3 de junio de 2010

La Iglesia por dentro: La pila del agua bendita

Al entrar en la iglesia, a la izquierda, nos encontramos con la pila de agua bendita donde los fieles pueden mojar los dedos y santiguarse. Es una pequeña pila de piedra, levantada sobre unas patas metálicas.



Ya en las catacumbas, los primeros templos cristianos, se han encontrado vasos y depósitos de mármol que se supone se usaban como pilas de agua bendita, aunque con la forma y la posición similares a las de ahora, no aparecen en las Iglesias hasta el siglo XII. Hay pilas exentas, otras incrustadas en la pared, unas de piedra y otras metálicas, grandes, pequeñas, sencillas, labradas... de todo tipo.


En la Edad Media se tenía mucho respeto por el agua bendita, incluso temor religioso, y en vez de introducir los dedos y mojarlos en el líquido, se empapaban con un aspersor. Muchos siglos después, el miedo a la Gripe A puso en peligro el agua bendita y provocó que se retirase este líquido en algunas Iglesias por consejo de las autoridades sanitarias.

2 comentarios:

Ramon dijo...

La verdad... con una iglesia tan rica en patrimonio y tan bella, los hierros que sujetan la piedra son de pena... Y lo digo con tristeza, Isabel, que ya sabes cuanto me gustan los santitos y las cosas bonitas. Estas cosas son las que afean las iglesias...

IRM dijo...

Buenooo, tal vez no sea lo más bonito del mundo, pero en su descargo decir que lo han hecho personas que de verdad aman la Iglesia (lo que significa pero también el templo) y que han hecho lo que han podido con sus pocos medios, así que yo lo tomo como algo humilde pero con cariño.