17 de noviembre de 2015

Santa

Hubo una época en la que al entrar al pueblo desde la zona del Coito, siempre se marcaba el lugar con una casa de aquella zona, “donde Santa”.


Entrada del pueblo desde El Coito. Foto Deme F.

Santa era el nombre de una señora del pueblo que fue todo un personaje. Vivía a la entrada del pueblo, junto a la casa de Santiago Jalones. A Santa la llamaban “Pepita la de Mallorca”, vaya usted a saber por qué…


Por decirlo de una manera suave, prácticamente todos los jovencitos de la época se desvirgaron con ella y a Santa le hacían los mozos todo tipo de faenas. En una ocasión, me cuenta mi padre “cuando se casaron Santiago y Genoveva -en la casa que está a la vuelta, que era de mi tío Leonardo, ahora de su hijo Toño-, le abrimos la puerta de la calle y le hicimos la petaca en la cama, la sábana de abajo doblada. Estaban Benigno y Tomasa debajo del puente, en un alambique que había y la oyeron gritar “ay de mi, que no me puedo estirar, vení, vení, que no me puedo estirar”.


“Por detrás de donde estaba su casa, en lo que ahora es la panera de Aureliano, antes daba una ventanuca de Santa allí y fuimos un día Antonio Chopero, Cesina y yo y le tocábamos la ventana y salía Santa y decía ¿qué queréis rapaces que estoy cenando? ¿Y qué cenas, Santa?, le decíamos. Tomate. Y le cantábamos, “anda, pues dame tomate, dame tomate...” y era una diversión...”


“En otra ocasión, había un albardero (el que reparaba las albardas) en el pueblo que iba presumiendo y decía: no hay nada que me de miedo y Epifanio fue y le preparó una. Le dijo, “¿cómo que no hay nada que te de miedo? Mira, tengo yo una perra turca en el corral de las ovejas. Apostamos una botella de vino a que no vas allí.” Y le indicaron que el corral estaba en lo que realmente era la casa de Santa. Allí entró el comerciante gritando “Turca, salta, perra, que te descuartizo” y Santa salió gritando “desgraciao, que me dices” y el albardero “señora, perdón, que me han engañado, que me han dicho que había una perra” y Santa “anda, desgraciao, que aquí no hay ninguna perra, que te mato” y los mozos todos fuera riéndonos”.

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