Siempre me ha gustado escuchar cómo
pronuncian en el pueblo Ayoó Pequeñino, me parece un nombre muy de
la zona, muy del lugar y desde pequeña tenía curiosidad por saber
cómo era este paraje al que muchos iban con la vacada, a coger hierba,
a segar... Pero lo cierto es que hasta hace un par de años no lo
conocía. Tuvo que ser mi madre la que rompiese mi ignorancia y me
acercase hasta allí dando un paseo, junto con mi hermano, al que si
le ha tocado ir a trabajar allí, con la vacada o a ayudar en alguna
de las tierras y quiñones de la zona.
El recorrido hacía Ayoó Pequeñino
comenzó por el camino a Requeijo, siguiendo después hacia la cuesta
de la Pedrera, dejando a la derecha el Pozo de la Pedrera y a la
izquierda, las viñas del Chano y la plantación de castañales que
hizo el Ayuntamiento hace unos años.
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Las viñas del Chano. |
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Enfilando a la cuesta de la Pedrera. |
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Plantación de castañales. |
En la Cuesta de la Pedrera mi madre recordaba cuando se iba con los carros cargados, unas veces de cereal, otras veces de hierba, y que milagrosamete no volcaban en la cuestona que hay, ahora con buen camino, antes con una vía desigual llena de polvo, piedras y baches.
Siguiendo el camino se pasa por
Iruelo, el valle que está antes de llegar a Ayoó Pequeñino, que en
realidad, es una ladera de la Chana donde ahora se han plantado pinos
y antes se cultivaba centeno (ver en topónimos de Ayoó, letra I-J
)
Antes de llegar a Ayoó Pequeñino, cerca de Iruelo, encontramos una caseta de la que no sé el uso, tal vez de refugio de cazadores.
Antaño, cerca de allí hubo un tejar, una fábrica de tejas que llevaban vecinos de Congosta.