En esta ocasión nos dimos un paseo hasta Cunquilla (paseo en coche hasta allí y luego, de allí hasta Sitrama, ese sí, verdadero paseo por el monte, por una pista forestal). Esta es una de las iglesias más llamativas del Valle, con su espadaña rota, al parecer, por un rayo en una tormenta.
El templo es una belleza y la espadaña herida le da un toque trágico y muy fotogénico. Vista de cerca da un poco de pena, porque las piedras parecen rotas e inestables y me pregunto si es hasta peligroso. Pero una vez está así, yo apostaría por estabilizarla para evitar accidentes y dejarla tal y como está ahora, tan dramática.
Arriba, como se ve, haciendo equilibrios, la cigüeña ha puesto su nido...
Y como la espadaña está como está, no tiene campanas, claro, así que estas se encuentran frente a la puerta. Un campanario "exento" y curioso, debido a las circunstancias.
Frente a la entrada, también se encuentran columnas o trozos de columnas con su capitel y todo, bien colocadas un par de ellas y como si de escombros se tratara otros trozos. Una pena, porque así, tiradas y todo, se ve su belleza.
La iglesia está dedicada a San Miguel Arcángel y en un libro que ya hemos citado en otras ocasiones ( A propósito de varias portadas tardogóticas de los Valles del Tera, de Rubén Fernández)
En la iglesia de San Miguel de Cunquilla de Vidriales volvemos a encontrar otra de estas portadas góticas con arco de medio punto (...). Se compone de cuatro arquivoltas de medias cañas que llegan hasta el suelo, sólo interrumpidas por los dos frisos de cinco bolas que se sitúan en la línea de impostas. Recubriendo a las anteriores, aparece el guardapolvo ornado con bolas, que descansa en dos ménsulas de formas convexas, junto a las que se sitúan otras cilíndricas y decoradas también con esferas, en donde descansa el alfi z que enmarca. Sobre éste se ha colocado una cornisa con la misma decoración. En las enjutas que se forman entre el arco de medio punto y el alfiz se han conservado restos del antiguo enlucido. Hoy casi está desprovisto de él ya.
En el interior un hermoso artesonado de gran policromía cubre su nave. Bajo un amplio arco apuntado se accede al presbiterio que se halla cubierto por una bóveda de terceletes construida con ladrillo, nervadura oculta bajo repintes de azulete. El retablo mayor es una obra del último Renacimiento, de grandes dimensiones, en el que se alternan escultura y pintura. El templo alberga otros retablos laterales de menor tamaño, alguno renacentista, y varios barrocos.
Como suele ocurrir, no esta abierto el recinto cuando llegué, así que solo he podido ver su interior por alguna fotografía que he encontrado, sobretodo las de la página de Patrimonio Popular.
En el libro ya citado de las portadas tardogóticas, se define así esta iglesa, arquitectónicamente hablando: Uno de los modelos más difundidos
es el que contempla a edifi cios de una sola nave, con cubierta de madera, rematada
por una cabecera cuadrangular con bóveda de terceletes y espadaña a los pies. El paso a
la capilla mayor se realiza a través de un arco triunfal apuntado aunque también puede
ser semicircular. A este modelo corresponde la iglesia de Cunquilla de Vidriales.
El pequeño cementerio está pegado al templo, junto a la espadaña.
La iglesia está en una orilla del pueblo, detrás de las casas y tras subir una pequeña y empinada cuesta o bien se llega por una escalinata rodeada de árboles. Muy cerquita hay dos preciosos palomares, que sacaré en un artículo posterior y otro más, bien curioso, redondeado, por la parte posterior.
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