20 de marzo de 2012

Que alegría cuando nos dijeron...

Y cuando sonaba esta canción ya nadie podía hablar en la casa de mis abuelos. El cura (los curas, tanto Don Eleuterio como Don Aquilino) ponían el disco a todo trapo, que riete tú de la Discomusic de Castrocalbón. Además de avisarnos que había que prepararse para ir a misa, teníamos que hablar a gritos, con el altavoz atronando a unos pocos metros de nuestra casa. Yo, que nunca he sido muy buena con las letras de las canciones, me las sabía todas, a fuerza de escucharlas domingo tras domingo y fiestas de guardar, año tras año, durante toda mi niñez en la casa de mis abuelos, tras la Iglesia. Un día me dio por buscar en el ciberespacio y me encontré con esta versión, la mismita que yo escuchaba... el Salmo 121... Seguro que todos aquellos con casas cercanas a la Iglesia, nos acordamos de ella!!!


La canción la puedes encontrar en esta página web Ciberiglesia.net

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo que vivo a una distancia parecida, solo que delante, te entiendo perfectamente.Un año lleve a una amiga al pueblo y una tarde paseando iba tarareando una cancion, ¡pero que cantas! la dije, "no se, se me ha pegado esta musiquilla y no me la quito de la cabeza, y no se de donde." Del altavoz de la Iglesia,la respondi.