El otoño en el pueblo es especialmente bonito. El verde está más verde y los marrones, amarillos y rojos salpican todo el campo. Cuando fuimos, los días previos, había llovido bastante y estaba todo especialmente vivo y bonito. Me encanta el otoño de Ayoó.
26 de noviembre de 2022
17 de noviembre de 2022
Calles: Calle de la Iglesia, fotos antiguas
Llegamos hasta mitad de la calle de la Iglesia y echo la vista atrás, a imágenes del pasado que nos dan una idea de cómo era hace unos años (bastantes) esta vía del pueblo.
Esta foto está en el álbum de nuestra familia. No sé la fecha en la que se hizo, imagino que a principios de los setenta. Nunca habíamos sabido quienes eran los que salen en primer término en la imagen pero, magia de las redes sociales, la puse en el grupo de facebook de Ayoó y Manuel Ferreras Pérez, Manolo el de Paulina para los amigos, me los identificó por fin: su hermano Antoniocon su esposa, Adriana y su otro hermano, Dámaso, con su ahijado, Isaac Zapatero, como confirmó después él mismo. Gracias a ambos. Por el aspecto, foto del día de la fiesta, en San Bartolo.
También en la festividad de San Bartolo está tomada esta otra foto, que será más o menos de la misma época, pero ya en color. Tras pasar el 600 y el otro coche, se ve un arco hecho con ramas, como se estilaba para decorar la calle en aquellos años. Asimismo se ve, perfectamente, como eran las calles antes de cementarlas: la tierra en la calzada y las lajas de piedra como aceras en los lados. La foto la puso Silvida Hidalgo en el grupo de Ayoó en facebook, aquí.
7 de noviembre de 2022
Calles: Calle de la Iglesia (6), la culaga
Las culagas son esos pasos entre casas que acortan camino en el pueblo. Hay varias repartidas por toda su extensión, más cortas, más largas, bajo techo, entre viviendas, entre huertos...
La culaga en 2016 |
Culaga o calleja, como también se llaman y como nos contaba Joaquín en su blog hace un tiempo, en otros pueblos se llaman de forma parecida pero con variaciones: "En el vecino valle de la Valdería, en Felechares, la misma calleja se llamaría caloga, en Santibáñez la llaman currupia y en San Pedro de Ceque, cuyalina".
2006 |
Gatos, verano de 2021 |
Entre la calle de la Iglesia y la calle Castillo encontramos una de estas callejas. Es cortita, termina en unas escaleras y está casi en su totalidad situada bajo la casa en la que ahora vive la que fuera alcaldesa, Sofía.
La zona en 1993 |
2010 |
2011 |
2017 |
2019 |
El paso entre las calles estaba antes de levantar la casa y por eso se tuvo que dejar ahí.
Hace unos años le pusieron una luz para hacer más seguro su paso por la noche.
2018 |
La primera de las culagas, la que va desde la calle de la Iglesia a la calle Castillo. Seguro que has pasado por ella...
La calle de la Iglesia (la casa del cura concretamente) desde la parte de arriba de la culaga. 2019 |
6 de noviembre de 2022
La revuelta de la Peña
El incendio de la Peña de San Mamés de este verano ha dejado un panorama negro y desolador. Pero tiene una historia detrás, también negra, pero otras razones.
Hace unos años, en las exposiciones de fotos antiguas que
organizaba Perafondo (ojalá se recuperen), encontré una imagen en la que se
veía a varios jóvenes con un cura. “Uy, esto es lo de la revuelta de los
pinos!!” me dijeron y ahí me empezaron a contar un historión que nunca había
escuchado y del que he podido reconstruir lo que ocurrió, aunque con versiones y
detalles diversos.
La foto es esta y los que están en ella son: Ramiro Casado,
Antonio Cano, Juanito, Alejandro García, José Zapatero (arriba) y Herminio Tábara,
Joaquín Barrio, el sacerdote Don Salvador y Plácido Gutiérrez (abajo). Curioso
que aún sigamos usando el Don para los sacerdotes y no para los entonces chavales…
pero bueno, así me los presentaron.
Por lo que me han contado llegó una orden de gobernación
anunciando que se iban a plantar pinos en tierras que los vecinos pastoreaban y
aprovechaban forestalmente. Primera duda, si era la Peña San Mamés o si era la
Peña Santiago (donde está el punto de vigilancia de los guardias de los
montes). La segunda era una zona en la que como digo, los vecinos llevaban a
pastorear los ganados (estamos hablando de unos años en los que había vacada,
cabreada, yeguada y rebaños de ovejas), además de aprovecharse para sacar leña.
Entonces había mucha gente en el pueblo y los recursos eran limitados así que
quitar todo ese espacio aprovechable para poner un cultivo de pinos era hacer
una faena a todos los habitantes.
El caso es que el pueblo estaba en desacuerdo con la decisión
y cuando llegó un mandamás desde Zamora, los ánimos de exaltaron y llegaron a
cercar el coche en el que venía, lo zarandearon y lo apedrearon. La cosa se
puso fea…
Aquí no sé muy bien como sigue la historia, no sé si fue en
ese mismo momento o si fue en días siguientes, pero el caso es que vino la autoridad
a detener a los cabecillas. Como la revuelta fue bastante general, era difícil
identificar a quien la había puesto en marcha (que igual no fue nadie en concreto,
ya se sabe como van estas cosas en masa) y decidieron llevarse detenidos a un
grupo de los más jóvenes.
