20 de enero de 2021

Cuando hacía frío...


Este año de 2021 ha comenzado helando medio país con la llegada de una megaborrasca llamada Filomena. En el pueblo se están dando unas cencelladas o cambricias como no se recordaban hace años.  Las primeras fotos que ilustran este artículo son de los hermanos Rodríguez Alvárez.... Marian y Ventura, para entendernos mejor. El las hizo y ella nos las puso en facebook para que nos deleitásemos con este blanco Ayoó (¡¡gracias chicos!!!).


Hace un tiempo hice un artículo en el que explicaba que era este fenómeno que transforma de blanco el paisaje y que, aunque parecido, no es una simple helada (más que explicarlo yo, busqué a quienes más saben de esto e hice un resumen).



Requeijo congelado. 

Reunidos todos en la cocina, a la lumbre, donde hasta los gatos se colocaban alrededor del fuego (mi padre me ha contado de algún accidente que hubo porque el gato metió el rabo y prendió fuego fuera… había que tener cuidado). De la lumbre se sacaba el brasero que se ponía en las habitaciones, en la mesa camilla. 

En la escuela, evidentemente, tampoco había calefacción y los niños llevaban una lata con brasas para intentar calentarse mientras estudiaban.

(la fotografía está tomada de un blog de José Gomez Gómez sobre La escuela de antaño)

Y es que estar caliente en aquellos tiempos no era tarea fácil.

En los tiempos de nuestros padres y abuelos la nieve no era ocasional, era un fenómeno que se repetía año tras año. Entonces no había goretex, no había chamarras que aislaran del agua y del frío. Los hombres y mujeres de esos días se ponían una ropa encima de otra, se hacían prendas de abrigo con lo que tenían más a mano, prendas de lana que las mujeres tejían en los hilanderos invernales, pieles de oveja que se colocaban a modo de protección en cuerpo y piernas, mantas, mantones… También me contaba mi padre que su madre les metía una piel de oveja dentro de la cama, después de calentarla en la lumbre. Así templaban un poco los pies.

Las casas de aquellos tiempos, ya sabemos como eran, grandes paredes de barro que aislaban bastante del frío, ventanas pequeñas para lo mismo, que no entrase el fresco. Pero claro, no había calefacción ni mucho más sistemas de calentar las habitaciones que la lumbre en sus diferentes formas. 


Sistema tradicional de calentar la estancia pero peligrosa, por el riesgo de contaminar la estancia con monóxido de carbono. (El monóxido de carbono es un gas tóxico, incoloro, inodoro, no irritante y que resulta de la combustión incompleta de productos carbonados. Al ingresar en nuestro organismo, este gas ocupa el lugar del oxígeno en nuestra hemoglobina, por lo cual deja a la sangre sin la posibilidad de ofrecerle oxígeno a nuestros tejidos, generando la intoxicación).*

Mi padre recuerda a un matrimonio del pueblo el Ti Eugenio y la Ti Felipa (padres de Pepín, Olegario, Vicente El Diablo y Bernardino), que les dejaban entrar en su casa y les ponían una linterna en el astro (un recipiente con brasas en una habitación de paso que se usaba para dejar aperos, berzas, nabos…). Nos decían, “entrai, rapaces, que hace frío fuera”.

* Explicación sacada de la página web del Hospital Alemán, aquí. Por cierto, he encontrado un folleto de prevención de estos accidentes, publicado en Argentina pero cuyas recomendaciones son válidas y útiles en todos los lugares. Aquí se puede ver.


Pdt- Con este post inauguro un nuevo año en el blog, que el pasado estuvo un poquito dejado a un lado, publiqué mucho menos que en los años anteriores. Propósito de año nuevo, publicar más a menudo. ¡Vamos a ver si lo cumplo!!!

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