Dimos una vuelta, comimos (estupendamente y barato, en el hostal Atila) y aproveché para hacer fotos a su iglesia parroquial, que aunque un tanto alejada de Ayoó, también aprovecho para ponerla en este rincón de 12 meses, 12 iglesias.
La iglesia en sí es sencilla y modesta, una construcción en piedra del s.XVIII dedicada a Santa Eulalia. Así se presenta el templo en la web del ayuntamiento:
Ricobayo dedicó su templo a santa Eulalia, al trasladarse hacia lugares más elevados, huyendo de las crecidas del Esla, dejando a su antigua iglesia con advocación de ermita. La iglesia actual es un edificio sencillo, de pequeñas dimensiones. En su capilla mayor, totalmente reedificada a mediados del siglo XVIII, antaño bajo el patronazgo del conde de Alba y Aliste, se alza su retablo, del mismo siglo (en 1744 se pagaron 2.150 reales por él, y cuatro años más tarde, otros 2.450 por su dorado), guardando cierto parecido al de Cerezal, está presidido por la imagen de la patrona, también de esa época, imagen popular de trazos sencillos. Otras imágenes, como san Antonio de Padua, presente en las tres parroquias, san Bartolomé, del XVIII, ambos con cofradía propia en otros tiempos, o la Virgen del Rosario, en su retablito lateral, de especial devoción por estos lugares, completan la expresiva imaginería del pueblo.
Yo no pude ver a los santos, claro, la Iglesia estaba cerrada cuando fui, pero sí pude disfrutar de los muchos bancos de piedra que la rodean, supongo que para ir aprovechando la sombra o el sol, según se tercie y se necesite.
Y para terminar, otras imágenes de este pequeño pueblo...
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