Como digo, esta detención no sé si fue en el momento o si
fue más tarde, porque hay quien me ha contado que a su madre y su tío, siendo
niños, les mandaron tocar las campanas cuando llegaban “los de Zamora”, y que
fueran bien agachados para que no les vieran.
Los chavales fueron detenidos y aquí hay versiones
diferentes. Según una, los llevaban en un camión detenidos, pero no para ir a
la cárcel, si no directamente, para ser fusilados a la salida del pueblo. Tal
cual. Y ahí fue cuando uno de los curas familiar de Plácido, Don Salvador, el
que está en la foto, hizo honor a su nombre y se plantó delante del vehículo y
dijo que no se llevaban a nadie y paró la ejecución. Este hombre era un peso
pesado en la curia española, había llegado a confesar a Franco, así que su
palabra era ordeno y mando.
La otra versión nos habla de que fueron llevados a Mahón, a Baleares, o que iban a ser llevados hasta allí, que era un cárcel paso previo al fusilamiento. Y estando allí, tanto el Don Salvador como su hermano, movieron sus contactos para poder sacarles del dramático momento.
Aunque el movimiento tuvo apoyo en casi toda la población,
no tuvo una unanimidad completa en el pueblo. La parte más “facha” apoyó el
castigo a los jóvenes y se recuerda, con nombre y apellidos (aunque no lo voy a
decir) a una mujer gritando enfurecida “matadlos, matadlos”.
Al parecer todo esto pasó a comienzos de los 50. Entonces
era alcalde Antonio Tostón, conocido como Antonio Monedero. Él no estuvo en
absoluto de acuerdo con lo que se hizo y renunció a su cargo. Le sustituyó
Laurentino, que estuvo en el puesto hasta la llegada de la democracia.
Y esta es la historia, más o menos reconstruida, del Fuente
Ovejuna ayoíno. Extrañamente, hasta ver la foto, no supe nada de este episodio.
Mis padres, que son la fuente de la que se nutre este blog, nunca me lo
mencionaron. Creo que mi padre quizás estaba en la mili cuando se produjo este
episodio y mi madre tampoco me lo había mencionado nunca, así que para mi este casitodos
a una, fue toda una sorpresa.
En la exposición había también un pequeño poema dedicado a este momento. No sé quién lo ha escrito, este es el texto:
RECUERDO
Un grito ahogado,
palabras mudas
en las oscuras cocinas…
Solo el resplandor
de un fuego lento,
intenta calmar
el grito ardiente
ante la injusticia.
Un pueblo UNIDO
ante la protesta.
Pero un pueblo… MUDO
ante el miedo.
Largos días y noches
esperando en silencio
que la agonía terminara…
Allá en el fin del mundo,
ALGUIEN oyó el grito desgarrador
de personas sencillas y humildes.
Logrando sacar a todos
del pozo profundo de la muerte.
Tras todas estas vicisitudes se acabaron plantando los pinos en la Peña San Mamés. Allí trabajaron hombres haciendo las hoyas y mujeres plantando los pinos. Hay una fotografía, que también llevaron a la expo de Perafondo, en la que se veía a un buen número de ayoínas en esa labor.
Lo cierto es que los pinos de la peña siempre han sido bastante ruines, que decía mi abuela... retorcidos, delgados, pequeños... no sé cuál fue la idea inicial de ponerlos, si la explotación madedera o qué, pero esos árboles siempre han estado ahí y no se han talado. Incendios, además del del verano, ha tenido bastantes, ninguno tan grande como este, que arrasó toda la superficie de la montaña, pero más pequeños ha tenido bastantes.
Los pinos de la Peña empezaron de mala manera y siguieron de forma parecida... diríase que son los pinos malditos.
1 de noviembre de 2022
Todos los santos en Val de San Lorenzo
Día de Todos los Santos y como ya es tradición en este blog, repasamos un cementerio que he visitado en los últimos meses. En este caso el del pueblo maragato de Val de San Lorenzo, que por fin fuimos a visitar sus fábricas de lana (solo uno de los lugares, el Centro de interpretación textil La Comunal, porque el Batán estaba en obras). Dimos un paseo por el pueblo y llegamos hasta su Iglesia, que está un poquito a las afueras, pasando un camino sobre el río Turienzo.
La Iglesia parroquial está dedicada, como no, a San Lorenzo, el santo que da nombre al pueblo pero en ella está también la imagen de la Virgen de la Carballeda, que es celebrada con una gran fiesta en el lugar
El edificio es una coqueta construcción, renovada, muy renovada, tanto que está tan nueva que casi parece una maqueta.
En el atrio tiene una cruz hecha con piedras en el suelo, un Cristo peticionario, una piedra labrada con una cruz de Malta y, como no, la típica lápida de los caídos por Dios y por España (solo los de una parte, claro).
Junto a la iglesia está el cementerio, en el que me llamó la atención que tenía varios nichos familiares, como un panteón, pero de nichos, todos de la misma familia. Me resultó bastante curiosa esa distribución.
Y este ha sido el cementerio de este año, coqueto y bien cuidado, el de Val de San Lorenzo.