En tiempos pasados, el día 1 de marzo se recordaba a los Ángeles de la Guardia, los llamados Ángeles custodios. Una tradición de la Iglesia que se acompañaba de otra, digamos, más pagana: se quemaba un cuerno de borrego para ahuyentar a las serpientes y que no entrasen en la casa ni en las cuadras. Curiosa combinación de celebraciones...
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| Lámina del ángel custodio vigilando a los niños que juegan a la gallinita ciega, muy habitual en las casas del pueblo de hace años. Hablamos de él, aquí. |
La palabra angel viene del griego y significa "mensajero". Los Angeles de la Guardía son un ente que Dios nos otorga para guiar y proteger a la persona a lo largo de su vida en la tierra, según la tradición católica.
La fiesta fue instituida por el Papa Clemente X en el siglo XVII, si bien mucho antes había una fiesta similar en Inglaterra que se fue extendiendo por toda Europa. En principio, el Papa dispuso la celebración para el 2 de octubre, pero entre los años 1927 y 1973 se trasladó al 1 de marzo, volviendo después al 2 de octubre.
A pesar del cambio, muchos pueblos siguen celebrando la fiesta en la fecha de marzo que es cuando en mi casa recuerdan que se hacía.
| Fotografías de carneros de los rebaños con los que trabaja Dlana, una empresa que comercializa lana para tejer de productores locales españoles, una iniciativa muy interesante. |
No sé qué vínculo tiene lo de la quema del cuerno con los ángeles que nos resguardan. Supongo que como siempre se le tiene tanto temor a las culebras (aunque en el pueblo no haya serpientes venenosas) se une una costumbre popular al tema de custodiar y guardar, la tarea de los ángeles.
Los cuernos, todos los cuernos, queman y el de borrego, el macho de la oveja, también y como todas las excrecencias que nos crecen en el cuerpo (pelo, uñas, cuernos, lana) a nosotros o a los animales, tienen queratina, que presenta un gran componente de azufre. Cuando se quema sale un olor muy fuerte que en este caso cumpliría su fin, ahuyentar de la casa a las culebras y que humanos y hacienda estuvieran libres de su presencia. Se supone que de aquí, de este fuerte olor a azufre, sale la expresión, muy dicha en mi casa, por cierto, de "huele a cuerno quemado".
(datos recogidos de esta página, spanish.stackexchange.com, sobre etimología y expresiones del castellano, aquí)

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