16 de abril de 2011

La Iglesia por dentro: San Fructuoso

San Fructuoso es el santo del día y también aparece en la Iglesia de Ayoó y, al parecer, por partida doble. La figura que se encuentra en el pequeño retablo de la derecha en San Fructuoso o, como se decía en Ayoó, San Frutugoso.



El caso es que poco más que el nombre sabía de él (nombre, por cierto, que conocía porque aunque extraño, un vecino mío se llama así) y al buscar información me encontraba con dos Fructuosos santos y obispos, el de Tarragona y el de Braga. Tras consultar a los expertos en el tema, me han guiado hasta el santo de la ciudad portuguesa así que su vida es la que presento a continuación:



San Fructuoso se cree que nació entre los siglos VI y VII en el seno de una familia goda de la nobleza. Tras quedar huérfano a edad temprana, se retiró a El Bierzo, a unas tierras de su familia, aunque antes estuvo en Palencia, en la escuela episcopal. En el valle de Compludo, en León, vive como un eremita, en una cueva, haciendo grandes penitencias y tras haber entregado sus bienes a los pobres y liberado a sus esclavos. Pero su persona tenía tal magnetismo que le sigue una multitud que trata de imitar su vida hasta el punto de que en la zona se instala una especie de comuna de eremitas, hombres por un lado, mujeres y niños por otro. El Rey godo Chindasvinto y la Reina Reciberga (no podía dejar este artículo sin poner estos nombres, jeje) llegaron a dar una donación a este grupo en lo que se convirtió en la primera donación real de la historia española.


Tras abandonar Cumplido busca otros lugares retirados y va fundando diversos monasterios desde El Bierzo y Galicia hasta Cádiz, pasando por toda Portugal. Intentó peregrinar a Jersusalén, pero el citado Rey Recesvinto se lo impidió y además, ya como Obispo, le hizo acudir al Concilio de Toledo donde tuvo una destacada participación. En ese concilio se le elige como Arzobispo de Braga, ante la renuncia del titular, Potamio, que había confesado haber quebrantado el celibato. El arzobispado de Braga constaba entonces no solo del territorio portugues, sino también de otros que pertenecían a Galicia y León.

Lo curioso es que a pesar de lo conocido que era en su época, apenas se conoce nada de su actividad pastoral en Braga. Una biografía atribuida falsamente a San Valerio, discípulo suyo, asegura que vivió como monje aunque fuera arzobispo. Y aquí, en este detalle entra en juego otro elemento de la Iglesia de Ayoó.





En el lado izquierdo, en el retablo con varios santos pintados que hemos ido identificando en artículos pasados, hay una imagen que los expertos en iconografía religiosa me han señalado que puede ser también San Fructuoso. La mitra está en el suelo y según ellos, ello puede ser por ese desapego que San Fructuoso tenía de los cargos y del reconocimiento. Así que tenemos San Fructuoso por un lado y por el otro en la Iglesia de Ayoó.









San Fructuoso no descansó ni después de muerto. En el s.XII el arzobispo compostelano robó su cuerpo y se lo llevó a Santiago de Compostela donde fue enterrado en la cripta de la catedral. Hace unos años, los huesos (en la foto) fueron devueltos y hoy se encuentran en la Sala de Reliquias de la catedral de Braga.

Fotografía de Pregunta Santoral
La figura de San Fructuoso se considera clave ya que sus Reglas de vida monástica fueron las más difundidas por la Península aunque después quedaron eclipsadas por otras provenientes de europa, como la Regla Benedictina. Alguno de sus monasterios se han mantenido con actividad hasta fecha reciente.



Artículo realizado con la ayuda de Pregunta Santoral, Wikipedia y Cuaderno de los ingenieros de Icai (Escuela Técnica Superior de Ingenieria de la Universidad Pontificia de Comillas)

2 comentarios:

AMC dijo...

Hola.

En la iglesia hay dos imágenes de San Fructuoso, porque este santo fue fundamental en la vida religiosa del monasterio de Ageo. De hecho su nombre era "San Fructuoso de Ageo" y seguía la norma monástica de San Fructuoso, que instauró este santo y difundió su discípulo San Valerio. Por lo tanto, si el monasterio estaba dedicado a San Fructuoso, la iglesia que hubo en él, de la que es heredera la actual, también.

Es increíble como desde el siglo IX, la devoción a “San Fortugoso” (así se llama en mi familia) haya llegado casi hasta hoy, aunque san Mamés y San Bartolo le han comido el terreno.

Los monjes que fundaron el Monasterio de Ageo, seguramente procedían de los numerosos monasterios del Bierzo, que iban haciendo fundaciones a medida que avanzaba la reconquista hacia el sur. En estos monasterios estaba aun viva la herencia de San Fructuoso y San Valerio que habían vivido en Compludo y San Pedro de Montes (Fundado por San Fructuoso).

De hecho, la biografía del personaje más importante que habitó en Ageo, es decir San Genadio, dice que era un seguidor de San Fructuoso y San Valerio. Tan seguidor fue que sus vidas fueron muy similares: San Genadio partió a finales del siglo IX, desde Ageo para refundar Sn Pedro de Montes (entre otros monasterios), llegó a ser obispo de Astorga, pero renunció a la mitra y terminó su vida como ermitaño en el Valle del Silencio. Es como si hubiera vuelto tras los pasos del fundador de su orden.

Bueno, me ha quedado un poco largo para un comentario, pero es que me has dado donde más me duele.

Saludos

IRM dijo...

Gracias AMC por esta aportación... la verdad que a mi San Fructuoso me pilló un poco a traspiés, poco o nada sabía de él y mira como tenía un vínculo bastante directo con la historia pasada de Ayoó.

Un saludo y cuando quieras, a soltar lo que sabes!!!!