Cuando nos acercamos hasta Grijalba este verano (ver la Iglesia del pueblo aquí), vimos, al lado de la iglesia, un montón de viejos objetos allí, todos juntitos. No sé si los habían abandonado (había una casa cercana, antigua, de adobe, que estaba en obras), si estaban esperando a que pasase un comprador, si alguien los iba a recoger... pero era un pequeño museo en versión abandonado.
Había un estupendo escañil, todavía firme, precioso... bomba para la bicicleta... ¡¡dos bicicletas!!, un collarón, un cardador para el lino, una puerta, guadañas, hoces, herramientas... ay, madre, con lo que me gustan a mi estas cosas, casi me da un soponcio... ¡qué viejas bellezas!
Ojalá no se hayan quedado allí perdidas y alguien haya sabido ver el valor que tienen y las haya recogido.
Había un estupendo escañil, todavía firme, precioso... bomba para la bicicleta... ¡¡dos bicicletas!!, un collarón, un cardador para el lino, una puerta, guadañas, hoces, herramientas... ay, madre, con lo que me gustan a mi estas cosas, casi me da un soponcio... ¡qué viejas bellezas!
Ojalá no se hayan quedado allí perdidas y alguien haya sabido ver el valor que tienen y las haya recogido.
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