un emigrante: Joaquín Alonso Barrio

En el artículo anterior dedicado a la emigración hacia América, hablábamos de Joaquín Alonso Barrio. Como su hijo Carlos Alberto es un buen amigo con el que contacté a partir de nuestros mensajes en la web de Ayoó, a él le he pedido una semblanza de su padre y de su relación con Ayoó, desde la distancia. Estas son sus palabras:


Mi padre, Joaquín Alonso Barrio, hijo de Narciso Alonso Blanco (ayoíno, Carpintero, Agricultor...) y de Matilde Barrio (ayoína, ama de casa), nació en Ayoó de Vidriales el 21 de Septiembre de 1918 y fue inscrito por el cura del pueblo en los registros de Astorga (como correspondía en esa época) fue uno de siete hermanos, Antonia, Joaquin, Lorenzo, Narciso, Maria, Emiliana y Teresa. Su niñez y parte de su juventud las dedicó a las faenas del campo en el pueblo.


A los 18 años (Año 1936) se enlistó en el ejército y peleó en la guerra civil, en la octava división del ejército de Franco, luego pasó a la Guardia Civil e intentó otros emprendimientos empresariales hasta el año 1949 en que emigró a la Argentina invitado por dos tíos (Basilio y Domingo Alonso Blanco, ayoínos también) que radicaban en la provincia de Salta, Argentina donde se dedicó al transporte en camiones hasta su fallecimiento en el año 1997 a los 79 años de edad.


En Argentina, el día 5 de Diciembre de 1953 se casó con Rosa Benavides Ortiz, argentina de nacimiento, hija de Natalio Benavides Bohorquez (andaluz) y Josefina Ortiz (valenciana) y tuvieron 5 hijos: Ricardo, Carlos, Joaquín, Matilde y Maria de los Angeles y 11 nietos.


Volvió al pueblo en innumerables oportunidades, pero solo de turismo a visitar su entrañable Ayoó y a sus hermanos y sobrinos. El respeto y orgullo por su origen y linaje ayoíno fue su estandarte de vida. No hay que olvidar que el migrante, en la tierra que fuere y sea cual fuere la razón de su migranza, nunca es visto con igualdad social sino con cierto dejo despectivo, mas allá de la aparente receptividad que se hacía de los migrantes europeos en Argentina, en fin... el migrante, siempre es migrante y sufre marginación y menosprecio, así que el lugar en la sociedad que lo "acoge" se lo tiene que ganar con esfuerzo y años de muy buen comportamiento como vecino, porque nunca le llega como simple añadidura, siempre es visto como un extraño, aun en su familia, que como en nuestro caso, eramos seis argentinos (5 hermanos y mi madre) que nos identificábamos perfectamente como argentinos y mi padre el "extranjero" con quien nadie hacía causa común. El nunca dejó de ser español, jamás se interesó por la nacionalidad argentina.


Esto es algo que también me sucede a mi como migrante argentino en Bolivia y tampoco nunca me interesó la nacionalidad boliviana. La nacionalidad es algo que casi nadie abandona, siempre tratas de morir con la identidad que traes de nacimiento.


En Salta, Argentina llego a tener unas parcelas de tierras en la localidad de Atocha (Municipio de San Lorenzo, Provincia de Salta, Argentina) a las que puso de nombre "Finca Ayoó de Vidriales" y una parte de ella todavía esta en poder de su hijo homónimo y junto a esta finca, hay una calle que lleva su nombre, JOAQUIN ALONSO BARRIO a gestión mia ante las autoridades del municipio de San Lorenzo.



Esta foto es del año 1995, cuando Joaquín tenía 77 años de edad.

El ave que está en su hombro es un pájaro salvaje llamado "Chasca" que difícilmente se acerca a los humanos, pero ese se acostumbró con mi padre y lo acompañaba a todos lados, inclusive daba unos gritos muy fuertes cuando alguna mujer se acercaba a mi padre, incluidas mis hermanas, eso fue hasta que mi padre murió y el pájaro desapareció.

De este ave, dice alguna leyenda Quechua de la zona, que es algún espíritu errante que viene a buscar a sus seres queridos y les acompañan en sus últimos tiempos y en esa época, decían que el ave era el espíritu de mi madre (que había muerto 10 años antes) que le hacía compañía. Como quiera que sea el ave no se separó de mi padre hasta que murió y luego al pájaro no se le vio mas por allí.


Mis padres recuerdan perfectamente a Joaquín, tanto antes de irse como después, cuando visitaba el pueblo, una vez instalado en Argentina.

Mi madre tiene en su memoria una anécdota de Joaquín: estaban unas cuantas mujeres lavando en el pilo que había en el reguero del Canto, por donde están ahora los contenedores del reciclaje, cuando pasó por allí Joaquín y coincidió con un vendedor ambulante, de los muchos que por entonces iban por el pueblo, que llevaba cerezas. “Aún como si fuera hoy, recuerdo, dice mi madre, como compró un cesto de cerezas y se lo llevó a las lavanderas para que comieran”.

Mi padre cuenta como siendo él mozo, estaba con otros compinches durmiendo en un pajar, tras la boda de Elvira y Juan José. Pasaban por la calle unos cuantos, entre otros Joaquín, y le preguntaron la hora. Y este, en broma, les contestó: “aún me faltan cinco duros para un reloj” y así, sin darles la hora se quedaron los mozos.

También recuerda mi padre cómo tenía una perra a la que llamó Vasca, porque se la trajo de Pamplona. La llevaba a cazar y un día, cuando estaba por el monto con varios vecinos del pueblo, entre ellos mi abuelo, iban a conejos. Joaquín tiró a uno y dijo, “dejad, que ya va la perra, que le he dado, le he dado” pero el conejo corrió y corrió hasta que la perra lo pudo atrapar. Mi abuelo se mofaba diciéndole, “Joaquín, menos mal que le habías dado, que si no te hace atravesar todo el monte!” Y él, “que si no lo veo no lo creo, ¡si dio la vuelta y todo!”.

Joaquín, como cuenta su hijo, volvió muchas veces al pueblo y compartió numerosas visitas a la bodega o meriendas en Requeijo con mis padres, generalmente de la mano de Antonia, la única de los hermanos que sigue con vida. Curiosamente, en la foto anterior ue me ha facilitado Carlos Alberto, me decía que los cuchillos que tenía su padre delante eran para un asadoque estaba preparando. Y mis padres también me dicen que eso se le daba muy bien y que en muchas de esas reuniones, era él quien se ponía en los fogones a controlar la comida. En esta foto le reconocieron sus hijos y fue el primer contacto que yo tuve con ellos, por esta imagen de la merienda en Requeijo.

Merienda en Requeijo, verano de 1995

2 comentarios:

Anónimo dijo...

te hago un par de aclaraciones, primero don Joaquin Alonso Barrio nacio el 20 de setiembre de 1918 y fue inscripto el 21, no era Teresa el nombre de una de las hermanas sino Isabel, emigro a la argentina el año 50 te hago un par de aclaraciones, primero don Joaquin Alonso Barrio nacio el 20 de setiembre de 1918 y fue inscripto el 21, no era Teresa el nombre de una de las hermanas sino Isabel, emigro a la argentina el año 50

IRM dijo...

Los datos me los ha pasado tu hermano, quizas alguno se le haya trastocado, no lo se. Gracias por pasarte.