Detrás de una casa, en un callejón, había un montón de cosas que me llamaron la atención. Lo primero, un estupendo horno con tejadillo, en bastante buen estado de conservación (lo que se veía al menos). Alrededor, unas tejas, cajas antiguas de uva y unos atados de leña.
Al lado, encontramos una limpiadora o beldadora, similar a otras que vemos aún por aquí y por allá, abandonadas tras una vida de trabajo.
También hay un buen número de talegones de los usados en la vendimia, un carretillo para llevar el arado de caballería...
Sobre la pared, hay una preciosa barandilla y sobre ella, las pernillas del carro y la manguera del arado.
Por si esto fuera poco, encontramos la joya de todos estos tesoros: una segadora engavilladora de la marca Trepat, que va a merecer un post aparte, que publicaré tras este.
Fuera de un corral, también en Carracedo, encontré otras dos máquinas limpiadoras: una bien curiosa, con el cuerpo de chapa grisácea, bastante más grande que las otras más habituales de ver y otra que estaba ya casi desmontada y troceada. Dos joyitas ahí, viviendo sus últimas horas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario